El informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) analizó la implementación de la ‘Ley integral de adicciones”, creada en 2007. La normativa, Nº 2318, surge de la iniciativa del programa Escuela de Vecinos, para alumnos de secundarios públicos y privados, quienes a su vez participaron en la confección del proyecto a partir del diagnóstico de la problemática.

Según los auditores, durante el período analizado (2010), en el Hospital de agudos Dr. Cosme Argerich la guardia no tiene un espacio dedicado a  la atención de pacientes que llegan al lugar para tratar algún tipo de adicción. Cabe aclarar, que “son poco frecuentes las situaciones donde los pacientes se presentan espontáneamente para recibir algún tratamiento”. De hecho, los auditores agregaron que las personas que concurren al Hospitales lo hacen “a raíz de accidentes producidos por el consumo (traumatismos), con cuadros de intoxicación o de excitación psicomotriz”.

En el Hospital General de Niños Elizalde, ex Casa Cuna, en cambio, como “no cuentan con camas para la internación en la Unidad de Toxicología, la mayoría de los pacientes quedan internados en la guardia”, no obstante, allí el “índice de fugas es alto”, sostuvo la Auditoría. Además, “no hay un equipo específico de atención de adicciones –la referente es psiquiatra, pero no está designada formalmente- y cuentan con un solo toxicólogo”.

Algo similar sucede en el Centro de Salud Mental Dr. Ameghino, donde la mayoría de los profesionales trabajan “ad honorem” (13) y hay un solo profesional “rentado”. Este centro asistencial solo articula acciones con el Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), no así con el Ministerio de Salud o el de Desarrollo Social de la Ciudad, pese a que estas dos dependencias son las encargadas de aplicar la “ley integral de adicciones”. 

Las situaciones mencionadas anteriormente fueron algunos de los casos hallados por la Auditoría porteña en los efectores de la Región Sanitaria Nº 1. En cuanto a la Nº 2, se observó que “no se creó aún la Unidad de Desintoxicación” en el Hospital General de Agudos Piñero y que los pacientes en vez de ser “internados, se los deriva al Hospital Fernández”. El Teodoro Álvarez tiene “un solo consultorio y por eso las consultas externas son realizadas en consultorios cedidos por otras especialidades o en sala de espera”, tampoco cuentan con camas de internación.

En la Región Nº 3, el Hospital General de Agudos Tornú deriva directamente a los “pacientes consumidores de sustancias” sin pasar por la Admisión de adicciones. Asimismo, el informe agrega que “no hay seguimiento de las derivaciones”.

El Hospital Fernández, de la Región Sanitaria Nº 4, en 2010 recibió un poco más de 5.000 pacientes, entre ellos los que fueron derivados para desintoxicación desde distintos centros de salud públicos. Sobre este efector, la Auditoría dijo que “no cuenta con suficiente espacio físico” y que el que tiene es “disfuncional para la cantidad de personas que se atienden”. Incluso el informe sostiene que “las camas son insuficientes”

Por último, la Auditoría mencionó el caso del Centro N° 1 de Salud Mental Dr. Hugo Rosarios donde “los pacientes se atienden en el sector de traumatología” por falta de consultorios; “no hay servicio de seguridad, falta la de designación formal del 90% del personal y hay becarios desde hace 15 años”.