Convocada por el diputado porteño Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico), se realizó en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires una Audiencia Pública por la rezonificación del área de la Reserva Ecológica Costanera Norte. El encuentro, tuvo lugar en el salón San Martín y participaron varios legisladores, representantes de la Agencia de Protección Ambiental, de la Universidad de Buenos Aires, vecinos, ONGs y miembros de la comuna 13 (donde se encuentran los terrenos en cuestión).

La Ley 4.096, iniciativa presentada por Camps y que ya fue aprobado en primera lectura en diciembre pasado, prevé en su artículo Nº 1 la creación de la Reserva Ecológica Costanera Norte en el polígono delimitado: al suroeste, por el muro de contención de la Ciudad Universitaria; al sureste, la desembocadura del Arroyo Vega y el Parque de la Memoria; al nornordeste, la Costa del Río de la Plata y al nornoroeste la desembocadura del Arroyo White y la sede náutica del Club Universitario Buenos Aires. Según el legislador, el proyecto recibió un informe positivo de parte del Ejecutivo Porteño, pero desató la polémica en cuanto al uso del predio, ya que las tierras pertenecen a la Universidad de Buenos Aires (UBA).

En su exposición, Miguel Ángel Mourinho, Subdirector de Asuntos Jurídicos del Rectorado y Consejo Superior de la UBA, aseguró que el predio es de total propiedad de la UBA y como propietaria acordó desde hace 15 años con las autoridades del Gobierno porteño el destino que desea para el lugar. Además, detalló cómo esos terrenos llegaron a ser propiedad de la Universidad: Por un decreto, en 1958, el presidente Arturo Frondizi desafectó un terreno bastante grande y se lo otorgó a la UBA. El predio estaba delimitado por la estación Balneario del Ferrocarril General Belgrano, por la Avenida Costanera, en el este por el Río de la Plata y hasta la Avenida General Paz, época donde todavía no existían las avenidas Lugones y Cantilo.

En 1961, el predio quedó (por Ley) en posesión de la Universidad de Buenos Aires; pero se redujo el límite noroeste hasta la calle Comodoro Rivadavia y no hasta la Avenida General Paz, como se había establecido en un principio.

Por su parte, Martín Marcos, profesor y ex Secretario de Extensión de la UBA, explicó: esos terrenos son de la Universidad y el objetivo fue integrar ese espacio urbano a la vida de la UBA. El proyecto no refleja la historia, porque hubo un enorme caudal de iniciativas, discusiones, acuerdos y desacuerdos con respecto a ese espacio, remarcó Marcos, a la vez que agregó que nos interesa el predio, la naturaleza y la vida, a partir de eso hay que combinar y consensuar de qué manera vamos a usar, proteger y potenciar ese espacio tan grande e importante para la Ciudad.

Antes de las dos exposiciones por parte de los representantes de la Universidad de Buenos Aires, el diputado Adrián Camps contó que en junio del año pasado hubo una reunión con el rectorado de la UBA. Se nos manifestó que estaban de acuerdo con el resguardo de la zona, pero querían debatir la forma de administración del predio, lo cual nos pareció razonable dado a que queremos llegar al mayor grado de consenso.

Desde el despacho del legislador, informaron que si bien se plantearon algunas diferencias con el proyecto tal y como se aprobó en primera lectura, hubo consenso en: la necesidad de proteger el área -fundamentalmente el bosque y el humedal-, por parte de la Universidad de Buenos Aires -propietaria del terreno- y por el Gobierno de la Ciudad; en que debe tomarse como antecedente el Plan de Manejo elaborado en el año 2007 y que hay que buscar una forma de gestión que contemple los intereses de la UBA, los del Ejecutivo porteño, los de las Comunas y los de las ONG’s.

El proyecto deberá ahora volver a comisión para ser nuevamente debatido y modificado a partir de los aportes de la Audiencia Pública, para luego buscar su aprobación definitiva en el recinto.