El Grupo ASUMA trabaja en el desarrollo de barrios sustentables. La organización es interdisciplinaria y está integrada por arquitectos, diseñadores industriales, gráficos y ambientólogos. Sus proyectos se basan en la participación comunitaria y en la producción para resolver problemáticas en función de necesidades populares. Tal cual explicó a Gestionpublica.info su Presidente, Lucas Luaces, las iniciativas que se plantean se basan en la ecología como ciencia.

El grupo trabaja con dos cooperativas. Por un lado, La Cardumen, radicada en Marcos Paz y la otra, Capilla del Señor, con sede en un barrio de Exaltación de la Cruz. El programa Procrear fue lo que permitió que se organicen estas cooperativas. Su limitación por no tener posibilidad de comprar lotes por separado hizo surgir la necesidad de pensar otros tipos de barrio y ahí aparecieron los vecinos agrupados, recordó Luaces.

Respecto a los proyectos, contó que recién se están implementando las pruebas piloto. Estamos trabajando en la sistematización de viviendas y en el diseño participativo de los barrios y también planteamos estrategias de captación de agua de lluvia. Los programas estuvieron frenados un año y eso demoró todo, detalló el líder de ASUMA, que además adelantó que trabajarán en el gasto de energía y la potencialidad de contaminación.

Nosotros criticamos los programas que se vienen planteando desde hace 40 años. Si seguimos así, los problemas se van a reproducir. Están pensados para crear barrios en la periferia con baja densidad, sin proyectar comercios ni programas culturales ni educativos. Apuntan a crear ciudades dormitorio y eso trae muchas otras problemáticas asociadas, sostuvo Luaces.

La dinámica de trabajo de ASUMA tiene distintas instancias. Algunas son participativas de manera individual y otras colecticas, de discusión y también de difusión. Apostamos por modelos de vivienda sistematizados que sirvan para una obra colectiva y no modelos de casas diferentes. Eso es más complejo y encarece los costos, describió Luaces.

Para finalizar, planteó que hay que repensar la intervención del Estado y abordar la situación a nivel general. Si se construyen viviendas y luego en cinco años no se mejoran ni se genera trabajo de manera interna y se deteriora el valor de las casas no es una intervención sustentable por parte de Estado, afirmó y concluyó: Se vienen haciendo inversiones gigantes, pero en los planes de vivienda cuando transcurren dos años las casas valen menos que los materiales con las que fueron hechas.