Tableros eléctricos en situación de peligro y molduras de mampostería flojas en el frente del edificio, con posibilidad de caída inminente, fueron dos temas que la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) señaló como “de riesgo inmediato” en el Hospital Rivadavia.

El centro de salud, ubicado en la avenida Las Heras 2670, “es el más antiguo de la ciudad y en el 2010 recibió más de 227.000 consultas externas en las casi 40 especialidades” que atiende. Sin embargo, los años no vienen solos y “el decaimiento de la infraestructura edilicia -que se arrastra hace mucho tiempo-” es consecuencia de que el hospital “no cuente con un servicio de mantenimiento, esencial para las instalaciones”.

El informe, aprobado en junio de 2012, destaca que el Departamento de Mantenimiento “no cuenta con recursos materiales ni personal especializado para hacer reparaciones, provocando que se acumulen situaciones de abandono y precariedad en la infraestructura”. Además, la AGCBA indicó que “tampoco tiene el presupuesto necesario para reemplazar ese déficit con la contratación de una empresa que se encargue del tema”.

Actualmente, el Área en cuestión “cuenta con 66 personas dedicadas a tareas de mantenimiento, pero si se le restan camilleros, telefonistas y oficinistas, quedan sólo 30 encargados efectivamente de la mantención edilicia”. De hecho, el organismo de control detectó que “hay un solo albañil para todo el centro de salud, no hay pintores y existe una cantidad importante de agentes que se encuentran en edad de jubilarse”.

Obras en el Rivadavia

La AGCBA constató que “durante 2010 se terminaron diez obras”, entre las que se encuentran el techo del pabellón de psiquiatría y la reparación del acceso por calle Austria, “todas por un valor de 1,5 millones de pesos”.

Mientras los auditores realizaron sus recorridas por el hospital, en noviembre de 2011, encontraron que “había otras 14 tareas en ejecución, de las cuales 6 iban atrasadas”. Entre éstas últimas está la reparación de los techos del pabellón central, que estaba prevista para el 31 de octubre y al 9 de noviembre se habían realizado el 70% de los trabajos. También observaron que la obra de instalación de un tomógrafo y la renovación de instalaciones en el Servicio de Diagnóstico por Imágenes, que deberían haberse terminado el 31 de octubre,  al cierre de la auditoría (noviembre) estaban ejecutadas solo en un 10%.