Publicado: 30-08-09

El último balance mensual correspondiente a julio de Aerolíneas Argentinas contabilizó un saldo negativo de 56 millones de dólares. Esa información fue proporcionada por Mariano Recalde, presidente de la compañía estatizada desde el 10 de julio. En medio de lo que considera una campaña de desprestigio a AA por parte de un sector de la oposición y de grupos privados, el titular de Aerolíneas Argentinas brindó su primera entrevista a un medio gráfico. Detalló su plan de acción y la estrategia para eliminar ciertos desmanejos administrativos heredados de la gestión privada. Reconoce que su gestión es una tarea tan importante como pesada. Adelantó el Plan de Negocios que presentará al Congreso en octubre. Y brindó precisiones sobre la posibilidad de empezar un juicio contra Marsans, empresa a la que acusa de haber vaciado Aerolíneas. Usted evaluó que las pérdidas de Aerolíneas se explican por su condición de prestadora de un servicio público. ¿Eso significa que siempre será deficitaria?
-De ninguna manera. Pero alcanzar un superávit va a llevar tiempo.
¿Es posible que sea rentable con una flota vetusta y 9300 empleados, lo que hace que algunos especialistas la juzguen sobredimensionada?
-Sí, es posible. Y no nos planteamos reducir personal: la ley de rescate de Aerolíneas obliga a preservar los puestos de trabajo y nosotros cumpliremos el mandato con la mira puesta en obtener ganancias. El déficit operativo de julio fue de 56 millones de dólares, pero se explica básicamente por la caída de ingresos debido a una situación global que afecta a todas las aerolíneas. Por haber asesorado a los gremios aeronáuticos y por los vínculos sindicales de su padre (diputado Héctor Recalde), se especuló que usted prestaría especial atención a los gremios. ¿Cómo es su relación con los siete sindicatos?
-Tengo una excelente relación con todos los gremios. Los escucho y me escuchan. Les comuniqué decisiones que implicaban sacrificios económicos como el recorte de horas extra, y lo han entendido y aceptado. Dispuse el recorte de las instrucciones en el exterior de pilotos de Boeing 737/200. También rescindí el contrato con el hotel cinco estrellas Fontainebleau (Miami), donde se hospedaban los pilotos, y me acompañaron en esa medida. ¿La decisión de sancionar a trabajadores que atenten contra la puntualidad implica que había acciones de sabotaje del servicio?
-En algún momento hubo boicot de distintos sectores que en lugar de hacer paros instrumentaban esas medidas de fuerza. En particular durante la gestión de Marsans. Pero ésta no es una gestión que viene a vaciar la empresa como la anterior, sino que viene a sostener Aerolíneas y a invertir para recuperarla. Hubo muchas cancelaciones el fin de semana largo del 1º de mayo.
Los pilotos advirtieron que había problemas de mantenimiento que comprometían la seguridad y los técnicos mecánicos dicen que eran actos de sabotaje de los pilotos. Estos episodios tuvieron lugar hace tres meses, durante la gestión estatal. ¿Por qué?
-Yo no estaba en la empresa y hay una investigación iniciada sobre esos episodios. Yo ingresé a la compañía el 10 de julio pensando en el futuro. Esas cosas son parte del pasado y todos acompañan la gestión.
¿El gremio de los pilotos de Aerolíneas tiene mucho predicamento sobre la administración de la empresa?
-No sé cómo habrá sido antes. Pero ahora el que conduce es el Estado nacional. Los gremios pueden opinar de alguna medida pero los que tomamos las decisiones somos nosotros. Y de hecho estamos tomando muchas medidas que hasta ahora se evitaban para no molestar a los pilotos, como la desafectación de los Boeing 737/200 y los 737/500. ¿Qué contratos se están revisando para transparentar la gestión?
-Se están revisando todos los contratos con cada uno de los proveedores.
Suprimimos algunos contratos con empresas de leasing y renegociamos otros consiguiendo un 10 por ciento de descuento. También estamos revisando acuerdos con las empresas de transporte de personal. Y muchos otros contratos. ¿Se revisan porque las condiciones eran claramente desventajosas?
-Una cuestión es que había un estado de sospecha sobre todos los contratos. Otra es la necesidad imperiosa de reducir los costos. ¿Esa revisión produjo algún hallazgo?
-Sí. El edificio que corresponde a Aerolíneas Argentinas, ubicado en la calle Suipacha, donde funcionaba Optar (agencia de turismo de Aerolíneas), fue alquilado a Marsans. Esto mismo fue en desmedro de la empresa, con el agravante de que se pactó un alquiler de 6000 pesos mensuales. Pero lo hicimos tasar y el alquiler asciende a no menos de 25 mil. Encima, los españoles ni siquiera lo pagan. Ya hubo un año de la gestión estatal. ¿Por qué no se corrigió antes?
-No es así. Se cumplió un año desde que se decidió la expropiación. Pero la gestión estatal comenzó recién en marzo-abril de este año, cuando Julio Alak pasó a ejercer la presidencia y control de la compañía.
Pero antes también había directores estatales.
-Ellos han hecho un trabajo que
quedó incompleto. No es que haya habido connivencia. Fue una etapa conflictiva y difícil en la que no contaban con información completa, que ahora yo sí tengo. ¿Cuánto le costará al Estado reflotar Aerolíneas si se suman el déficit operativo, la deuda y las inversiones para la renovación de la flota?
-No hay un número. Todo dependerá de cómo renegociemos el pasivo, y del tiempo que llevará renovar la flota, que es un objetivo prioritario. El contrato con Airbus se está revisando y el de Embraer no está cerrado.
Aerolíneas está renovando la flota con mucha diversificación: Embraer, Airbus, Boeing. Especialistas del sector desaconsejan esa estrategia.
-Nosotros heredamos una flota muy diversificada y estamos tratando de homogeneizarla y bajar a la mitad la edad promedio, que hoy es de 19 años. Ya tenemos Airbus y Boeing. Los Embraer reemplazan a los MD. No hay grandes cambios. ¿Qué piensa de la idea de que hubiese sido mejor dejar que Aerolíneas quiebre para que el Estado no asuma el millonario pasivo?
-Prefiero no pensar en lo que no fue. Ahora el esfuerzo debe hacerse con lo que hay, que es una sociedad anónima estatal. ¿No es riesgoso que el Estado aporte tantos recursos a una flota que aún no es formalmente suya porque no se perfeccionó el traspaso accionario?
-El riesgo es cero. Todavía no está determinado en qué carácter hace los aportes el Estado: si es capitalización o una deuda que asume la empresa con el Estado. De hecho, ya se hacían aportes cuando la
gestión era de los españoles. Pero indefectiblemente la empresa va a pasar a ser patrimonio público. Los aportes que se hacen no van a Marsans como dicen algunos ignorantes del tema que tienen cargo en el Congreso nacional. Los aportes van a quedar en una empresa estatal. No hay otro final que la estatización, con o sin indemnización. La UCR denunció que Aerolíneas tiene un déficit acumulado que supera en 1000 millones el lógico en base a su estructura.
-Ojalá hicieran algún aporte para la gestión en lugar de denunciar sobre números que no sé dónde sacan. El senador Ernesto Sanz me llamó la semana pasada para pedirme rebajar las tarifas a San Rafael.
Ojalá me hubiera dicho qué otras medidas podían tomarse para mejorar la empresa. Se trata de un discurso político barato que no tiene ninguna rigurosidad. Y están fuera de época. Su discurso era aplicable hace un año respecto a la gestión de Marsans, que ellos pusieron cuando eran gobierno en la Alianza.
¿Estudia el proyecto de separar Austral como empresa más pequeña para traspasarla a un eventual inversor argentino?
-No hay ningún proyecto en ese sentido.
¿Especialistas del sector dicen que existe favoritismo hacia los pilotos de Aerolíneas en detrimento de los de Austral?
-No. Unos vuelan sólo cabotaje y los otros también hacen vuelos internacionales, con otras condiciones. Es sólo eso. Pero no hay discriminación.
Existe la idea de que Aerolíneas puede tener una ventaja respecto de los competidores privados por ser empresa estatal, subvencionada y potencialmente favorecida por políticas públicas.
-Ninguna ventaja. La mitad de la rutas no son rentables y las volamos sólo nosotros. En el resto, que hay competencia, tendremos una política comercial para conquistar pasajeros. Facilitaremos el 0800 para comprar pasajes y trataremos de recuperar la mística. Hay mucho por hacer.

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La gestión de los españoles y su herencia
"Marsans canibalizó Aerolíneas"
 
Mientras el Ministerio de Planificación busca un acuerdo con Marsans para sellar la expropiación de un modo conciliado, Mariano Recalde no duda en acusar a los españoles de vaciar la empresa a través de irregularidades administrativas. El promete que durante su gestión acompañada de un equipo de jóvenes colaboradores terminará de corregir. ¿En qué consistió el vaciamiento que usted menciona que realizó Marsans?
-No sólo no trajeron un solo avión sino que en lugar de invertir para mejorar la flota, le sacaban repuestos a aviones alquilados,
caníbalizándolos. Hoy heredamos de la gestión Marsans 30 aviones desguazados sin posibilidades de volar. ¿Eso no se hizo con la anuencia estatal? Marsans estuvo siete años manejando la compañía
-No. Cuando todo explotó, hubo que reestatizar la empresa. El Ministerio de Planificación también denunció que Marsans desvió dinero que recibió de la SEPI (sociedad del estado español, antecesora de Marsans), maniobra que figuraba en los balances que el Estado finalmente aprobó. ¿Hay intención de revisar ese punto?
-Estamos revisando con la Auditoría General de la Nación el balance del 2008, que aún no está aprobado. Lo anterior hay que
preguntárselo a quienes estaban en esa época.
¿Hay elementos para iniciar una demanda judicial contra Marsans?
-Ya hemos encontrado algunos elementos. Y hemos dado orden desde el directorio a todos los gerentes para que nos informen sobre situaciones anómalas. Tenemos que cumplir con el artículo sexto de la ley de expropiación, que ordena investigar e iniciar las acciones judiciales si se detectan maniobras dolosas o fraudulentas. ¿Aún así hay negociaciones con Marsans para llegar a un acuerdo que permita cerrar la estatización?
-De esas negociaciones, Aerolíneas no es parte. ¿Pero hay negociaciones para
asumir parte del contrato de compra de aviones Airbus que habían firmado los españoles?
—Hay conversaciones con Airbus para comprar 13 aviones, muchos menos de los que se había comprometido comprar Marsans. Esto no tiene relación con la estatización. Pero ese acuerdo les permitiría a los españoles recuperar una seña y así conseguirían llevarse dinero.
-No hay seguridad de que Airbus vaya a devolver ninguna seña, pero eso se está negociando a otro nivel (Julio De Vido, ministro de Planificación). Lo que sé es que cuando se expropia hay que indemnizar y, como no hubo acuerdo en el precio, se inició el juicio de expropiación, que está en la etapa de pruebas.