Cae el uso del subte porteño: en los últimos seis años perdió un 46% de pasajeros y la tendencia es decreciente
El dato surge de un informe realizado por el Centro de Estudios Metropolitanos. Uno de los factores principales es el aumento del boleto. Según indican, esto redunda en más usuarios de colectivos y peores condiciones de transporte.
Un informe publicado por el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) advierte sobre una tendencia en la movilidad urbana de la Ciudad de Buenos Aires: cada vez menos personas utilizan el subte.
En marzo de 2025, el número de pasajeros representó apenas el 54% del volumen registrado en marzo de 2019, convirtiendo al subte de la Ciudad en el sistema con peor desempeño relativo de la región. La tendencia es decreciente año a año: también transportó menos gente que en el mismo mes de 2024.
Un importante factor que explica esta caída es el aumento sostenido de la tarifa del subte, que ya duplica al precio del colectivo. Esto provoca que muchos usuarios opten por medios de transporte más económicos, aunque menos eficientes. Actualmente, quien tiene la tarjeta SUBE registrada abona $963 el boleta en subterráneo, mientras que quien no la tiene paga $1531,17.
De acuerdo al CEM, esto constituye un desincentivo explícito al uso del subte, que va a contramano de su potencial como transporte de alta capacidad y de las políticas tarifarias aplicadas en las grandes ciudades del mundo.
Galileo Vidoni, autor del informe, aseguró a El Auditor.info que “más gente en colectivos representa que hay pasajeros que viajan peor y más hacinados, pero también es más tránsito en superficie y más contaminación en un medio de transporte que todavía depende casi exclusivamente de combustibles fósiles”.
Actualmente, quien tiene la tarjeta SUBE registrada abona $963 el boleta en subterráneo, mientras que quien no la tiene paga $1531,17
Además, precisó que “mientras el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires promociona un minibús eléctrico en Microcentro, el hecho de que el subte sea el doble de caro que el colectivo hace lo contrario: bajar pasajeros del transporte público masivo eléctrico por definición”.
Por otra parte, el informe alerta sobre el deterioro del servicio. Las líneas con mayor pérdida de pasajeros -B y D- son las más afectadas por cierres de estaciones, problemas de infraestructura y falta de material rodante.
En cuanto a lo que debe realizarse a mediano y corto plazo para revertir esta tendencia, desde el CEM aseguran que “la medida más urgente, que es independiente incluso del valor de la tarifa, es revertir un diferencial con el colectivo que es directamente indeseable en términos de política pública”.
A pesar de lo que indican algunos informes, desde el CEM están convencidos de que esta baja no responde únicamente a cambios en la modalidad de trabajo luego de la pandemia. “Otras ciudades con altos niveles de trabajo remoto, como Helsinki, han logrado recuperar cerca del 90% de su volumen de pasajeros. En Buenos Aires, en cambio, la demanda continúa cayendo incluso cuando cada vez más empresas adoptan esquemas híbridos o presenciales”, sostienen.