Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA), aprobado en 2011 y realizado en base a datos del año anterior, detectó falencias en la gestión de la Dirección General de Fiscalización y Control (DGFyC). Entre otras cosas, se indicó que la dotación de inspectores para controlar los boliches resulta insuficiente.

 Además, los auditores señalaron que el departamento de Actividad Nocturna utilizó 99 inspectores asignados a otros departamentos inspectivos para fiscalizar los locales inscriptos en el Registro Público de Locales Bailables (RPLB). Por otra parte, se detectó una falta de control en las inspecciones nocturnas realizadas en locales de baile inscriptos en el RPLB, además de que no se controla adecuadamente el funcionamiento de las cámaras de seguridad de los ingresos y egresos de los boliches y que no se guardan por 30 días las imágenes de las videocámaras, tal como lo determina la Ley 2518.

También, la AGCBA observó una descoordinación con la Dirección General de Seguridad Privada ya que desde esta dependencia no envían las credenciales  del personal de seguridad, las cuales deben renovarse al cabo de un año. Por último, el informe sostiene que hay una falta de uniformidad de criterio a la hora de sancionar a los locales bailables.

La Asociación Civil Martín Castellucci (ACMC) se encarga de denunciar y hacer públicos hechos de discriminación y violencia producidos en bares y boliches. Gestionpublica.info se comunicó con el presidente de la organización, Oscar Castellucci, quien destacó que en torno a las inspecciones hay un descontrol integral. Frente al punto donde se plantea que cuentan con pocos inspectores, pienso que si no tienen el personal necesario para cumplir las funciones no pueden habilitar mas allá de lo que puedan controlar, consideró, además de plantear que hay un déficit de capacitación de los inspectores.

En relación al señalamiento de la AGCBA, que indica que ante un mismo hecho se sanciona distinto, Castellucci fue muy crítico: Como corre el tema de las coimas, es probable que se sancione de manera despareja, y añadió: Hay una descoordinación de normas. El fragmentamiento de responsabilidades tiene que ver con dejar el juego libre.

En relación a estos datos, Gestionpublica.info se comunicó con el área de prensa de la DGyFC para contactar a algún funcionario del área de Actividad Nocturna. Sin embargo, tras un intercambio telefónico, al cierre de esta edición no enviaron las respuestas prometidas.

La noche de Buenos Aires

Para Castellucci, la noche porteña es un problema grave: Hay zonas de altísimo riesgo donde se registran muchos hechos de violencia.

Si bien la ciudad de Buenos Aires cuenta con una Ley e instituciones para regular a los locales bailables, en la práctica aparentemente no funciona, comentó el presidente de la ACMC quien insistió en la necesidad de prevenir el delito: Es muy importante que se investigue, se aprese y se condene a los que cometieron hechos delictivos. Pero lo más importante es que existan fuerzas de seguridad que los prevengan.

Castellucci aseguró que en torno a esta problemática hay un problema de políticas públicas: Se habilitan boliches en cualquier lugar, no se los controla y no se garantizan las fuerzas de seguridad. Esto genera un cóctel fatal.

De la 1.913 a la 26.370

En noviembre del año pasado, la Legislatura porteña se adhirió a la ley 26.370 que establece las reglas de habilitación del personal que realiza tareas de control de admisión y permanencia de público en general, para empleadores cuya actividad consista en la organización y explotación de eventos y espectáculos públicos.

Sin embargo, la Ciudad de Buenos Aires ya contaba con la Ley N°1.913 que, entre otras cosas, regulaba la actividad de los patovicas.

No tenían ni la menor idea de lo que hacían al adherirse a la Ley 26.370 porque la nueva normativa tumba la 1.913 y ellos siguen creyendo que sigue vigente y no es así, sostuvo Castellucci.

Según la Ley nacional, las empresas que prestan servicios de vigiladores (es decir, aquellas personas encargadas de proteger bienes) no pueden prestar el servicio de controladores (quienes garantizan el resguardo de la integridad física de personas), explicó. No obstante, en la reglamentación pasan a llamar vigiladores a los controladores. No entendieron nada añadió el fundador de la ACMC quien concluyó: Todavía no hay reglamentación y aparentemente la que está por salir es muy ridícula porque va en contra de la Ley que adhirieron.