Pero si todavía quedaba algo por hacer en materia de renovación del gabinete, parece haberse completado esta semana con el nombramiento de la politóloga María Cecilia Rodríguez al frente del ministerio de seguridad en reemplazo de Arturo Puricelli.

Principalmente en el caso de los ministros Jorge Capitanich, Axel Kicillof y Carlos Casamiquela, lo que se ha podido observar en estos primeros días es que muestran un perfil mucho más dinámico que sus antecesores y una clara política comunicacional, en la que Capitanich y Kicillof parecen marcar diferencias sustanciales, ya que incluso han conseguido dejar al menos en suspenso varias de las recurrentes críticas de la oposición.

La comunicación política fue siempre una fortaleza en el chaqueño Capitanich, y lo hecho por el jefe de ministros en estos días no hace más que confirmarlo. La convocatoria al diálogo a los gobernadores, y al jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, y la reapertura de un diálogo más fluido con la prensa forman parte de la renovada estrategia del kirchnerismo para levantar la imagen del Frente para la Victoria con vistas a las presidenciales del 2015. A esto se le suman los cambios, también por funcionarios más dinámicos, en áreas estratégicas o, mejor dicho, áreas sensibles a las críticas del arco opositor como, por citar otro ejemplo, lo estaba siendo la Sedronar, donde fue nombrado el sacerdote Juan Carlos Molina.

En el caso puntual de la cartera de Kicillof, impactaron la renuncia del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno, el anuncio oficial sobre el acuerdo entre YPF y Repsol, a lo que se le suma la baja sensible en el valor del dólar blue (o ilegal) y el aumento del valor del dólar oficial que superó el techo de los 6 pesos; a esto se le suma otra medida de impacto mediático como el aumento del 35 por ciento al dólar turístico, una medida que apunta a frenar la fuga de divisas que viene siendo una gran preocupación para el Gobierno.

Pero la impronta de mando de la presidenta no se terminó ahí. CFK volvió a mover las piezas y nombró a Rodríguez en Seguridad. Se trata de otra funcionaria con perfil dinámico, con más de 20 años en la función pública y que llega procedente de la secretaría de Coordinación militar de Asistencia en Emergencias dependiente de la cartera de Defensa. Su perfil técnico-político había sido elogiado por la Presidenta con anterioridad. Rodríguez estuvo con los Cascos Blancos y cumplió tareas en catástrofes naturales como las sufridas en Haiti, El Salvador y Kosovo, lo que le valió el reconocimiento internacional; mientras que en el país intervino en las trágicas inundaciones de Santa Fe, el alud de Tartagal y recientemente en las inundaciones de La Plata; y trabajó también en la construcción de políticas de seguridad desde la subsecretaria de Participación Ciudadana del ministerio de Desarrollo Social, donde trabajó conjuntamente con la ministra Alicia Kirchner y el secretario de seguridad Sergio Berni. Quienes la conocen, remarcan su perfil de gestión. Punto coincidente con los otros flamantes ministros.

Un punto a tener en cuenta es cuál será la reacción de Berni tras el nombramiento de Rodríguez. Al multifacético funcionario se le conocen varias rispideces con sus superiores, como le ocurrió con Nilda Garré y con Puricelli, y habrá que ver cómo digiere el hecho de que, a pesar de su alto perfil, si bien se mantiene en su cargo no figuró en los cambios propuestos desde la Rosada.

Ahora bien, en Agricultura, una cartera en la que los principales actores mantienen una relación conflictica cuando no hostil con el Gobierno, Casamiquela ex titular del Senasa- anunció más diálogo con todos los sectores y todas las entidades con representación, y dejó en claro que trabajará avanzando cadena por cadena, preservando a los productores y consumidores y adelantó que su cartera trabajará conjuntamente con la jefatura de gabinete y con Economía. No habrá anuncios rimbombantes, básicamente propondremos el aumento de la producción por productividad, adelantó el flamante ministro en una entrevista con Página 12 (1/12/13).

Tanto Capitanich como Kicillof han logrado en estos días acaparar protagonismo. Como se dice en política, han logrado instalarse en sus nuevas funciones. Kicillof tendrá que trabajar duro para combatir la inflación, que se disparó en los últimos días con los aumentos en la carne y los combustibles. Al menos, por ahora, el flamante ministro

Adelantó frente a los empresarios que la tan mentada competitividad no se logrará sacrificando el salario. La solución más sencilla es reclamar la caída de los salarios. Pero les prometemos que eso no es lo mejor tampoco para ustedes. El salario también es demanda. Lo mismo sucede con devaluar tremendamente el tipo de cambio, señaló el titular del Palacio de Hacienda durante 19ª Conferencia Industrial organizada por la UIA, en la que estuvo acompañado por el flamante secretario de Comercio, Augusto Costa, quien asumió recientemente la responsabilidad de reemplazar al polémico Moreno. Kicillof, en otra muestra de su perfil de economista político insistió frente a los industriales: No hay dilema irresoluble entre crecimiento e inclusión. ¡Que no les mientan! Tampoco entre mercado interno y exportaciones, entre agro e industria, y no lo hay entre el Estado y el sector privado. Es un panfleto propagandístico que viene de la silla de José Alfredo Martínez de Hoz. Y, por último, señaló: Hemos demostrado que era falso que primero había que crecer para después distribuir. Fue posible incluir, distribuir, como factor central para lograr el crecimiento. La distribución del ingreso, el aumento del salario, la mejora en las condiciones de vida, se convirtieron en un factor de crecimiento y de mejora.

*Sociólogo y periodista.