Raúl Alfonsín llegó a ser un líder político aún teniendo a los medios de comunicación en contra, así lo recuerda Federico Polak, su vocero durante la época de la Alianza. Igualmente, aclara que el radicalismo nunca lo quiso demasiado. Es muy raro porque más radical que él no había nadie, pero su pensamiento trascendía el partido.

Federico Polak arrancó a trabajar en el gobierno de Alfonsín desde el comienzo. En el 83´ asumió como jefe de gabinete de los ministerios de Educación y Justicia. Por eses entonces Polak estaba más ligado al Desarrollismo de Arturo Frondizi que a la Unión Cívica Radical (UCR). Sin embargo, las imágenes de aquel 10 de diciembre cobran vida en su relato como si acabaran de suceder. Ese día me tomé un taxi y fui hasta la parte de atrás de la casa de gobierno para ver la jura del presidente. Estaba vestido de azul. Cada vez que quería ingresar para dejar un documento sobre derechos humanos, era imposible. Un personal administrativo se acercaba hasta el vallado y recibía nuestros folios. Pero en ese momento fue distinto. Ese día sentí que entré en mi casa. Fue muy impresionante. Me sentí muy bien recibido, rememoró en diálogo con Gestionpublica.info.

Para Federico Polak, aquel gobierno generaba un sentido de pertenencia. Fue una primavera democrática que duró hasta parque norte, añadió. Junto a Alfonsín forjaron una relación de amistad. Si bien en un primer momento no tenía mucha llegada al entonces presidente, en 1989 cuando estaba al frente del Banco de Chubut se acercó al ex mandatario para pedirle que no se presente en un acto en esa Ciudad. Desde el partido de Chubut me pidieron que le pida que no fuera. Para ellos Alfonsín piantaba votos. Los radicales nunca se dieron cuenta lo que tenían. Era un partido muerto que Alfonsín lo resucito. Esa vez lo fui a ver. Él me mira y me dice ‘¿usted me viene a pedir que yo no vaya a Chubut?’.

¿Por qué no querían que Alfonsín hable?

Cuando le fue bien eran todos alfonsinistas. Cuando le fue mal comenzó a ser el responsable de todos los males que aquejaban al gobierno y al radicalismo. Antes de irse dijo una frase que me impactó ‘¿si nosotros no hablamos quien va a hablar?’. Alfonsín fue, sin dudas, un líder popular. Los dirigentes no querían que hable. Los medios de comunicación lo habían destruido con lo de la hiperinflación. Le pegaban todo el tiempo. Durante el gobierno de (Fernando) De la Rúa no lo dejaban hablar tampoco.

Se supo que Alfonsín sufrió presiones por parte de los medios...

En relación a los medios, Alfonsín se negó a derogar el artículo 45 de la Ley de Radiodifusión, que impedía la configuración de multimedios. Gran parte de la responsabilidad de que su imagen cayera fue por los medios. El día que ganó (Carlos) Menen, Radio Mitre transmitía desde el hotel Presidente, donde estaba su bunker, como el ‘hotel de la victoria’.

¿Qué pasó en el medio para que Alfonsín pase de ser amado en el ‘83, vapuleado en al principio en los ‘90 y reivindicado casi en todas sus medidas diez años más tarde?  

Alfonsín llegó a ser un líder político con los medios en contra. Cuando propuso la alianza, los medios le pegaron.  Antes de las elecciones se tuvo que ir del Instituto Programático de la Alianza. Cuando se vendió YPF a nadie del Instituto le molestó. Y Alfonsín, solo, le mandó una carta al presidente para pedirle una audiencia. Menen se la derivó al ministro de Economía. Allí le dijo que había que hacer una alianza estratégica con PETROBRAS que, en poco tiempo, iba a ser una gran compañía. Tenía esas cosas de líder absoluto. Vio una reconsideración con la sociedad cuando tuvo el accidente.

También en el acto en la Casa Rosada en donde colocaron su busto

Esa fue una muy buena iniciativa de los Kirchner. Pero su figura era tan conflictiva que todos los que no eran radicales se quejaban porque él iba a la Casa Rosada a ver a los Kirchner.

¿Está de acuerdo con quienes señalan que el gobierno de los Kirchner fue el que más reivindicó las políticas de Alfonsín?

Los adversarios que enfrentaron a Alfonsín son los mismos que a los Kirchner. Muchas de las banderas que levantaron ambos son preciadas. La diferencia es que Alfonsín propuso un pacto que fue la última estrategia con el país en 1985, que implicaba pensar a la sociedad desde la parte más vulnerable. Y eso se llama la ética de la solidaridad y al mismo tiempo modernizar el estado que en el fondo era un proyecto de desarrollo. Kirchner muchas veces habló de desarrollo inclusivo, que significa que todos los sectores sociales y económicos pagan los costos y reciben los  beneficios del desarrollo en paridad, cosa que es un concepto distinto. Kirchner favoreció a los sectores de trabajo, sin duda, tenía una buena caja. Recuperar una serie de elementos que habían salido del estado y reivindicó el asistencialismo. Lo que no hicieron fue construir un modelo de desarrollo que les permitiera atajarse en los momentos malos como estos.

¿Qué banderas comparten ambos gobiernos?

Esta idea de que el pobre no es culpable. Los dos gobiernos  intentaron que los pobres tuvieran menos pobreza y menos desigualdad. En esto coincidieron. Incluso en el asistencialismo, Alfonsín tuvo el Plan Alimentario Nacional. Alfonsín también luchó por banderas nacionales como YPF. ¿Quién puede discutir eso? Entre otras cosas, se diferencian porque los Kirchner antes de sacar la Ley de Medios habían tenido un gran idilio con el medio. Alfonsín nunca. Si Alfonsín hubiera tenido menos escrúpulos, hoy estaríamos discutiendo su quinto mandato. El peronismo nació del poder y sabe manejarlo. Alfonsín, en cambio, era muy republicano. Y esto no es un elogio.

¿Qué balance puede hacer de estos 30 años de democracia?

La democracia argentina fue la única que no fue pactada. Este es un punto importante. En estos treinta años se debatieron cosas impensadas en otras épocas como la Ley de Matrimonio Igualitario. Muchas conquistas sociales, pero por sobre todas las cosas el mantenimiento de la democracia a pesar de  todas las cosas que sucedieron. Se retrocedió en un montón de cosas también. El concepto de la ley está muy bajo. Cualquier persona que quiere hacer un reclamo lo hace por fuera de ley y con métodos que complican todo.