En la madrugada del domingo 12 de junio, Omar Mateen entró en la discoteca Pulse en Orlando, Estados Unidos (EE.UU.), y asesinó a disparos a 49 personas y dejó 53 heridos. Siete años atrás, se advertía desde el Servicio de Estudios del Congreso que en el país había más armas que personas, es decir, 310 millones de armas sobre 306 millones de habitantes. Este hecho y estas cifras vuelven a poner en debate la falta de control estatal sobre la compra y portación de armas y las 32.000 muertes (entre suicidios, accidentes y asesinatos) que ocurren por año.

Según el Departamento de Justicia norteamericano, en 2013 se vendieron 16,3 millones de armas de fuego, aproximadamente 44.889 armas al día. Mientras tanto, en Argentina, el Registro Nacional de Armas (RENAR) aún no tiene inventario sobre las armas que tiene en su poder y no se sabe qué pasará con el Plan Nacional de entrega voluntaria de armas de fuego que se encuentra suspendido hasta que se sancione una nueva Ley que disponga su continuidad.

En Estados Unidos hay tres muertes por hora a causa de armas de fuego. Solo en 2015 se produjeron 294 tiroteos masivos. En enero de este año, el Presidente Barack Obama anunció medidas para ampliar los controles en las compras de armas. El plan constaba de licencias obligatorias para vendedores, controles de antecedentes para compradores (revocando así las actuales excepciones a algunos vendedores por internet y de ferias de armas), más información sobre personas no cualificadas para tener armas por enfermedades o violencia, más personal vinculado a procesar los controles de antecedentes en el FBI, inversiones en el acceso a los cuidados de salud mental e investigación por parte de los Departamentos de Defensa, Justicia y Seguridad Nacional en "tecnología inteligente de armas" para evitar accidentes. Hay decenas de miles de muertes más a causa de armas de fuego en Estados Unidos que en otros países, indicó Obama en aquella oportunidad.

¿Quiénes pueden portar armas?

Por ley, la venta de armas en EE. UU. esta denegada a ex presos, fugitivos de la justicia, condenados, adictos a sustancias, enfermos mentales, inmigrantes sin papeles o con visa, quienes hayan sido dados de baja de forma deshonrosa de las Fuerzas Armadas, quienes hayan renunciado a la nacionalidad, quienes tengan condenas por delitos de violencia doméstica o estén sometidos a órdenes judiciales por este tema. El resto de los estadounidenses mayores de 18 años pueden comprar armas presentando el documento de identidad, una dirección de residencia, fecha de nacimiento y fotografía. El control de antecedentes demora 72 horas pero si no responden antes de ese plazo, se considera autorizada la compra. Asimismo, los particulares que formalmente no se dedican a la venta de armas pueden venderlas sin necesidad de hacer la revisión de antecedentes. Justamente estos son los responsables de la venta del 40% de las armas en el país.

Gestionpublica.info dialogó con Gustavo Colas, integrante de la Red Argentina para el Desarme, quien se refirió a las leyes que rigen en Argentina. Desde el año 63` (con una modificación en 1995) en adelante tenemos un sistema vinculado al control de los usuarios de armas y registro de los mismos y de las armas que obtienen. Para comprar un arma primero hay que cumplir una serie de pasos en el RENAR que te habilitan como tenedor legar, detalló. Algunos de los puntos a presentar son: aptitud física y psíquica para manipular un arma, antecedentes penales, ingresos legítimos. Además, según comentó Colas, está vigente por resolución un sistema de consulta pública por el cual, quien quiera tener un arma, aparece en un listado de libre acceso para que cualquier persona pueda manifestar su oposición a darle el permiso si es una persona violenta, por ejemplo.

En Argentina, quienes quieren poseer un arma de fuego necesitan primero la licencia de usuario y posteriormente se lo faculta a la tenencia que es algo distinto a la portación. La tenencia faculta tener un arma de fuego en el domicilio, con la posibilidad de llevarla a un polígono o un puerto de caza, lo cual implica que para transportarla tiene que estar descargada y no apta para el uso. En el caso de la portación, el RENAR te habilita a tener un arma de fuego en lugares públicos, y esto se otorga de manera más restringida porque implica una suerte de licencia para hacer uso de las armas de fuego en las mismas condiciones prácticamente que una fuerza de seguridad.

Peligros de tener y portar armas

Las condiciones de inseguridad llevan a la gente a estar armada, confirmó Colas quien hizo además hincapié en las imposibilidades reales de hacer un buen uso de las armas. Es más alta la probabilidad de que el arma se termine usando para resolver letalmente una disputa trivial, un problema de violencia doméstica o familiar. Las discusiones van escalando y la presencia de armas de fuego hace que se termine de una forma drástica. Además, existe el riesgo de que puedan caer en manos inadecuadas como chicos o personas no aptas, con la posibilidad de accidentes, resaltó.

Está instalado en el imaginario que las victimas de armas de fuego se dan en situaciones como las de un asalto o robo y, a veces, sucede todo lo contrario, aclaró Colas. Según el representante de la Red Argentina para el Desarme, las víctimas por arma de fuego se dividen en tercios, por un lado en un primer grupo están los suicidios, por otro los robos o asaltos y por último las que nada tienen que ver con un delito como puede ser una disputa vecinal o situaciones de tránsito.

A fines de marzo de este año, en el corazón del microcentro porteño, el abogado Silvio Guillermo Martinero, disparó contra un presunto asaltante y terminó asesinando a un cerrajero uruguayo que trabajaba en la zona. Cuando se intenta utilizar un arma de fuego para defensa hay muchas chances de cometer una tragedia, como perder la propia vida o agredir a un tercero. Hay que crear conciencia de que tenemos una demanda de seguridad y hay que canalizarla. Es el deber del Estado dar seguridad y no la figura de Far West donde todos estemos armados y entrar en una escalada de justicia por mano propia donde todo se resuelve. Auto gestionarse la seguridad no va y es un modelo poco deseable, enfatizó Gustavo Colas.

RENAR

En cuanto al Registro Nacional de Armas, destacó que hay avances, se está haciendo el inventario de armas, se están mejorando las condiciones de guarda y las clasificaciones. Si bien hay una cierta carencia de información fehaciente en cuanto a la cantidad de armas, usuarios, papeles al día, lo que nos preocupa es la falta de renovación de la prorroga otorgada el año pasado al programa de desarme voluntario que se implementó desde 2006 y permitió que las personas entregaran más de 160 mil armas que fueron destruidas junto a sus municiones. Esta prórroga esta pendiente en la Cámara de Diputados y no vemos por parte de las actuales autoridades del RENAR darle un impulso suficientemente importante como para volver a poner en funcionamiento ese programa que ha tenido importantes resultados, finalizó Gustavo Colas.