El cierre de las inscripciones de las distintas alianzas que se batirán en las urnas ha dejado interesantes novedades, aunque todavía resta que se consoliden las candidaturas, algo que las fuerzas en cuestión deberán resolver a más tardar el próximo sábado 22 de junio, fecha en la vencerá el plazo para las inscripciones ante la Junta Electoral. Se avecinan días intensos de discusiones, enojos y, finalmente, consensos, pero una vez finalizadas estas negociaciones los argentinos tendrán todavía más claro el panorama para las PASO que se avecinan y que sentarán las bases para la elección de senadores y diputados en todo el territorio nacional.

Afuera de la discusión quedó la cuestión de la reforma del Consejo de la Magistratura y la elección popular de los consejeros que el kirchnerismo y sus aliados habían logrado apuntalar con una ley votada en el Congreso. Sobre la suspensión de esta elección particular acaba de expedirse, por vía del per saltum, la Corte Suprema de Justicia, que en un fallo casi unánime -sólo votó a favor de la reforma el ministro Eugenio Zaffaroni- decidió avalar el fallo de la jueza federal María Servini de Cubría, quien días atrás declaró la inconstitucionalidad de la ley de reforma del Consejo cuestionando varios puntos, entre ellos el aumento de los representantes académicos y científicos, que según la flamante ley  debía subir de uno a seis, y la otra cuestión central de la elección popular de los consejeros a través de los partidos políticos, algo que por el momento seguirán eligiendo las respectivas corporaciones judiciales de jueces y abogados.

Abajo este tema de la discusión, las PASO se llevarán todo el protagonismo. Y, precisamente, a juzgar por la expansión territorial de las distintas alianzas, aquí el oficialismo parece a priori correr con algunas ventajas.

El Frente para la Victoria (FPV) fue el primero en inscribir sus alianzas y tendrá presencia propia en los 24 distritos electorales. Fue la única alianza que logró abrazar con fuerza propia todo el territorio, seguida en este rubro por la Unión Cívica Radical (UCR), que a pesar de no contar con una figura algutinante a nivel nacional logró, apoyada en su estructura centenaria, casi el mismo objetivo. En la mayoría de los distritos irá en distintas alianzas: con las fuerzas que componen el Frente Amplio Progresista se presentará en la Provincia y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; mientras que en provincias como Córdoba y Mendoza, donde se siente más fuerte, lo hará sin compañía y con candidatos propios.

Otros opositores como el peronismo disidente de Francisco De Narváez o el PRO de Mauricio Macri, discutieron hasta último momento pero no se pusieron de acuerdo en el reparto de las candidaturas y, por lo tanto, no inscribieron su tan mentada comunión a nivel nacional. De todas maneras, tendrán estos próximos días para ver si destraban sus discusiones y al menos alcanzan a sellar un acuerdo ya no de fuerzas pero sí acaso de candidatos; de todas maneras esto se presenta difícil en estas horas porque en la discusión previa se resintieron los lazos. Pero en política, como dice el slogan de una marca deportiva, nada es imposible.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se inscribieron en total ocho frentes. El oficialista PRO sumó a Unión por Todos, que lidera Patricia Bulrich, mientras que el peronismo disidente se expresará a través del FE, del gremialista rural Gernónimo Momo Venegas, cuyo candidato a senador podría ser el ex ministro de economía Roberto Lavanga.

De todas, sin dudas la más llamativa es la alianza presentada por la UCR, el socialismo, Libres del Sur, Coalición Cívica y Proyecto Sur, quienes si bien comparten cierta mirada progresista, dirimirán a sus candidatos a través de tres listas bien diferenciadas entre sí. Por un lado irían Ricardo Gil Lavedra con Prat Gay, por otro lo harían Elisa Carrió y Pino Solanas -extraña alianza, inimaginable tiempo atrás- y la tercera tendría como cabezas a Rodolfo Terragno y al fugaz ex ministro de economía del kircherismo, Martín Lousteau. Hay que hacer un gran esfuerzo para imaginar a los perdedores en esta interna apoyar a los vencedores. Será ver para creer.

Dentro del espectro progresista quedaron afuera de esta alianza Unión Popular, cuyo líder Claudio Lozano, se presentaría como candidato a senador por la flamante agrupación Marea Popular, que presentará a Itai Hagman como cabeza de la lista de diputados. Por último, el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) llevará a la arena al dirigente del Partido Obrero Jorge Altamira.

Algo distinto es el panorama en la Provincia de Buenos Aires, que batió récord de alianzas con nueve inscripciones. Como fuerza principal se presenta el FPV con el sciolismo y una alianza que contempla 34 componentes entre frentes vecinales, Nuevo Encuentro y Frente Social, entre otros. La UCR irá con los socialistas y el GEN, pero no habrá internas, sino que ya se definió que Margarita Stolbizer y Raúl Alfonsín encabecen la lista, que a pesar de los esfuerzos de último momento contará también con candidatos de la Coalición Cívica pero no de Proyecto Sur. Mientras que Unidad Popular y PTP -integrantes del resquebrajado FAP-, el MST, Nueva Izquierda y Partido Social, presentarán juntos la candidatura de Víctor de Gennaro a través del Frente Popular Democrático y Social (Podes). 

Tal como ocurrió en la Ciudad, tampoco hubo acuerdo entre De Narváez y Macri para este distrito, que resulta clave para la proyección nacional. El PRO irá por su cuenta y su candidato sería el intendente de San Isidro, Gustavo Posse; mientras que De Narváez buscará su propia reelección con la alianza entre su Unión Celeste y Blanco, su propio partido, y el Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo del líder sindical Hugo Moyano, en busca de un buen resultado que lo deje bien parado para una hipotética candidatura a la gobernación en 2015.

Por otro lardo, y a pesar de todo lo que se especuló con su candidatura, el ex Jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner e intendente de Tigre, Sergio Massa, inscribió su propia fuerza, el Frente Renovador Peronista, compuesto mayoritariamente por un puñado de intendentes bonaerenses, entre ellos el macrista díscolo Jesús Cariglino, y el diputado Felipe Solá. En este espacio se espera con ansías la definición de las candidaturas, ya que mucho parece importar, tanto a oficialistas como a opositores, lo que haga el propio Massa; es decir si salta a la arena política en este juego o si, por el contrario, elige preservarse para un objetivo más importantes como lo serán las elecciones de 2015.  Además, estará el FIT, aquí con Néstor Pitrola al frente, Acción con FE de Momo Venegas, y Compromiso Federal, la fuerza que responde a los hermanos Rodríguez Saá.

En los otros distritos importantes a nivel nacional hubo novedades para destacar. En la provincia de Córdoba, la puja será entre Unión por Córdoba de José Manuel De la Sota, que llevará como candidato al ex gobernador Juan Schiaretti. Esta alianza la conforman el PJ, la Democracia Cristiana, Acción por la República, Fe y Unión Celeste y Blanco y otras diez agrupaciones, entre las que no se encuentra el PRO, que irá con la UCeDé y Unión Popular, con un candidato mediático como es el ex árbitro Héctor Baldassi; y también tendrá presencia el Frente Progresista Cívico y Social, que integran el Partido Socialista, Libres del Sur, Córdoba en Acción, Nueva Izquierda y el Frente Cívico y Social de Luis Juez.

Todos estos buscarán restarle fuerza al FPV, que en esta provincia componen once partidos políticos, entre los que se destacan el Frente Grande, Comunista, Humanista, Solidario, Corriente de Liberación, Encuentro por la Democracia y la Equidad, Cambio Córdoba, Acción para el Cambio y la hiperkirchnerista Kolina.

Un escenario similar se presenta en Santa Fe, el ex gobernador Hermes Binner será la cabeza del Frente Progresista Cívico y Social que conforman el PS y la UCR, sumados a los Demócratas Progresistas, el ARI, el GEN y Libres del Sur. Y el PRO seguirá insistiendo con el comediante Miguel Del Sel, pero aquí si apoyado por Unión Celeste y Blanco, el Movimiento Integración y Desarrollo, Unión Federal y UceDé. Mientras que el FPV se presentará en alianza con el PJ, el Frente Grande, el Partido Conservador Popular y el Partido del Progreso Social.

El otro de los distritos grandes es Mendoza. El FPV estará conformado por el PJ, el Partido de la Victoria, Kolina, el Movimiento de Integración Nacional. La UCR llevará como candidato  al ex vicepresidente Julio Cobos, quien aceptó en su lista candidatos de Libres del Sur, aunque sin conformar una alianza  explícita. Mientras que el FAP irá a las PASO junto a la Coalición Cívica para dirimir candidatos propios en las internas. 

Cierto es que habrá que esperar a los resultados de las PASO para que comience a delinearse el panorama político nacional con vistas al proceso electoral de octubre. Sin embargo, en el cierre de las inscripciones de alianzas al menos comenzó a abrirse el horizonte.  

Por último, si bien la oposición mostró su fragmentación territorial en prácticamente todos los distritos, hubo un punto en el que las coincidencias fueron totales. Antes de la suspensión de las elecciones de los consejeros de la Magistratura, la gran mayoría de los opositores habían logrado converger en una única lista, que fue inscripta como Frente para la Justicia; y se inscribieron otros tres frentes opositores de menor calibre: MST-Nueva Izquierda, el FIT y la Compromiso Federal de los Saá.

Hasta el fallo de la Corte Suprema, que suspende esta elección particular, la pregunta del millón era si el Supremo Tribunal iba pronunciarse a favor de la reforma votada o, como finalmente sucedió, iba a sentenciar su suspensión. De nada sirvieron las presiones de último momento por parte de distintos funcionarios del Gobierno, como los ministros Julio De Vido y Alicia Kirchner, tampoco la recomendación de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Garbó, cuyo argumento principal, en el marco de la Democratización del Poder Judicial, es que el Congreso está facultado para determinar el sistema de esta elección, cuyo objetivo no es otro, según sus palabras, que el resguardo de la soberanía, la democracia representativa y el fortalecimiento de la participación ciudadana.

La Corte Suprema, en su fallo de 68 páginas, declaró la  "inconstitucionalidad de los artículos 2, 4, 18 y 30 de la ley 26.855, y del decreto 577/13" y cuestionó por inaplicabilidad las modificaciones de la misma ley con relación al quórum previsto en el artículo 7, respecto al régimen de mayorías y a la composición de las comisiones del Consejo" y dispuso "dejar sin efecto la convocatoria a elecciones para los cargos de consejeros de la magistratura representantes de los jueces de todas las instancias, de los abogados de la matrícula federal y de otras personas del ámbito académico y científico establecida en los artículos 18 y 30 de la ley 26.855 y en los artículos 1º, 2º, 3º y concordantes del decreto 577/13", según difundió ayer el Centro de Información Judicial (CIJ) que depende de la propia Corte. El falló contó con los votos del presidente del Tribunal, Ricardo Lorenzetti, y los jueces Elena Highton, Carlos Fayt, Oscar Maqueda y Enrique Petrachi completaron la mayoría, mientras que Cármen Argibay se sumó con un voto concurrente (es decir con distintos fundamentos a los expuestos por Petrachi), y sólo Eugenio Zaffaroni votó en disidencia.

Conocido el fallo de la Corte, el Gobierno expresó su posición a través del ministro de Justicia, Julio Alak, quien adelantó que el Ejecutivo no apelará la resolución ni recurrirá a Tribunales Internacionales, como se especuló en un principio. Los esfuerzos se concentrarán en los Encuentros Federales sobre la Democratización de la Justicia, los foros de debate que el oficialismo impulsa en las distintas provincias para que la sociedad le hable a la Justicia.

*Sociólogo y periodista.