Es central que tengamos organismos de control con capacidad de diagnostico y de denuncia para señalar a aquellos funcionarios que caminan al margen de la Ley. Lo dijo el diputado nacional por el Frente Renovador, Sergio Massa, en un encuentro organizado por la Asociación del Personal de Organismos de Control (APOC). Además, Massa calificó como necesario construir un estado eficiente, sobre el cual no caiga un manto de sospecha y corrupción que daña permanente a la gestión pública Argentina.

Bajo el lema Desafío 2015: una sociedad más justa, un Estado más eficaz, gobernantes más controlados, Hugo Quintana, secretario general de APOC, encabezó la jornada y señaló: El control tiene una directa relación con la calidad de vida de la gente, con la calidad institucional, el desarrollo y las inversiones. Si no somos capaces de que estos organismos ocupen un lugar diferente ante los argentinos se va a complicar mucho la cosa.

Quintana explicó que, además del Frente Renovador, fueron convocadas a participar del ciclo de jornadas la Unión Cívica Radical, el Pro y algunos dirigentes cercanos al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. Con todos ellos, la idea es generar distintos encuentros en lo que queda del 2014.

Durante la charla, el líder del Frente Renovador insistió en construir culturalmente una dirigencia política en la que los funcionarios y los gobernantes entiendan que son meros administradores a partir de la decisión de los ciudadanos. Además, aseguró que no son los gobiernos los que hacen fuerte a un Estado, sino las políticas públicas con continuidad.

Tenemos un gobierno omnipresente y un Estado ausente a la hora de dar respuestas, cuestionó por su parte Sergio Massa. No hay que caer en la trampa de mirar al Estado únicamente desde la visión economicista. Hay que medir su funcionamiento en términos de eficiencia y de resultados en la transformación de la vida concreta del ciudadano, recalcó, y a la vez manifestó: la principal tarea de un organismo de control fuerte es marcar no solamente si se gasta mucho o poco sino si se gasta bien o mal. 

En esta línea, el resto de los disertantes mostraron su preocupación respecto a la política de gasto que impulsa el gobierno nacional. El economista de la Auditoría General de la Nación y experto en temas presupuestarios, Gustavo Viacava, detalló que de cada 100 pesos de gasto total, $70 se destinan a subsidios a la energía, el transporte y la seguridad social.

El resto de las funciones que tiene el presupuesto son solventadas con el 30% restante, completó Viacava y añadió que de los presupuestado sólo el 0.1% se destina al control.

A su turno, el ex presidente del Banco Central y actual cuadro técnico del massismo, Aldo Pignanelli, indicó que hay un gran descontrol en el gasto publico cuando hablamos de subsidiados y que dadas las circunstancias es de imperiosa necesidad que Argentina obtenga inversión y crédito extrajo.

El ex intendente de Tigre, destacó que si bien en Argentina avanzó en su política de Derechos Humanos, en términos de innovación tecnológica y en la estructura de comportamiento democrático, en nuestra sociedad en su conjunto, falta avanzar en una de las grandes reformas pendientes que tiene la democracia: la reforma tributaria.

Además, el diputado nacional pidió ayuda a los organismos de control para construir un tablero que le permita al Estado constatar los niveles de eficiencia en cada una de las áreas de gobierno y así evaluar a los funcionarios.

Al finalizar su discurso, solicitó construir una matriz que permita hacer al Estado eficiente en materia de gasto y transparente en cuanto a la administración de recursos.

Consultado respecto al rol que ocupan los organismos de fiscalización, Hugo Quintana indicó que el control no es oposición sino un límite. Los que antes no tenían límite eran los reyes porque su poder devenía de Dios. Acá el poder lo da y lo quita la gente. El poder necesita limite y ese límite tiene que ver con el control, concluyó el secretario general de APOC.