El 6 de enero de 2010 el Oficial Subinspector Juan Cañupan estaba trabajando como todos los días en la Comisaría 29 del Balneario Las Grutas. En determinado momento, por una cuestión de comodidad, dejó su arma calibre 9 milímetros junto a la de otros dos compañeros, en el cofre donde se guardan sumarios administrativos y judiciales. En algún momento, sujetos desconocidos, sustrajeron del interior del armario la pistola y un porta esposas.

Las líneas anteriores podrían pertenecer a un cuento de ficción, pero no. Forma parte de un fallo del Tribunal de Cuentas de Río Negro. El agente fue condenado a “resarcir al Estado Provincial el daño causado con su conducta negligente a partir de la desaparición del arma que le proveyó la Institución policial”. 

El oficial en cuestión sostiene que “fue víctima de un hecho fortuito y atípico y que no fue negligente en la custodia del arma ya que ocurrió dentro de la comisaría, que es el mejor lugar para su resguardo”. ¿Dónde sino? 

Sin embargo, el Jefe de la Policía rionegrina considera que el personal “tiene la obligación de portar el arma sin excepción”. También destacó que “existe un aumento en la cantidad de armas reglamentarias sustraídas a los agentes” por lo que es necesario “notificar al personal sobre ese deber”. 

Por haber perdido la pistola dentro de la departamental policial, la misma Institución, “en ejercicio de las facultades disciplinarias que por ley le corresponden”, condenó a Cañupan a 20 días de arresto por haber cometido una falta grave.

Por su parte, el Tribunal de Cuentas declaró al oficial culpable del daño patrimonial sufrido por el Estado provincial y lo condenó al pagar $6.981,83 por el valor del arma perdida y los respectivos intereses.

1,2,3 probando

En la misma comisaría del caso de Cañupan se registró otra situación peculiar, nuevamente calificada por el organismo de control como “de negligencia”, pero el objeto extraviado fue un equipo de comunicación portátil, más conocido como handy

El hecho ocurrió el 30 de enero de 2010 cerca de las 17 horas cuando el agente Hugo Lagos circulaba a bordo de su moto policial haciendo la habitual recorrida de prevención por el Balcón Lago Gutiérrez. Durante esa ronda, “perdió el aparato que estaba entre el velocímetro y el plástico delantero del vehículo porque no contaba con un porta equipo para engancharlo en el uniforme”. 

El fiscal de Investigaciones administrativas consideró que “la custodia del elemento estatal fue negligente y por eso responsabilizó al agente por el perjuicio patrimonial causado al fisco provincial”. La multa fue de $2.095, 10 en concepto del objeto perdido y los correspondientes intereses.

También le sucedió al oficial Luis Pichihueche que desarrolla sus tareas en la Comisaría 28 de San Carlos de Bariloche. Luego de un operativo en septiembre de 2006, en el que se detuvo a una persona, el agente vuelve a la sede y pese a que manifiesta haber dejado el handy sobre el escritorio de la oficina de guardia, el equipo desapareció. 

El Tribunal de Cuentas falló igual que en el caso anterior pero la suma que tuvo que pagar este oficial fue de $2516,09. Los hechos se dieron en 2010 y 2006 pero su resolución fue dictada este año.