Escocia tiene en sus manos una definición clave para toda Europa. Este jueves los escoceses mayores de 16 años elegirán, mediante un referéndum, si continúan junto al Reino Unido o si proclaman su independencia.

Alex Salmond, líder del Partido Nacional Escocés, instaló el debate separatista con la siguiente pregunta: ¿Debería ser Escocia un país independiente?. Para Salmond, la unión quedó obsoleta y aseguró que si Escocia fuera independiente, sería de los países más ricos del mundo.

Motivado por las reservas de petróleo y gas natural del mar del Norte, este dirigente, miembro del parlamento local, propone destinar un décimo de los ingresos -1.000 millones de libras al año- para conformar un fondo similar al de Noruega a fin de generar una bolsa de riqueza de 30.000 millones de libras.

Los que abogan por la unión, argumentan que los separatistas están poniendo el futuro económico de Escocia en manos de recursos, que al cabo del tiempo, se agotarán. Además, desde Londres, sostienen que la riqueza del mar del Norte es producto del gobierno británico y que los escoceses necesitan del respaldo de Gran Bretaña para solventar la explotación de dichos recursos.

Por su parte, el primer ministro David Cameron, principal opositor de Salmond, busca evitar que la familia de naciones sea desgarrada. Preocupado por el resultado de las encuestas, que dejan entrever una leve ventaja del movimiento independentista, junto a su socio de la coalición, Nick Clegg, y el líder opositor Ed Miliband se instaló el miércoles pasado en Escocia con el fin de hacer campaña a favor de la unión.

La visita de los líderes políticos fue programada a raíz de un sondeo difundido en el periódico Sunday Times el domingo anterior que señalaba que los partidarios de la separación ganarían con un 51%. Ya en Escocia, Cameron encaró personalmente la campaña Better Together (Mejor juntos) y advirtió que de votarse la independencia se incurrirá en un "salto en la oscuridad".

"Hay muchas cosas que nos dividen, pero hay una en la que coincidimos con pasión, el Reino Unido estará mejor si permanecemos juntos", indicaron los tres dirigentes en un comunicado difundido antes de partir hacia Escocia.

El líder separatista apuntó directo contra el Tesoro británico a raíz de que se conociera la noticia de que el Royal Bank of Scotland (RBS) trasladaría su sede social a Inglaterra en caso de ganar la independencia. Además, Salmond denunció que los empresarios británicos fueron presionados para manifestarse en contra de la secesión de Escocia.

El referéndum divide las aguas no solamente en el campo político. La farándula inglesa marcó su posición en relación a esta consulta popular. Mientras que Sean Connery, el actor Brian Cox y los escritores Irvine Welsh, Alasdair Gray y Alan Bisset, votarán por la independencia, Mick Jagger, Paul McCartney, Emma Thompsom, Rod Stewart y la modelo Kate Moss se inclinaron a favor de la unión.

Por su parte, Isabel II manifestó su imparcialidad a ante el referéndum escocés a raíz de que Salmond dijera días atrás que la monarca estuviese orgullosa de ser la reina de Escocia independiente. El vocero de la casa real dejó en claro la imparcialidad constitucional de la soberana es un principio establecido de nuestra democracia, tal como la reina ha demostrado durante su reinado".

Escocia forma parte del Reino Unido desde 1707. La mayoría de los historiadores coinciden en que el acta de unión trajo consigo bastante polvareda. Atravesada por una fuerte crisis, Escocia vio en la unión la posibilidad de paliar su deuda pública con una fuerte inyección monetaria.

Ahora se verá cuál será el cuadro de situación en caso de ganar el movimiento separatista. El impacto que tendrá a nivel regional, la repercusión en otras naciones, como la catalana, que buscan su independencia y su integración a la Unión Europea. Estos son algunos de los interrogantes que comenzaran a abrirse el 18. Hasta entonces, un escenario incierto.