Se viene otra estatización
Publicado: 14-12-08
La ministra de Defensa, Nilda Garré, ya elevó el anteproyecto para rescindir la concesión y que la empresa pase a ser del Estado.
La ministra de Defensa de la Nación, Nilda Garré, anunció haber elevado al Poder Ejecutivo el anteproyecto para rescindir el contrato de la concesión argentina del gigante constructor de aviones estadounidense Lockheed Martin Aircraft. El anteproyecto contempla la compra de la totalidad del paquete accionario de la empresa, que actualmente es titular de la concesión del Área de Material Córdoba, al valor del patrimonio neto de la empresa al día 31 de diciembre de 2008. Además, indica que será la Auditoría General de la Nación (AGN) la que fijará el monto de ese patrimonio neto.
La iniciativa va claramente en el mismo sentido de la recuperación estatal que hizo el Gobierno de otras empresas, como por ejemplo Aerolíneas Argentinas y Austral, y Aguas Argentinas, además de la estatización de los fondos jubilatorios. Aunque en este caso se cree que el impacto mediático será menos, puesto que esta decisión viene siendo elaborada como un secreto a voces desde hace tiempo. De hecho incluyó varias consultas y negociaciones regionales, sobre todo con Brasil y Chile.
El plan, según altas fuentes de Defensa, "tiene dos pilares. Uno es político, con la decisión de recuperar la industria nacional. El otro, de promoción, apunta a recuperar la industria militar". Eso sí, en el ministerio se encargan de aclarar que no se trata de "potenciar" esa industria, pero sí de "recuperar algunas capacidades destruidas".
Vale recordar que cuando era de capitales nacionales allí se construyeron desde el histórico Pulqui hasta El Pampa, pasando por el temible Pucará.
Las conversaciones llevadas a cabo no sólo tuvieron que ver con la férrea política en sentido regional, sino que además, en Brasil, está la importantísima fábrica Embraer. Asociarse con este gigante –tercero a nivel mundial– presenta la posibilidad de que el Área de Material Córdoba empiece a fabricar partes para los aviones que Embraer construye. Fuentes cercanas a Garré sostienen que hay una decisión de "trabajar cooperativamente" con las naciones de la región y defienden la necesidad de fabricar aviones para el área militar porque al demostrar la capacidad y calidad productiva, la empresa cordobesa se va a reposicionar y ello va a "justificar otras producciones".
En octubre del año 2007 se firmó la "reestructuración de la relación con la Lockheed", según el comunicado de aquel momento. Quería decir que se firmaban tres contratos nuevos. Uno de ellos modificaba el modo de pago –se decidió no pagar más por horas de trabajo, sino por trabajo terminado–, otro contemplaba la posibilidad de que alguna de las partes pudiera pedir antes del 31 de diciembre de 2008 la rescisión del contrato. Sobre el filo de ese plazo, Defensa hizo uso de la opción.
Del impresionante plantel de trabajadores hoy quedan poco más de mil empleados. Jorge Clavenzani, secretario administrativo de la Unión del Personal Civil de las Fuerzas Armadas (Pecifa), el sindicato mayoritario, manifestó desde Córdoba que la esperanza ahora está del lado de lo que "el Estado nacional tenga planificado", y que esperan "ser convocados para conocer la política que se va a implementar en relación con los trabajadores, si va a haber convenio colectivo, eso es lo que más nos preocupa. Después, el tema productivo y lo demás es todo política institucional".
Altas fuentes de Pecifa, pero porteñas, describen la relación gremial con la empresa estadounidense. "Hemos tenido una mediana buena relación, porque son muy reacios a la cosa sindical, son muy de fomentar el sindicato por empresa. Copiado del modelo de Japón, donde le preguntás a un trabajador ‘¿dónde trabaja?’ y responde ‘Yamaha’; ‘¿cuál es tu obra social?’, ‘Yamaha’; ‘¿cuál es tu sindicato?’, ‘Yamaha.’ ‘¿A la mañana qué hacés?’, ‘entro y canto el himno de Yamaha’. Y los yanquis son así, impulsan el sindicato por empresa porque es la mejor forma de dividir a los trabajadores."
La llegada de la Lockheed era el fruto de las presiones internacionales y tenía un doble cometido: eliminar la competencia y que ninguna de las producciones militares escapara al control imperial. Desinsertar semejante empresa del mercado, obviamente, resultó mucho más fácil que volverla a insertar. Embraer era mucho más pequeña que la fábrica argentina, pero Brasil se merece hoy el monstruo que supo conseguir porque resistió las presiones.
En Pecifa son optimistas por las ventajas comparativas que tiene el país para insertarse en el mercado mundial. "No es mala la idea del Gobierno porque los costos son buenos y es un avión excelente. La producción se cortó justamente por eso, porque el dominio internacional lo tenían Estados Unidos e Italia, y algo Francia. Fue una política internacional en contra de la Argentina, evidentemente. Porque hay que ver que viene Lockheed Martin y justamente lo que hace es disminuir la capacidad operativa del Área Material, porque no hacen nada. Compran la empresa para hacerla desaparecer."
El diputado nacional Ariel Basteiro, conocedor del mundo aéreo, cuenta que conocía las intenciones oficiales "de buscar algún nivel de asociación y que algunas partes de aviones, aunque sean mínimas, se elaboraran en el Área Material Córdoba y empezara a trabajar de manera asociativa con Embraer". Para el legislador, "el proyecto es más que auspicioso, y es inteligente el hecho de imitar a pequeña escala lo de Airbus, que es una asociación de cuatro países, una fábrica donde el ensamble se hace en Francia, pero España hace los timones y las alas, por ejemplo; los alemanes, todo el sistema eléctrico; los ingleses hacen la cabina, y todo se ensambla en Francia".