NADA DETIENE EL CRECIMIENTO DE LAS VILLAS Y LOS ASENTAMIENTOS YA SON 59:

Un informe dela Auditoríaporteña desnuda cifras sobre un crecimiento del que nadie quiere hacerse cargo: el de las villas y enclaves precarios. Ya son 400 mil las personas en situación de déficit habitacional, mientras que los asentamientos suman 59. Por acumulación histórica y pese a la emergencia, Buenos Aires ocupa a escala nacional el puesto 19 en eficacia a la hora de construir viviendas. Al ritmo actual, se necesitarían entre 29 y 84 años para resolver el problema.

En un informe demoledor que desnuda la ineficacia y debilidad de las políticas estatales,la Auditoría Generaldela Ciudadhizo cuentas y desempolvó cifras estremecedoras sobre la dimensión del déficit habitacional porteño y sobre el crecimiento de villas históricas y nuevos asentamientos. El informe al que accedió este diario dice que el número de emplazamientos habitacionales irregulares en la ciudad es de 59 (en su mayoría ubicados en la zona sur) y no de 44, como se señala oficialmente. Que los que habitan viviendas deficitarias son 400 mil personas y no 350 mil. Y que, al ritmo más bien tortuoso en que se construyen casas para quienes no las tienen, con suerte y viento a favor harían falta –según cómo se haga la cuenta– de32 a84 años para terminar con el problema. A estas cifras se añade otra igualmente preocupante: desde 2006, por la vía del desalojo, quedaron en la calle más de 24 mil personas.

La última vez que se refirió al tema, pocas semanas atrás, el jefe de gobierno porteño anunció que llamaría a un plebiscito para que los vecinos decidan el destino de las villas en las urnas. Luego de que surgieran los primeros cuestionamientos a esa iniciativa, Mauricio Macri no añadió una sola palabra más. Y mientras el legislador Martín Hourest dice que "durante el primer trimestre de este año, el Instituto dela Viviendaejecutó apenas 3,1% de los recursos asignados", en estos días se cumple un año exacto de una convocatoria hecha durante la campaña electoral por el Equipo de Sacerdotes para las Villas de Emergencia para que los candidatos a jefe de gobierno explicaran qué planes tenían para atacar el problema. Fue en junio de 2007, cuando faltaban tres meses para las elecciones porteñas. Ningún candidato contestó a la convocatoria de los curas.

El Equipo de Sacerdotes es un colectivo histórico creado en 1968, cuando el Onganiato comenzaba a desarrollar un plan de erradicación masiva que sólo pudo efectuarse "exitosamente" en la última dictadura. En la actualidad lo conforman 16 sacerdotes, coordinados por el padre José María Di Paola, dela Villa21-24 y del Núcleo Habitacional Transitorio Zabaleta, ambos de Barracas.

En una entrevista que concedió aLa Nación, Macri se preguntó en junio último: "¿La ciudad puede hacerse cargo de la urbanización (de las villas)? ¿Qué quieren los vecinos que se haga con su dinero? La gente tiene que saber que intervenir en las villas tiene un costo. El costo sería aumentar impuestos o no hacer otras obras".

Tras el anuncio, que luego trocó en un "lo estamos estudiando", los párrocos advirtieron que la convocatoria a un plebiscito equivaldría a que "los vecinos de Villa Lugano votaran qué hacer con Palermo". Y reiteraron que "es fundamental poner el oído en el corazón del villero para que las posibles soluciones no provengan de oficinas donde trabajan técnicos que ignoran la realidad, y que en lugar de mejorarla la empeoran".

LENTO, ESPANTOSAMENTE LENTO. El informe dela Auditoríaporteña desnuda una serie de datos más que llamativos. Como que la ciudad de Buenos Aires ocupa el puesto 19 en la construcción de viviendas y soluciones habitacionales en el período 1976-2003. En esa zona del ranking aparecen provincias como Formosa, Jujuy, Chubut yLa Pampa, con un promedio de 799 viviendas por año, muy por debajo del promedio nacional de 1.412 viviendas y casi un mal chiste frente a la evolución del caso de mayor emergencia habitacional del país. Fue tan deficiente la instrumentación de planes de vivienda en los últimos 20 años que, en relación con los recursos invertidos y la forma en que se ejecutaron, se necesitarían entre 29 y 32 años para cubrir el déficit habitacional actual. Y si se mantuviera el ritmo de construcciones que llevó adelante el Instituto dela Viviendadela Ciudaden años posteriores a la crisis de 2001, subejecutando el presupuesto, harían falta 84 años para resolver el asunto. Según añadela ONGinternacional COHRE, el problema se agravó aún más por los desalojos que se sucedieron entre 2007 y lo que va de 2008. Respecto de 2006 se incrementaron en un 72%, y dejaron en la calle a más de 24 mil personas que ahora pueblan los barrios o asentamientos más vulnerables.

Parala Defensoríadel Pueblo dela Ciudad, la situación de las villas constituye una deuda social que en 2010 cumplirá 80 años. Según el último documento de ese organismo, "la ocupación de más de doscientas hectáreas, fue gradual y progresiva y se caracterizó por la ausencia de organización previa". Es tan vieja la deuda que los últimos datos disponibles también son anacrónicos. "Si bien no se dispone de números oficiales, se estima –dicela Defensoría– que la erradicación compulsiva que llevó adelante la última dictadura militar expulsó de la ciudad a más de doscientas mil personas que pasaron a engrosar otras barriadas populares de la provincia de Buenos Aires o volvieron a sus provincias de origen." Pero con la reapertura democrática de 1983, "las villas de emergencia volvieron a repoblarse a un ritmo acelerado hasta adquirir su fisonomía actual."

Segúnla Dirección Generalde Estadística y Censos (DGEyC) porteña, en casi 20 años esta población se multiplicó más de ocho veces: pasó de 12.593 personas en1983 a108.056 en 2001 y siguió creciendo hasta el presente, aunque nadie sabe con certeza cuánto. Esta zona gris fue la abordada en el informe quela Auditoría Generaldela Ciudademitió en marzo de 2008. Allí se señala que "hacia el segundo semestre de 2006, existe un 6,4% de hogares por debajo de la línea de la pobreza (299 mil personas) y 2,1% en condiciones de indigencia (76 mil personas) que asisten al surgimiento de nuevos asentamientos precarios que colonizaron otros territorios porteños". El mapa de la emergencia habitacional se ha expandido, y según el IVC yla Unidadde Sistemas de Información Geográfica dela DGEyC, se pueden "contabilizar alrededor de 59 asentamientos, que se ubican principalmente sobre las tierras del Estado Nacional, de Ferrocarriles Argentinos, en los bajo autopistas y en los espacios verdes de uso público de la ciudad".

MILES DE HISTORIAS ESCONDIDAS. "La ausencia del Estado ha provocado que las villas hayan crecido con muy poco aporte estatal y con mucho esfuerzo del villero", explica Di Paola. "Para nosotros las villas son barrios obreros. Cada barrio y cada asentamiento son miles de historias de vida, de sacrificios de hombres y mujeres que ya no están y que dieron todo para que sus hijos y sus nietos tengan un lugarcito donde vivir", dice.

La pelea por la sobrevivencia y el techo no sólo sucede en las villas con mucha historia sino que se repite bajo el cemento de las autopistas o al costado de las vías del tren. El último relevamiento dela Defensoríaporteña revela que el universo de familias que residen en hábitats calificados de informales o irregulares "es extenso y se incrementa día tras día". En 2002 se calculaba que había más de 100.000 personas viviendo en villas, 200.000 habitaban inmuebles ocupados, 70.000 estaban alojadas en inquilinatos (de las cuales el 50% se encontraban en situación irregular por no pagar el alquiler), 70.000 en hospedajes y 120.000 en viviendas de familiares o hacinadas en vivienda propia. Es decir que cerca del 20% de la población metropolitana estaba en aquel entonces atravesando una situación habitacional deficiente. Ahora el mapa del déficit habitacional está incompleto. Pero a pesar de la falta de números que totalicen la dimensión de la tragedia, los auditores porteños señalaron que "hay villas de emergencia que vieron incrementadas las viviendas construidas en un 70%, las familias en un 135% y su cantidad de habitantes en un 98%, como la 1.11.14".

"Es gente que ya viene de un sufrimiento enorme, han hecho el sacrificio de desterrarse de su lugar y luego urbanizar terrenos que el Estado nunca había urbanizado, porque eran basurales y lagunas. Cada villa ha pasado por lo mismo", explica el párroco Gustavo Carrara dela Villa3 y del barrio Ramón Carrillo. La auditoría lo confirma: "El 95% de las construcciones de villas en la zona sur se encuentra en zonas de bañados y terrenos de relleno compuestos mayormente por materiales de desechos domiciliarios y escombros, algo que sumado a la escasa profundidad de la napa freática produce el anegamiento de los pozos negros".

 

LA LEYENDA DELABL. Pero eso no es todo. Los servicios también son escasos. Más del 90% de los hogares de los barrios porteños cuentan con red de agua, aunque en 2006 se contabilizaron 15.893 hogares sin provisión de agua y saneamiento. En las villas el promedio de recolección diaria de residuos, alumbrado público, calles pavimentadas, veredas, desagüe pluvial entubado, red eléctrica, de cloacas y de gas alcanza el 42%, revelóla Auditoría, que además denunció que en el momento del control "se encontraron más de 300 viviendas iniciadas entre 2003 y 2005 que no habían sido entregadas porque no se habían hecho las conexiones de servicios".

"Frente a semejante desafío cada barrio es un pequeño pueblo donde todos se ayudan, donde todos los días las mujeres comparten el aceite y el poquito de harina que tienen. Pasan muchas más cosas que las que muestra la prensa amarilla", resume Di Paola.

Según las estadísticas, en villas y asentamientos la presencia de niños y ancianos llega a ser de 65 de cada 100. "Los chicos son el tesoro del pobre, porque aunque no puedan tener muchos recursos económicos, tienen a sus hijos. El problema son los más ancianos, que requieren mucha ayuda y están muy abandonados por el Estado, no por sus familias", recuerda Carrara.

"¿Si se pasaron tantos años haciendo tan poco, ¿por qué no poner el oído en el villero, que es el protagonista de esta historia? –preguntan los curas del Equipo–. No hay por qué meter al villero en situaciones que no quiere vivir. Progresistas y conservadores se han guiado por el clientelismo: se fían más por lo que les dice un puntero, o por lo que titula la prensa amarilla. Este desconocimiento genera soluciones que parten de una maqueta, desde una situación ideal y así llegan a creer que hay terrenos libres. Es muy importante que el gobernante pierda tiempo, en el sentido más positivo de perder tiempo, y camine y charle con los vecinos. Ésa es la deuda más importante."