La casa centenaria de Santos Lugares donde vivió los últimos 60 años el escritor Ernesto Sábato, abrió sus puertas a la comunidad el viernes pasado. La fecha de la inauguración no fue azarosa sino que coincidió con el trigésimo aniversario de la publicación del Nunca Más, el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) que presidió el escritor argentino y en el que se evidenciaban las violaciones sistemáticas a los derechos humanos.

Pasadas las seis de la tarde, la casona de Langeri 3135 recibió a diversas personalidades del periodismo y la política que marcaron la transición democrática. Magdalena Ruiz Guiñazí, Graciela Fernández Meijide, Leopoldo Silgueira, Alberto Mansur, Santiago Chiche López y Daniel Salvador, dijeron presente. También participaron León Arslanián y Ricardo Gil Lavedra, integrantes del juicio a las juntas.

Ernesto Sábato le dio un blindaje ético a toda esa tarea, consideró en diálogo con Gestionpublica.info el diputado nacional por la UCR Ricardo Alfonsín. El hijo del ex presidente, sostuvo que tanto la CONADEP como el juicio a las juntas si bien representaron un riesgo a la democracia también fue lo que contribuyó a consolidarla.

Ante un contexto político muy grave, tal como definió Alfonsín al periodo en el que su padre fue presidente, la democracia corría riesgos de deslegitimación si actuaba como si nada hubiese ocurrido, reflexionó el dirigente radical a treinta años de que Sábato le entregase en mano el informe de la CONADEP a su padre.

En sintonía, Mario, el hijo de Ernesto Sábato quien motorizó la restauración de la casa con ayuda del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, expresó que aquel homenaje no era sólo a su padre, sino a los héroes civiles desarmados que enfrentaron el horror. Además, reconoció a los integrantes de la CONADEP a los que definió como hombres y mujeres que comenzaron con la democracia en la que hoy vivimos.

El propio Sábato deseó que su casa fuera abierta al público para que todos pudieran acceder, no sólo para ver la biblioteca, sino también para seguir dando testimonio de su vida sencilla y humilde, explicó al diario La Nación su hijo. Por este motivo, él junto a su familia formaron la Asociación Amigos de la Casa de Ernesto Sábato con el fin de restaurar la casona centenaria y así crear este museo vivo que busca recrear el ambiente festivo en el que Sábato escribió El Túnel y otras varias novelas.

Hasta tanto consigan más recursos, la casa permanecerá abierta sólo los sábados, de 11 a 15, y los miércoles, de 10 a 14. Los que estamos acá somos los que creemos que las utopías son posibles, somos los que elegimos la libertad, la democracia, la solidaridad y la justicia. Muchos de los que no creen en estos valores nos dicen ilusos y tontos, pero así vamos a cambiar el mundo, concluyó el hijo del escritor.