La Década Inundada
Por Tomás Várnagy. En un reciente Foro Internacional de Cambio Climático, organizado por el Ministerio de Agricultura de la Nación, se aseguró que Argentina estará afectada por excesos hídricos en las próximas décadas . Ante las recientes inundaciones, el gobernador de la provincia y candidato presidencial, Daniel Scioli (y su esposa) volvieron imprevistamente de su inoportuno viaje a Europa en primera clase. A su regreso, anunció que si no se hubiesen hecho obras, hablaríamos de consecuencias peores (Página 12, 14/08/2015).
Luego de las inundaciones de agosto y septiembre de 2012, Cristina Fernández (07/09/2012) anunció la construcción de obras hídricas para los municipios afectados. De acuerdo a chequeado.com (25/09/2012) en el período 2004-2012, el gobierno bonaerense licitó y ejecutó dos de las cuatro etapas previstas en el Plan Maestro Integral, pero la ejecución de las obras de la tercera y cuarta etapa de dicho plan -a cargo del Ministerio de Planificación Nacional- no registra avances significativos desde fines de 2008.
El Ministerio de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires, en su Información de ejecución presupuestaria muestra que el porcentaje de ejecución del Control de Inundaciones en el año 2013 fue de 59,8% y en el 2014 de 38,3, mientras que el porcentaje en el tema Saneamiento Hidráulico fue de 42,8 y 63,3 por ciento en esos años. En otras palabras, para mitigar las inundaciones el gobierno de Daniel Scioli subejecutó estos fondos/programas. Además, pese a la emergencia hídrica decretada el 28/11/2013[1], se redujo la inversión en drenaje y desagües, pasando del 0,34 por ciento en 2011 (0,17% en 2012, 0,14 en 2013, 0,12 en 2014) a 0,21 en el presente año[2].
En 2013 el diputado nacional Carlos Brown (La Nación, 08/04/2013) denunció que parte de los fondos para las obras hídricas fueron desviados a puestos (stands) en Tecnópolis. El Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica, creado en 2001, se conforma con una tasa sobre las naftas y el gas natural comprimido, y originalmente tuvo una afectación específica para obras en zonas rurales, pero entre 2006 y 2009, se invirtió mayoritariamente en zonas urbanas. Un año después, Brown denunció que el gobierno nacional recaudó $ 1.439 millones por el Fondo Hídrico, pero en lo que va de 2014 no informó qué tipo de obras supuestamente viene haciendo (La Nación, 16/09/2014).
Más recientemente, Facundo Moyano, candidato a renovar su banca de diputado nacional por el Frente Renovador, afirmó que el Estado debe buscar soluciones de fondo y apuntó que el problema que vive la provincia de Buenos Aires no es sólo por la falta de inversión sino también de planificación estratégica. Además, año a año se viene subejecutando el presupuesto de infraestructura mientras crece la recaudación… hay una realidad, y es que el Estado no se hace cargo[3].
La Presidenta realiza frecuente uso de la cadena nacional, en muchos casos para informar cuestiones triviales o hacer propaganda partidaria, sin embargo ante esta situación dramática (como Cromagnon u Once) ni siquiera escribió un tuit. Lo que sí hizo de acuerdo a Página 12 es modificar su agenda y monitorear las medidas tomadas para enfrentar la emergencia, manteniéndose durante todo el día informada y tomando decisiones para brindar ayuda a los damnificados; es más, estuvo al frente de todo el armado del operativo (13/08/2015). Nilda Garré, embajadora argentina ante la OEA, felicitó a la Presidenta por algo que nunca sucedió: Bien Cristina recorriendo las zonas inundadas y tomando las medidas necesarias para atenuar la situación de los damnificados, sin saber que la Presidenta no aparece en público desde que se presentó a votar el domingo 7 de agosto. Pocas horas después, borró ese mensaje.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández apuntó contra el sector agropecuario por la situación climática: La cantidad de agua que fluye hoy por la siembra directa hace que las tierras no drenen, no absorban esta cantidad de agua, y eso hace que esto vaya a los ríos y los ríos se manifiesten en cantidades muy importantes de agua (Página 12, 14/08/2015). En Conversaciones en La Nación (14/08/2015), el ex gobernador y candidato Felipe Solá considera que la siembra directa es muy saludable para el suelo, que existe una desesperación para buscar argumentos y que Aníbal Fernández muestra falta de idoneidad y un poder que da miedo. Pocos días más tarde, luego de una reunión con la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), el jefe de Gabinete anunció que era un acérrimo defensor del sistema de siembra directa y atribuyó la controversia a una malinterpretación de sus declaraciones (La Nación, 16/08/2015).
El secretario general de la Presidencia, Eduardo Wado de Pedro anunció que una vez que el agua baje y la televisión se vaya, se llevará a cabo una jornada solidaria con tareas como zanjeos, limpieza de casas afectadas y entrega de ayuda (Página 12, 13/08/2015). Con ese criterio los bomberos apagarán un incendio cuando el fuego se haya extinguido, un médico atenderá a un accidentado luego que se haya desangrado y la policía detendrá al delincuente una vez que se haya fugado… eso sí, siempre y cuando no haya cámaras presentes.
Además del cambio climático y la falta de inversiones en obras se han indicado otros aspectos a considerar. La geógrafa Patricia Pintos observa que la situación se agrava por la apertura de canales clandestinos que abren los productores para escurrir la acumulación de agua y salvar sus cosechas, más las habilitaciones que permiten la construcción de barrios privados sobre los humedales, espacios naturales que escurren y frenan el avance de las aguas, (Página 12, 13/08/2015). Quizás son un factor de importancia en la incidencia de las inundaciones, pero claramente muestran la falta de control y monitoreo de la especulación inmobiliaria, la no aplicación de normas o, directamente, el cohecho; en otras palabras, la ausencia del Estado, sea municipal, provincial o nacional.
Se puede estar de acuerdo con muchas de las políticas de la década ganada, pero es también una década inundada porque está percudida por el mal uso de los fondos públicos, la ineficiencia, la falta de previsión a largo plazo, el despilfarro, la ausencia de inversiones en infraestructuras y la obstinada costumbre de buscar culpables y conspiraciones, sin hablar de los infames temas de la corrupción y el narcotráfico. Como expresó el humilde cura de Salto, Domingo Pisoni: la corrupción no sólo mata, también inunda.