Desde julio de 2002 opera en esta Capital la empresa Transporte Automotor Municipal Sociedad del Estado (Tamse), creada en la gestión del ex intendente de Unión por Córdoba, Germán Kammerath.

El inicio de actividades se produjo luego de una serie de hechos que paralizaron el servicio público de pasajeros. El primero fue una licitación fallida para cubrir todos los recorridos del servicio. Luego, se sumó la quiebra de la empresa La Docta, que dejó vacante gran cantidad de recorridos. Finalmente, las demás prestadoras (Coniferal y Ciudad de Córdoba) se negaron a aceptar nuevos corredores, en virtud de la crisis que azotaba al país y a una caída abrupta de pasajeros que se ingeniaban con medios alternativos para trasladarse.

El combo problemático dio origen a la gran paradoja. ¿Cuál es el colmo de un liberal? Crear una empresa pública.

Así, Tamse comenzó con 760 empleados y más de la mitad de la flota en malísimas condiciones. El inicio ya pronosticaba el sinuoso camino de la transportadora de pasajeros, que durante toda su historia se constató.

En 2003, el intendente Luis Juez la recibió con una planta de 864 trabajadores. Es decir, 104 más que cuando empezó. Hoy, luego de 5 años de gestión del Frente Cívico y Social, cuenta con 1.477 asalariados, lo que implica un incremento de casi el 100% con respecto a 2002.

Fueron 4 los funcionarios que hasta la actualidad ocuparon el cargo de presidente de la compañía, un puesto de carácter naturalmente político. Debutó en 2002 Alejandro Rodríguez de la Puente y luego le sucedieron Néstor Casalino, Andrés Abellaneda y Walter Nostrala,todos ellos con Luis Juez de intendente.

Luego, con Daniel Giacomino como jefe municipal, vinieron Marcelo Cáceres (otro juecista puro) y Raúl Merino, un hombre proveniente del sector privado (Volks-wagen).

Al rojo vivo

Que la Tamse es una empresa deficitaria no es ninguna novedad. Lo nuevo es el costo que le genera a los cordobeses esta firma, que desde su creación hace 6 años y medio, provoca pérdidas millonarias.

Según datos suministrados por el mismísimo Tribunal de Cuentas Municipal a este medio, desde el 10 de diciembre de 2007 hasta la misma fecha de 2008, la comuna debió asistir a Tamse con 40 millones de pesos.

"La transferencia se realiza a través de subsidios no reintegrables de la Municipalidad. Existen mínimos subsidios de la Secretaría de Transporte de la Nación, y la mayoría son desgravaciones impositivas", indicaron las fuentes.

Cabe destacar que en ese saldo negativo anual se incluye el pago de las cuotas mensuales de créditos otorgado para la compra de 250 colectivos. Esto constituye una inversión de capital y no una erogación en gastos corrientes. No obstante, el monto destinado a ello no es significativo y por lo tanto explica poco el desequilibrio de las cuentas de la firma estatal.