El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Lo estableció la Asamblea General de Naciones Unidas para “sensibilizar a la población mundial en relación a temas ambientales, intensificando la atención y la acción política”. 

En este contexto, El Auditor.info trae a cuenta un informe de la Auditoría General de Noruega –sobre el período 2005 al 2014- que asegura que el país nórdico “no cumple con los objetivos de mejora” para garantizar una buena “calidad del aire” en las zonas urbanas. 

El organismo de control evaluó 14 municipios que tienen “altos niveles de concentración de partículas en suspensión”, que generan efectos nocivos para la salud, y determinó que 11 localidades están “fuera del objetivo nacional” para monitorear “la contaminación de la materia particulada”.

Ahora bien, ¿de dónde proceden esas partículas que respiramos? La fuente principal es el “tráfico rodado”, aseguran los auditores. Pero además pueden ser de origen natural, como el polvo u otras actividades humanas, por ejemplo, las obras públicas y la minería.

El dióxido de nitrógeno también es un contaminante frecuente en zonas urbanas y es producto de los procesos de combustión a altas temperaturas, como los vehículos motorizados y las plantas eléctricas. Sobre el nivel de este compuesto químico, dice la Auditoría que “en Bergen, Drammen, Oslo, Trondheim y Stavanger se superó varias veces el límite reglamentado en 2010”.

A esta situación se suma que “hasta el 2014, varios municipios no habían preparado evaluaciones de posibles medidas en función de las necesidades”. 

Además, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones y la Dirección Nacional de Carreteras certifican que “algunos municipios no adoptan los instrumentos debido a la controversia de la política local”. 

Es que “la actual división de responsabilidades entre los sectores del gobierno puede dar lugar a la pulverización de la responsabilidad” y, en consecuencia, a la “incapacidad para decidir y aplicar medidas eficaces”. 

Es por eso que la Auditoría General de Noruega recomienda la “colaboración” del Ministerio de Transporte y Comunicaciones junto con el Ministerio de Clima y Medio Ambiente para “esclarecerle a los municipios cuáles son los instrumentos disponibles y qué efectos tienen sobre la calidad del aire”. 

Del mismo modo, aconseja que se “revise la división de tareas entre los sectores gubernamentales” para lograr un “uso más eficiente de las políticas”.