Presupuesto Participativo Joven: “Si se hace bien, mejora el vínculo representativo y la legitimidad de las políticas”
Rocío Annunziata, politóloga e investigadora, explica a fondo la importancia de esta forma de fomentar que los adolescentes se involucren. ¿Qué rol juegan las escuelas? ¿Cuáles son los riesgos de que los proyectos no se implementen correctamente?
¿Cómo hacer que las juventudes se involucren activamente en las decisiones públicas? ¿Qué condiciones deben darse para que esa participación sea real y no se limite a una votación simbólica? Los Presupuestos Participativos (PP) jóvenes son una herramienta que algunos gobiernos locales y provinciales implementan con el objetivo de incluir a jóvenes y adolescentes en la planificación de políticas que los afectan directamente. ¿Cuáles son sus verdaderos alcances? ¿Qué desafíos enfrentan estas iniciativas para no caer en el desencanto o en la manipulación?
Rocío Annunziata es investigadora independiente del CONICET con sede en la Escuela de Política y Gobierno de la UNSAM, profesora de Teoría Política Contemporánea en la UBA y especialista en formas no electorales de participación. En diálogo con El Auditor.info, analizó los beneficios que pueden surgir de estas prácticas, advirtió sobre los riesgos de adultocentrismo en su implementación y propuso claves concretas para fortalecer la deliberación juvenil, desde el diseño del proceso hasta la ejecución de los proyectos elegidos.
- ¿Cuáles son los objetivos y potenciales beneficios de implementar un Presupuesto Participativo Joven en un municipio o provincia?
Uno de los principales beneficios de un Presupuesto Participativo Joven, ya sea municipal o provincial, es que los gobiernos pueden entrar en contacto con un sector de la población que muchas veces no está representado, del que no se conoce cuáles son sus expectativas, sus preocupaciones, sus deseos, los problemas que creen que tienen con respecto a su comunidad. Hay un nivel básico de información en los PP que es muy bueno. Después, puede haber un beneficio mayor que tiene que ver con hacer políticas que sean apropiadas por la ciudadanía, que sean legítimas, mejorar el vínculo con los representantes, siempre y cuando el presupuesto participativo sea hecho de manera coherente y responsable por los gobiernos.
Abrir un espacio de participación les permite a los chicos que piensen un proyecto. Después, si no se ejecuta, no habría tal beneficio y hasta se puede transformar en un problema. Pero si se hace bien, mejora el vínculo representativo, la legitimidad de las políticas, hay una mayor apropiación de los proyectos que salgan de ahí. De este nivel informativo, incluso de la creatividad que tienen los chicos, pueden surgir iniciativas inesperadas y muy interesantes, con una propia impronta y en buenos términos para el territorio.
- ¿Hay un cumplimiento de las expectativas de quienes participan o pueden resultar experiencias fallidas? ¿Los resultados son tangibles y percibidos por los participantes?
En general, tienen una partida presupuestaria relativamente baja, entonces muchas veces no se hacen muchos proyectos, sino que se concreta solo uno. Una buena práctica es dar a conocer siempre el monto disponible desde el principio. Suelen ser proyectos que a los chicos les gustan mucho y que para ellos son significativos. Muchas veces los asocian con actividades culturales que hacen a la música, por ejemplo, y piden construir una sala de ensayo acustizada o realizar concursos de bandas. También pueden ser iniciativas vinculadas a problemas que los preocupen como charlas de concientización sobre temas de violencia de género, ambiente y muchas veces también tienen que ver con acondicionar espacios que ellos usan, como Salones de Usos Múltples, o fortalecer los materiales que puede tener un club de barrio.
“Las experiencias no son manipuladas desde lo partidario, pero lo que suele haber es demasiada intervención de los adultos”
Puede pasar que en un Presupuesto Participativo Joven las propuestas se presenten por medio de una plataforma web y no haya ninguna discusión, que no exista ninguna devolución sobre aquellas propuestas que no pasan a la etapa de votación. En esos casos, se trata de propuestas menos apropiables, porque los mejores P Jóvenes son aquellos en los que antes de presentar los proyectos hay una discusión y a los chicos les encanta eso. Los chicos se copan mucho más en hacer proyectos colectivos: por más que hayan ido a la instancia participativa con un proyecto propio, con una idea que tenían, tienen una mayor facilidad que las personas adultas en dejar de lado su idea original y sumarse a la de otro. Esto me parece que hace que los proyectos estén buenos en general.
- ¿Cómo se puede evitar que este tipo de experiencias sean manipuladas por sectores gubernamentales o partidarios?
En general, no son manipuladas desde lo partidario, pero lo que suele haber es demasiada intervención de los adultos. A veces, para hacer más fácil la actividad, proponen las ideas que a ellos les parecen mejores. Y lo que hace falta es que la gente que coordina estas reuniones, los facilitadores, tengan experiencia en escuchar a los chicos y no en querer proponer. A veces es difícil porque no se presenta ninguna idea o nadie se anima a hablar, y entonces hay que tener bastante habilidad para incentivarlos. A veces los adultos les presentan un abanico de proyectos, cuando en realidad la idea es que provengan de los participantes, que sean discutidos por ellos y también priorizados. La participación no tiene que ser en una sola etapa.
- ¿De qué forma se garantiza o se fomenta una verdadera deliberación entre los jóvenes, más allá de la votación de los proyectos?
Me parece que es importante que haya instancias presenciales porque no existen muy buenas plataformas o experiencias demostradas de participación, de deliberación digital. Se puede hacer por Zoom o por plataformas donde comentar ideas, pero nada reemplaza a una reunión presencial. Muchas veces las escuelas pueden colaborar siendo espacios de reunión o, por lo menos, de difusión. Me parece que la presencialidad ayuda a la deliberación. Lo que también puede ser importante es no mezclar rangos etarios muy amplios. O sea, no hacer que chicos de 10 años estén con otros de 24.
- ¿Los jóvenes que participan son representativos del conjunto de la juventud o existe algún sesgo en la participación?
Hay un sesgo habitual y es que, en general, participan los jóvenes que están escolarizados. Es mucho más difícil llegar a los que se encuentran afuera del sistema porque muchas veces las escuelas son base para la discusión, incluso para la realización de las asambleas, dependiendo de la complejidad del sistema educativo de la localidad, del distrito, de la cantidad de instituciones, del vínculo que haya con los colegios y del rango etario. A veces está ese sesgo.
Otra cosa que diría es que participan pocos. No es que son más los jóvenes que en otros grupos etarios, ni menos. Sí suele haber paridad de género.