La Sindicatura General de la Nación (SIGEN), a través de un proceso de auditoría, encontró gran cantidad de irregularidades en distintos programas del Ministerio de Salud nacional a lo largo de 2016. Por caso, una de las más graves tiene que ver con la doble contratación de determinados bienes que, por su excesiva cantidad, debieron ser decomisados por encontrarse vencidos.

En el marco del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, la SIGEN observó “la tramitación de contrataciones internacionales cuyo procedimiento administrativo se extendió durante más de tres años”.

No existe un registro formal donde quede asentada la fecha de solicitud ni la cantidad de remedios requeridos.
No existe un registro formal donde quede asentada la fecha de solicitud ni la cantidad de remedios requeridos.

Esa demora generó la necesidad de “dar inicio a una contratación por cuerda separada, ocasionando que, una vez adquiridos todos los bienes solicitados, se acumulara excesiva cantidad de los mismos, que a su vencimiento fueron decomisados para su destrucción”. Según el informe, esto causó “un significativo perjuicio fiscal”.

En el mismo Programa observaron la “inexistencia de un registro formal” donde se asiente, por ejemplo, la fecha de solicitud del pedido, las cantidades requeridas, la fecha de puesta a disposición y la entrega de preservativos. Todo quedaba registrado en “planillas tipo Excel, que no brindan un razonable grado de seguridad”.

Otras desprolijidades, por caso, apuntan a que de un lote “se informan cantidades decomisadas superiores a las efectivamente recibidas”; o que no se respetan las fechas de vencimiento de los lotes de los distintos productos “para organizar las entregas y distribución de los mismos”.

En la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias (DINESA), las condiciones edilicias, así como las instalaciones existentes y los aspectos relacionados con la seguridad del depósito de medicamentos que posee la Dirección, “impactan directa y negativamente en los productos almacenados”.

De un lote, por ejemplo, se informan cantidades decomisadas superiores a las efectivamente recibidas.

¿Algunos ejemplos? La SIGEN encontró “elementos en desuso e inutilizables, diseminados por distintos sectores del depósito, que no se encuentran ordenados ni clasificados”. Además, dieron cuenta de la “ausencia de dispositivos que permitan asegurar que los medicamentos se encuentren en condiciones óptimas de temperatura y humedad”. Por otra parte, falta división e identificación entre medicamento e insumos médicos.

En el Programa de Prevención y Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, en septiembre de 2016 encontraron expedientes  iniciados en 2015, en los que “declaran vacunas en condición de rezago” por un valor de casi $ 74 millones. Tampoco está justificada la cantidad de vacunas solicitadas o el respaldo a dicha necesidad.

En lo que refiere a la Cobertura Nacional de Salud, encontraron “considerables” cantidades de medicamentos e insumos decomisados y a decomisar. ¿El motivo? Reemplazo de productos por nuevas opciones terapéuticas, roturas producidas por la logística y otros medicamentos vencidos.

También detectaron que no existen evidencias “sobre la presencia de personal de las áreas intervinientes en el proceso de destrucción” de medicamentos e insumos, de modo de verificar que el decomiso haya sido tal cual estaba estipulado y asegurar “la no comercialización de los mismos”.

Por último, en relación a los Programas de Salud Mental, “la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones no ha efectuado un censo Nacional de los Centro de Internación en Salud Mental” público y privado. Tampoco implementaron “planes de prevención” ni de inserción socio-laboral para personas con “padecimiento mental”.