El Consejo de la Magistratura está paralizado
Hoy votan los abogados porteños a sus representantes dentro del cuerpo. La aspirante a consejera por Cambio Pluralista, Alejandra García, afirmó que falta decisión política para destrabar la parálisis del organismo. Además, en diálogo con este medio, cuestionó que Oyarbide continúe siendo juez e indicó que se viene un periodo muy difícil ya que habrá que convivir con la salida del kirchnerismo del poder.
El Consejo de la Magistratura está paralizado por una decisión política. Lo dijo Alejandra García (Cambio Pluralista), quien aspira a ocupar una banca dentro del Consejo de la Magistratura en representación de los abogados porteños.
De acá a fin de año, el cuerpo renovará a once de sus trece integrantes. Luego de los abogados de la ciudad de Buenos Aires, que votarán hoy a sus representantes dentro del cuerpo, harán lo mismo los jueces el 23 de septiembre, los letrados del interior seis días después y finalmente las universidades y los bloques del Congreso que aun no fijaron fecha.
García compite contra la civilista Adriana Donato de la lista Gente de Derecho, quien forma parte del tribunal que impulsa el juicio político contra el fiscal José María Campagnoli. Hasta el momento, el oficialismo y la oposición cuentan con la misma cantidad de votos. Ambas candidatas buscan revertir esta paridad para así reactivar el organismo que se encarga de ascender y sancionar a los jueces.
Entre las figuras que se mostraron a favor de la candidata por la agrupación de Cambio Pluralista, figura el presidente de la AGN, Leandro Despouy, el ex fiscal anticorrupción (y hoy diputado nacional) Manuel Garrido, el ex fiscal Julio César Strassera y el ex jefe de bloque de la UCR en la Cámara baja Ricardo Gil Lavedra.
Con más de veinte años de ejercicio ininterrumpido en la profesión, García busca reemplazar a Alejandro Fargosi, quien termina su mandato en el organismo. Esta abogada, nacida y criada en Lugano, supo que se dedicaría al derecho ni bien arrancó el secundario en 1983. Cuenta que fueron los vientos de la democracia los que la impulsaron a tomar esa decisión.
Uno de los temas que más preocupa a García es la corrupción. Los abogados no sólo vamos a elegir nuestros representantes. También vamos a poder ponerle un freno a este flagelo, aseveró la letrada y recordó el derrumbe en el boliche Beara en 2010 y la tragedia ferroviaria de Once en 2012 como dos ejemplos que evidencian que la corrupción mata.
¿Cuáles son los principales problemas que detecta dentro del Consejo de la Magistratura?
El Consejo de la Magistratura está paralizado. Esto trajo como consecuencia que haya 239 bacantes en la justicia federal, muchas de ellas en zona de fronteras que, básicamente, tienen que ocuparse de casos de narcotráfico, trata de personas y lavado de dinero.
¿A qué atribuye esta parálisis?
Básicamente es una decisión política. Creo que nos va a tocar a los que resultemos electos convivir con la salida del kirchnerismo del poder. Esta va a ser una época dura en la que habrá que articular todos los mecanismos que estén a nuestro alcance para destrabar la situación.
Entre las principales preocupaciones dentro del cuerpo está la situación del Juez Federal Norberto Oyarbide. ¿Cuál sería su postura en caso de asumir?
Como yo creo que vamos a ganar las elecciones preferiría no adelantar mi postura porque eso me excluiría de participar en el debate dentro del Consejo.
¿Pero considera que Oyarbide puede seguir siendo juez?
Yo ya me expedí públicamente en varias oportunidades y dije que si el Consejo de la Magistratura funcionara como debiera, Oyarbide hoy no tendría que ser juez. Ya tuvo otras 15 denuncias. En una de ellas estuvo a punto de abrirse un juicio político en su contra por el sobreseimiento exprés que dictó por el presunto enriquecimiento ilícito del matrimonio presidencial. En ese caso, estuvo a un paso de ser enjuiciado y lo salvó el voto del consejero representante de los letrados.
¿Cuáles considera que son hoy las necesidades de los abogados?
Son infinitas porque la parálisis de la justicia afecta directamente nuestro trabajo. Hoy hacemos interminables colas para entrar a edificios colapsados en donde los expedientes están tirados en el piso o apilados en baños. Hay que pensar que esos no son sólo papeles sino que adentro de cada una de esas carpetas está la esperanza de una persona que espera que, en algún momento, un juez haga valer sus derechos.