Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) hay 11,8 millones de asalariados ocupados, de los cuales 4,2 millones trabajan en negro, el 35,8%, sólo un 0,2% menos que el año pasado. La actividad con mayor cantidad de trabajadores no registrados es la pesca con el 87,1%. Otro sector de la economía muy afectado es el agropecuario donde la informalidad alcanza el 60,3%.

Tras el descenso de la precarización registrado en el último lustro, este índice bajó un 0,5% desde 2008.

Llaman la atención las cifras relevadas en el sector petrolero, siendo en su mayoría grandes empresas internacionales, que mantienen el 46,5% de su personal en una situación laboral precaria.

El noreste argentino es la zona más afectada por esta problemática, con un promedio de informalidad del 42%. Le siguen Cuyo, con un 36,8% de trabajo en negro y el Gran Buenos Aires, con el 36,7%. Mientras que, en Capital Federal, el 25,2% de los trabajadores no está registrado.

Además del trabajo en negro directo están otras formas legales para eludir el cumplimiento de cargas sociales y pagar sueldos más bajos, que son presentadas como inclusivas, como el registro de asalariados como monotributistas o la formación de cooperativas truchas, pero que los especialistas lo suman al empleo en negro y precario. Por este motivo, según Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina el empleo precario ascendería al 52% de la fuerza laboral.