Con el financiamiento del ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, un grupo de investigadores del Centro Experimental para la Vivienda (CEVE), construyó cinco viviendas con madera de Álamo que fueron entregadas a familias de bajos recursos en Villa Paranacito, Entre Ríos.

En una primera instancia, se diseñó un circuito interactoral de cada parte de la madera, con la participación del Municipio, la carpintería municipal, una escuela técnica, productores forestales, aserraderos y familias con necesidades básicas insatisfechas (NBI). Posteriormente, los investigadores del CEVE, realizaron un estudio sobre la madera de álamo, que es un recurso natural y renovable en Villa Paranacito.

Gestionpublica.info dialogó con Paula Peyloubet, quien dirigió la investigación realizada en la localidad entrerriana y describió el proyecto desde su comienzo: Fueron dos etapas. La primera, en el año 2000, fue de transferencias tecnologías y la segunda consistió en una co-construcción de tecnología. No fue un desarrollo tecnológico hecho por expertos, sino que dentro del mismo lugar lo que se procuró fue reconocer y reivindicar el saber local y mezclarlo con ese saber que es de afuera, el técnico y convertirlo en uno sólo.

Sobre las ventajas de trabajar con esos dos métodos entremezclados, Peyloubet explicó que eso da la posibilidad de no generar cajas negras y posteriormente cuando la parte técnica se retira, la localidad queda con la independencia de poder llevar a cabo el desarrollo y seguir trabajándolo, que no ocurre cuando sólo se transfieren tecnologías.

El municipio de Villa Paranacito fue seleccionado entre seis localidades, que a fines de la década del 90´ fueron severamente perjudicadas por una inundación que hubo en el Litoral. Se eligieron los territorios que estaban en crisis y dentro de esos municipios estaba Villa Paranacito. En los otros lugares se trabajó directamente con transferencia tecnológica, sintetizó Peyloubet.

En total, se construyeron cinco casas y el municipio se encargó de seleccionar a las familias que las habitarían a razón de NBI, es decir, familias de bajos recursos, con hijos y sin vivienda. Con respecto a la mantención de los hogares, Peyloubet sostuvo: En Paranacito la gente vive en casas de maderas y saben mantenerlas, en este caso las familias estuvieron a la par nuestro, vieron con qué se hacía, como se producían y saben cómo se deben cuidar.