Publicado: 11-10-09

Esto es nuestro. La lista que sigue está integrada por una serie de objetos que son nuestros, que forman parte de nuestro patrimonio, aunque no deban ser declarados con fines impositivos.

El listado de lo que es nuestro es el siguiente: plazas, estatuas, fuentes, fachadas, señales, caminos, puentes, árboles, esculturas, monumentos, veredas, lagos, ríos, mares, escuelas, hospitales, universidades, museos, y unas cuantas cosas más.

Lo bueno de que sean nuestros es que estamos obligados a compartirlos, que están ahí para facilitarnos las horas cotidianas o para disfrutarlos.

Alguien, alguno de nosotros, hará uso o necesitará de ellos.

Pero, a pesar de pertenecer a todos, están los que creen que esas cosas o son de su propiedad exclusiva o no son de nadie. Entonces las dañan, las ensucian, las destruyen.

Se dirá que es un tema de educación y es cierto. ¿Pero cómo se puede aspirar a que la población comprenda esto, si por otra parte funcionarios y gobernantes pulverizan, día a día, el patrimonio arquitectónico de las ciudades, a veces por motivos económicos y otras, simplemente, por ignorancia? Cada día cae una casa con historia, desaparece un bosque, se degrada un Parque Nacional, se incendian hectáreas, se contaminan aguas y aire. En muchas oportunidades estos acontecimientos ocurren avalados por las leyes u olvidados por éstas.

Recuperemos la idea del vecino, del que se hace cargo del espacio que lo rodea y la gente que lo habita. Como vecinos juntémonos y hagamos ver a las autoridades que la naturaleza, la arquitectura, los servicios públicos y el arte han sido, son y deben ser para nosotros.