Un informe de la Auditoría General de Salta asegura que el Intendente del Municipio salteño de Rivadavia Banda Norte guardaba los fondos públicos en su casa. Además, dice que la registración contable se realizaba en un Estudio privado y, casualmente, el mismo día que llegó el equipo del organismo de control a fiscalizar los estados financieros, desaparecieron los documentos de las cuentas municipales.

Según se expresa en el informe, para comenzar los trabajos de campo el 5 de septiembre los auditores mantuvieron una reunión con el Intendente (Miguel Atta Gerala) y su Secretario de Gobierno, en la que se acordó iniciar las tareas de fiscalización un par de horas más tarde. Una vez cumplida la hora pautada, los auditores llegaron al edificio municipal, pero ninguna autoridad se hizo presente. Luego de dos horas de espera el equipo se retiró.

Al día siguiente, dos funcionarios les informaron que el Secretario de Gobierno hizo “una denuncia policial por robos en el área de archivo de la Municipalidad”, la cual había sido realizada el mismo día que los auditores dieron aviso del comienzo de sus tareas al Intendente. En el informe se destaca que en el “supuesto ilícito se habría sustraído la información requerida por la Auditoría” y que “en las -primeras- reuniones, el Municipio omitió informar la sustracción de la documentación al equipo fiscalizador”.

Pese a la pérdida de información contable, el día posterior a la visita del equipo de auditoría, el Concejo Deliberante aprobó el Informe Anual de Gestión, Ejecución Presupuestaria y Cuenta General del Ejercicio 2010. El organismo de control dice que “no resulta claro a que se refiere la resolución cuando aprueba la Cuenta General del Ejercicio”, ya que no hay copia de la información que se aprobó.

Por otra parte, el informe señala que “los funcionarios no presentaban declaraciones juradas de su patrimonio al iniciar y al concluir su gestión”, pese a que así lo establece el artículo Nº 63 de la Constitución Provincial (LINK).

El extraño manejo de fondos de Rivadavia Banda Norte

A partir de las entrevistas que los auditores mantuvieron con funcionarios de Rivadavia Banda Norte se detectó que existían importantes irregularidades en el manejo de dinero. En este sentido, descubrieron que “los fondos (del gobierno) se guardaban en la casa del Intendente” y “no se realizaban los depósitos diarios en instituciones bancarias”. Además, “no todos los pagos se hacían con cheques” y los que eran abonados de esa manera, en algunos casos, “los firmaba el asesor contable”, en vez del Secretario de Hacienda como “corresponde”.

Según el organismo de control, “la registración contable y la liquidación de sueldos de la Municipalidad se realizaba desde el Estudio privado del Asesor contable” y no desde el Municipio como “corresponde”. Además, el puesto de Tesorero estaba vacante por “no haber designado un reemplazo”. Desde la Intendencia aseguraron que la Tesorera “estaba con Licencia por Maternidad”, pero los auditores no pudieron comprobarlo en su legajo.
 
La Auditoría concluyó que el control interno del Municipio “presenta escasas fortalezas y graves debilidades”, resultando “insuficiente, informal e ineficiente” para producir información “confiable” que “proteja los activos municipales y “cumpla los objetivos y la legislación vigente”. Esta conclusión surge de las observaciones realizadas sobre el período 2010 y el que va del 1 enero al 30 de abril del 2011.