Banco Central
Resulta obvio entonces que no hay espacio para los supuestos "artilugios" o "picardías" mencionados en la nota "Reservas con Photoshop", publicada el 31/7/09 en Crítica de la Argentina. Simplemente, el BCRA utiliza estándares internacionales, siguiendo las mejores prácticas de los Bancos Centrales a nivel mundial.
Las reservas internacionales están compuestas exclusivamente por activos de máxima solvencia y liquidez (oro, dólares, euros y otras monedas, junto con depósitos en instituciones que ofrecen una máxima protección, como el BIS). No hay maquillaje posible: se tienen o no se tienen. Pero no constituyen el Patrimonio Neto del BCRA, ya que son la contrapartida de sus pasivos, tanto en pesos como en moneda extranjera.
Los depósitos que efectúan las entidades financieras en sus cuentas de efectivo mínimo (encajes), incluso en moneda extranjera, son una parte de los pasivos del BCRA (como también lo son todos los pesos en circulación), que cuentan con una alta estabilidad (se incrementan o disminuyen muy gradualmente, siguiendo lo que sucede con los depósitos bancarios que los originan).
En la medida que la contrapartida de los encajes en moneda extranjera sean activos líquidos en divisas, esos activos forman parte de las reservas. Siempre ha sido así, tanto en nuestro país como en cualquier otro.
Lo mismo sucede con la deuda con Organismos Financieros Internacionales: forma parte de los pasivos, y ni Argentina en el pasado (cuando existía una fuerte deuda con el FMI) ni ningún país reducía ni reduce sus reservas internacionales por tener esos pasivos.
De este modo, bajo el rubro otros pasivos se realizan operaciones de pase con entidades multilaterales, conforme a la práctica internacional de todos los bancos centrales. Dado que las reservas son activos, no necesariamente varían cuando alguien utiliza pesos para comprar moneda extranjera, en la medida que los mantenga en el sistema financiero.
La entidad financiera utiliza los pesos recibidos de su cliente para adquirir en el BCRA la moneda extranjera que le vendió, y mantiene esa moneda extranjera depositada en el BCRA, como encaje del deposito que realizó el cliente. Por lo tanto, cambia la composición de los pasivos del BCRA (caen en pesos, suben en dólares), pero no cambian los activos (y mucho menos pueden incrementarse, como afirma la nota).
Por otra parte, de la abundante información que provee el BCRA sobre el mercado cambiario, surge con claridad que la formación de activos externos (mal llamada fuga de capitales) es financiada en su mayoría por el abundante superávit externo de la economía, reflejado en los grandes saldos positivos en la balanza comercial y de cuenta corriente.