Otra vez la línea Sarmiento. Otra vez un choque. A poco de cumplirse 16 meses de la tragedia ferroviaria en la estación Once, que dejó un saldo de 51 muertos y más de 700 heridos, el jueves pasado a las 7.07 una formación embistió a otras por detrás a metros de la estación Castelar.

Ambos trenes iban con sentido a Moreno. Como consecuencia de este siniestro, tres personas murieron y 315 resultaron heridas. Las víctimas fatales fueron identificadas como Ezequiel Agustín Vargas, de 19 años, María Laura del Zompo, de 38, y Cristian Darío Nuñez, de 32.

Alberto Müller, en diálogo con gestiónpública.info,analiza las políticas públicas llevada adelante por el ministerio del Interior y Transporte que conduce Florencio Randazzo, luego de la tragedia de Once que tuvo lugar el 22 de febrero de 2012.

Lo que muestra este accidente es que hay ciertas costumbres empresarias que no se cambian rápidamente. La cultura de no respetar señales en rojo es algo que tenía TBA en sus genes. Hubo varios accidentes producto de esa práctica de no respetar las señales. Eso demuestra que ese comportamiento no se ha corregido.

El ministerio del Interior anunció medidas concretas en cuanto a compra de material rodante para las líneas Sarmiento, Mitre y Roca. Las compras, que se completarían a mitad del año que viene, ascenderían a 500 millones de dólares. Eso demuestra la disposición de poner plata en el sistema. Pero no creo que todas las decisiones sean acertadas. Sobre todo la del reemplazo de los materiales en el Roca. Las formaciones de esa línea tienen bastante vida útil por delante. En este sentido, considero que fue un gasto excesivo.

Creo que este gobierno nacional está corriendo detrás de los acontecimientos, mostrando que quieren hacer algo en términos de inversión. Pero hay que construir una capacidad de gestión para todo el transporte metropolitano. Aun falta bastante en esto.