Las encuestas, cuando están bien realizadas y se hacen sobre muestras representativas, no deberían tener un margen de error mayor de entre el 2 y 4 por ciento; margen que en una elección reñida podría ser definitorio, como acaso podría serlo este domingo no tanto en la disputa de un ganador, sino en la posibilidad de que el segundo llegue con un margen menor del 10 por ciento y lleve la definición a un balotaje, que por otra parte serviría para darle una mayor legitimidad a quien finalmente resulte vencedor.

No da igual erigirse presidente con el 40 por ciento de los votos, que hacerlo con el 60 por ciento o más. De todas maneras, si se tienen en cuenta los números y el margen de error, y el alto porcentaje ciudadanos que aún no tiene definido su voto, el escenario del próximo lunes, cuando comiencen a conocerse los resultados de los comicios, no está aún cerrado ni mucho menos.

De las Paso a esta parte, ya se registraron migraciones, sobre todo en los votos de Cambiemos rumbo a UNA. En las Primarias, el Frente para la Victoria cosechó el 38,41 por ciento de los votos; imponiéndose a Cambiemos, que obtuvo el 30,07 por ciento y a UNA, cuyos números rondaron el 20,63. Estas tres fuerzas se llevaron prácticamente el 90 por ciento de los sufragios, y son precisamente las que, según las últimas encuestas, dirimirán el nombre del próximo presidente de la Argentina.

Según la encuesta realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), del sociólogo Roberto Bacman (Página 12, 18/10/15), sobre una muestra de 2700 votantes, la fórmula compuesta por Daniel Scioli y Carlos Zannini (FpV), lograría mantener el 38 por ciento de sus votos y podría sumar un 3 por ciento más, sumando la proyección de indecisos, que le permitiría superar el piso del 40 por ciento, necesario para aspirar a un triunfo sin pasar por el balotaje, siempre que el segundo termine posicionado a más de diez puntos porcentuales del primero.

En este escalón continúa situado Cambiemos, de Mauricio Macri y Gabriela Michetti, que perdieron algunos puntos en el camino y hoy tendrían una intención de voto de 26,3 por ciento, que con la proyección de indecisos llegaría al 28,2 por ciento. La caída de votos con respecto a la sumatoria de las PASO se explica en que los votantes de Elisa Carrió o Ernesto Sanz no necesariamente se trasladan a las cuentas de Macri, y en el crecimiento que en los últimos dos meses experimentó la fórmula de UNA, que lleva al frente la fórmula Sergio Massa y Gustavo Sáenz. Entre estas dos fórmulas, se da una lucha por la fidelidad de sus votantes de las PASO. Y desde que Massa logró instalar la idea de que es el único que podría vencer a Scioli en un hipotético balotaje, sus números mejoraron sensiblemente, aunque por ahora no le alcancen para desbancar a Macri tocado por el escándalo de Fernando Niembro- del segundo puesto.

También logró capitalizar votantes el frente Progresistas. La fórmula compuesta por Margarita Stolbizer y Miguel Olaviaga, alcanzó una intención de votos del 4,1 que podría aumentar en los próximos días; mientras que el Frente de Izquierda, con la fórmula Nicolás Del Caño y Myrian Bregman, alcanzaría el 3,5 por ciento.

Con estos números, nada indica que Scioli logre acceder al sillón presidencial sin necesidad del balotaje. Una cosa es la intención de votos y otra es el voto real. Por eso esta semana de campaña puede todavía jugar a favor o en contra de los candidatos. En este punto, Scioli es el que más tiene para ganar dentro del universo de los indecisos, ya que difícilmente este grupo logre torcer las tendencias de la segunda y tercera fuerza, pero bien podría aportarle al FpV la cantidad de votos necesarios para imponerse en la primera vuelta. En caso de que se llegara, por el contrario, al balotaje, habrá seguramente que hacer borrón y cuentas nuevas y tener en cuenta el famoso voto útil frente a una polarización obligada, aunque a priori se presente como difícil, aunque no improbable, que el ganador de la primera vuelta termine perdiendo en la segunda.

Esta última semana de campaña será clave para los tres principales candidatos, que estarán a la caza del voto de los indecisos. Un estudio de la consultura Management & Fit (Clarín, 17-10-15) señala la existencia de un 17 por ciento de votantes que estarían dispuestos a cambiar su voto de las PASO. Y entre Scioli, Macri y Massa, el del FpV tendría un menor porcentaje de voto infiel, del orden del 12,7 por ciento; mientras que el Jefe de Gobierno porteño tendría un porcentaje de voto frágil de 15,7 por ciento, y en el caso del líder de UNA, es índice trepa por encima de los 22 puntos. La misma tendencia se aplica a los otros tres candidatos presidenciales: Stolbizer, Del Caño en menor medida, por el alto grado de cohesión ideológica de sus votantes- y Rodríguez Saá. A esto había que sumarle el voto de los indecisos, que llegaría al 10,2 por ciento. Así las cosas, Scioli es el que menos chances tiene de sumar nuevos votos, por lo que la disputa de estos segmentos se centra más que nada entre Cambiemos y UNA.

Este lunes arrancó la recta final de la campaña electoral y los candidatos trabajarán duro para buscar los votos que necesitan para conseguir sus propósitos. El sciolismo apunta a fortalecer la presencia del gobernador en su provincia, que aporta nada más y nada menos que el 37 por ciento de los votantes del padrón nacional. El cierre de campaña será este jueves en el Luna Park, antes Scioli visitará Santa Fe, Entre Ríos y recorrerá también buena parte de la segunda y tercera sección del conurbano bonaerense. En acto de cierre, Scioli estará acompañado por su futuro gabinete, cuyos nombres comenzó a presentar en los últimos días: Alberto Pérez (jefe de Gabinete), Sergio Urribarri (Interior y Transporte), Maurice Closs (Turismo y Deporte), Silvina Batakis (Economía), Alejandro Collia (Salud), Alberto Barbieri (Educación), Diego Bossio (Infraestructura), Julián Domínguez (Industria), entre otros.

De Macri lo esperable es que intensifique su pelea ya no tanto con el kirchnerismo como con Massa, su rival a vencer en esta instancia. El candidato de Cambiemos irá en busca del voto útil para intentar alcanzar la segunda vuelta. Para ello reforzará su presencia en la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y en la provincia de Buenos Aires, donde tiene expectativas de mejorar la excelente campaña de María Eugenia Vidal en las PASO, y cerrará en la provincia de Córdoba, donde pretender cautivar el voto de quienes en la primera vuelta se inclinaron por José Manuel de la Sota y ahora podrían migrar hacia Massa o incluso hacía Scioli.

Y, por último, el candidato de UNA, Massa, que viene de recorrer la semana pasada Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy, se concentrará en territorio bonaerense, donde triunfó hace un par de años y adonde apuesta conseguir los votos que le permitan superar a Macri y colocarse con la segunda fuerza a nivel nacional; a nivel nacional, Massa apostará a su presencia en los medios, desde donde pretende catapultar su imagen hacía cada rincón del país. También visitará Santa Fe y Entre Ríos, y cerrará su campaña en el Museo de Arte de Tigre.

*Sociólogo y periodista.