Hoy: Tomás Várnagy. Profesor de Teoría Política y Social I y II (Clásica y Moderna), Carrera de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires.

¿Por qué eligió ser profesor? ¿Desde qué año es docente?

En realidad no elegí ser profesor. Hasta los 40 años trabajé en otros ámbitos: como técnico en equipos de refrigeración y, luego, en reparación de contenedores marítimos. Ahora, ya hace más de 20 años que soy profesor y me dí cuenta que es mi auténtica vocación, es lo que debería haber elegido desde mucho antes.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

La relación con los alumnos, son chicos y chicas con muchas inquietudes y ganas de aprender y transformar la realidad que los rodea, lo cual lo obliga a uno a leer y perfeccionarse constantemente. En este sentido, muchas veces no sé si la lectura que estoy haciendo es por placer o por trabajo y, obviamente es por ambas cosas, con lo cual puedo concluir que hago lo que más me gusta hacer: aprender y enseñar.

¿Encuentra alguna traba que dificulte llevar adelante su tarea? ¿Cuál sería?

La gran traba son las condiciones materiales por las que atraviesa nuestra Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Si bien los salarios han mejorado muchísimo en los últimos años, hay muchos docentes que tienen una insuficiente dedicación o directamente trabajan Ad Honorem. Por otro lado, y a pesar de que nos hemos mudado a un nuevo edificio, faltan espacios adecuados para profesores y estudiantes, bibliotecas, etc.

¿Qué modificaría de su trabajo?

Trataría de tener una mayor interacción entre los docentes de la misma cátedra y con otras cátedras, lo cual es difícil de realizar pues la mayoría tienen varios trabajos; me gustaría tener más contactos con los estudiantes y hacer mayor cantidad de actividades; en fin, una serie de cuestiones que poco a poco voy realizando gracias a la experiencia adquirida, pero pronto me obligarán a jubilarme.