El Tribunal de Cuentas de Turquía analizó la planificación de las actividades que llevan a cabo los centros de salud públicos para la prevención, vigilancia y control de las infecciones intrahospitalarias con el objetivo de concientizar sobre la importancia de los contagios y “potenciar la eficiencia y eficacia” de las políticas.

El ex presidente turco, Suleyman Demirel, -que gobernó desde 1993 hasta 2000- falleció el pasado 17 de junio debido a una infección intrahospitalaria que afectó su salud cardiovascular. Esta situación, sumada al aumento de muertes infantiles por la misma causa, puso al tema en agenda de los medios. 

Los auditores analizaron 812 establecimientos sanitarios turcos y encontraron que “la proporción de las infecciones adquiridas en los establecimientos sanitarios es de entre el 5% y el 15%”. 

Las infecciones intrahospitalarias no solo son una amenaza para los pacientes, sobre todo para aquellos que padecen “casos más avanzados” (como los recién nacidos, bebés prematuros, abuelos y enfermos de cáncer o SIDA), sino también al personal

El informe además sostiene que estas situaciones generan “aumento en la duración de la hospitalización, los costos de tratamiento y pérdida de trabajo”.

¿Cómo combatirla? Con el uso de antibióticos. Sin embargo, el Tribunal de Cuentas descubrió que “en la mayoría de los hospitales no se definieron guías ni objetivos” con respecto al uso de los fármacos ni se les “proporciona formación a los médicos” sobre los mismos.