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Publicado: 09-12-2015

CABA.- Por Facundo Martínez*. Los próximos días serán vertiginosos, tanto o más que como fueron los días que siguieron al balotaje en el que los argentinos elegimos a Mauricio Macri como futuro presidente de la Nación. Una cosa son las charlas entre ministros, gobernantes y funcionarios de rangos menores entrantes y salientes, en principio cordiales y hasta en buenos términos, otra bien distinta será el traspaso real de las diferentes carteras una vez que el flamante nuevo presidente reciba este jueves el bastón de mando en el Congreso de la Nación y no en la Casa Rosada, como reclamaba el líder de Cambiemos, según lo informó el último jueves el jefe de Gabinete saliente, Aníbal Fernández. 

Macri presentó el miércoles pasado en el Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires “el equipo” que lo acompañará desde los primeros pasos. La mayoría de los nombres se fueron conociendo apenas se proclamó su victoria frente a Daniel Scioli, otros se fueron agregando en las últimas horas, producto de negociaciones entre las diferentes fuerzas políticas que compusieron la alianza que determinó el final de este largo ciclo kirchnerista de tres mandatos consecutivos, una marca récord en la historia política de nuestro país. En la elección de ministros, Macri priorizó lógicamente a dirigentes del PRO, su propio partido, y entre los 24 puestos clave, es decir ministros y funcionarios más cercanos, habrá sólo cuatro mujeres: la vicepresidenta Gabriela Michetti, y las ministras Susana Malcorra (Relaciones Exteriores), Patricia Bullrich (Seguridad) y Carolina Stanley (Desarrollo Social). Eso sí, la gran mayoría de los elegidos por Macri tiene un perfil empresario y se trata de personas que ocuparon los más altos cargos en diferentes empresas multinacionales, presentados de saco y camisa sin corbata, todos salvo el flamante ministro de Justicia, Germán Garavano.

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