Ellos siguen reclamando que se investigue, se juzgue y se condene a los responsables del mayor ataque terrorista en la historia de la Argentina, y que ocurra lo mismo con todos los argentinos imputados y procesados como encubridores que desviaron, falsificaron pistas y entorpecieron las investigaciones, entre ellos el ex presidente Carlos Menem, el ex juez Juan José Galeano, el ex ministro de la SIDE Hugo Anzorreguy, el ex comisario Jorge El Fino Palacio, los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, el armador de autos robados Carlos Telleldín, y su esposa Ana Boragni, el ex titular de la DAIA Rubén Beraja, todos considerados por el juez Ariel Lijo responsables de una inmensa serie de irregularidades que no hicieron más que entorpecer el trabajo de la Justicia.

Estos dos procesos, el que atiende el atentado en sí mismo y el que atañe a los encubridores, son parte de entramado de procesos judiciales y subprocesos derivados, que durante estos últimos 20 años no han conseguido dar respuestas razonables ni esperanzas a los familiares de los 85 muertos y más de 300 heridos que dejó como saldo el brutal ataque a la mutual judía, que había tenido como antecedente dos años antes la bomba que derrumbó la Embajada de Israel en el barrio de Retiro.

Los cuatro actos del pasado viernes, fecha en la que a las 9.53 horas de la mañana se cumplieron exactamente 20 años del atentado terrorista y antisemita, ocurrido el lunes 18 de julio de 1994, son la viva muestra del dolor y de las diferentes posiciones que víctimas, familiares y amigos tienen con respecto a lo actuado tanto por las autoridades de la comunidad judía como por los jueces, fiscales, investigadores y políticos de turno que metieron las manos en la causa AMIA.

El acto institucional, frente a la fachada reconstruida del edificio de la calle Pasteur, el vicepresidente de la AMIA en ejercicio de la presidencia, Ralph Thomas Saiegh, apuntó que hasta el momento no hubo Justicia. Ni un solo imputado, ni una pista nueva sobre la conexión local del atentado, en relación a los funcionarios del gobierno menemista y a los argentinos que ayudaron a los terroristas para concretar su plan, y luego fue directamente a las críticas sobre el Memorándum de Entendimiento con Irán, al que calificó como inconstitucional e inútil antes de reclamar al Congreso de la Nación su derogación. Por el mismo andarivel estuvieron los discursos de los siguientes oradores, entre ellos el periodista opositor Alfredo Leuco, quien fustigó al canciller Timerman y lo acusó de alta traición.

A la misma hora, pero frente al Palacio de Tribunales, Diana Malamud, referente de Memoria Activa, comenzó su discurso con una ineludible crítica a la dirigencia de la comunidad judía. No se puede hablar de la causa AMIA, hay que hablar de la farsa AMIA, dijo para comenzar el acto en el que se cuestionó duramente la labor del fiscal Alberto Nisman, a cargo de la fiscalía especializada en la causa AMIA, quien lleva más de 10 años al frente de las investigaciones con escasos resultados y se le exigió su renuncia por -en palabras de Malamud, esposa del arquitecto Andrés Malamud, muerto en el atentado- no haber servido para nada más que para garantizar la impunidad y por haber demostrado su incapacidad para investigar esta causa, porque no esclareció nada y porque depende de intereses que no son los de la verdad y mucho menos los de la Justicia.

Memoria Activa es una las agrupaciones que respaldaron el acuerdo de colaboración con Irán, cuyo objetivo es permitirle al juez que atiende la causa AMIA, Rodolfo Canicoba Corral, interrogar a los sospechosos iraníes en Teherán, ya que la ley del país asiático no concibe la extradición de sus ciudadanos para que sean juzgados en otros países. Sin embargo, Malamud dirigió cuestionamientos al Ejecutivo: Hemos tenido ocho diferentes gobiernos desde el atentado y los que no han participado del encubrimiento han fracasado en l búsqueda del esclarecimiento.

En la Plaza de Mayo se reunieron familiares y víctimas convocados por la agrupación 18 de julio (18-J), que tiene como referente a Sergio Burstein y es una de las más cercanas al Gobierno. Se soltaron globos y, antes de cederles la palabra a los oradores, se leyó una proclama: para que los muertos no mueran dos veces, una por la bomba y otra por la indiferencia. Hace 20 años volaba la sede de la AMIA, hace 240 meses nuestra vida cambió para siempre, hace 7300 largos días que esperamos respuestas. En este acto, el primero que se realiza la agrupación 18-J como tal, hubo un claro apoyo al Memorándum de Entendimiento impulsado por el canciller Timerman. Cuando uno intenta apoyar alguna acción que permita mover la inercia de la causa, es mal visto. No estoy a favor de Irán, ni de su accionar terrorista, pero si la única luz de esperanza es que viaje un juez a tomar declaraciones, por qué no, manifestó Hugo Fryszberg, uno de los sobrevivientes del atentado.  

Por la tarde del viernes, sin competir con los tres actos simultáneos de la mañana, la Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA) concretó el suyo frente al Congreso. El Poder Judicial, el Legislativo y el Ejecutivo han sido y continúan siendo encubridores. El Estado tuvo y tiene la complicidad de la AMIA y la DAIA. Juntos trabajaron para consagrar la impunidad. Nos hablan de memoria y buscan hundirnos en la angustia y la desesperanza, criticó Laura Ginzberg, quien insistió con la creación de una comisión investigadora del atentado, una propuesta que impulsan en la Cámara de Diputados y en el Senado, los opositores Claudio Lozano y Pino Solanas, respectivamente. 

Esta propuesta de comisión se encuentra dentro del abanico de propuestas surgidas tras la trabazón del Memorándum de Entendimiento, declarado inconstitucional por la Cámara Federal, en las que se puede apreciar la intervención de los partidos políticos en este tema sensible. Desde el PRO de Mauricio Macri hasta el peronismo disidente de Sergio Massa, pasando por los radicales moderados de Julio Cobos, se debate la instauración de un juicio en ausencia contra los ocho iraníes acusados de planificar el atentado, y que, bajo la protección de Teherán, se han manifestado en rebeldía; pero esto requeriría modificar el Código Procesal Penal. El Gobierno, por su parte, abona la teoría de que juzgar en ausencia no resuelve ni destraba la cuestión y apuesta a que Casación le dé vía libre al Memorándum de Entendimiento. Entre una cosa y la otra, las víctimas, los familiares, los amigos y el resto de los argentinos siguen esperando Justicia, y que no vuelvan a pasar otros 20 años de impunidad y encubrimiento.

*Sociólogo y periodista.