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Acciones para la Participación Ciudadana de Diario Perfil

La cultura fue uno de los sectores donde impactó fuertemente la cuarentena. La suspensión de las actividades culturales dejó a los artistas sin un ingreso económico mensual. La precarización del rubro salió a la luz. Pero, paradójicamente, las producciones artísticas, ya sean libros, películas, series y recitales online, entre otras, fueron un refugio durante el aislamiento.

Los primeros resultados de la Encuesta Nacional de Cultura realizada en abril por el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA), sobre una base de 13.000 respuestas de agentes culturales de la Ciudad y de la Provincia de Buenos Aires, confirmaron la vulnerabilidad del sector. Casi el 75% de los encuestados trabaja únicamente de manera independiente y, de ellos, nueve de cada diez no tienen ingresos estables. “Es la primera vez que se hace y es solo una aproximación de carácter exploratorio. Funcionó como un canal para transmitir con rapidez lo que estaba pasando”, explicó Mariana Kunst, coordinadora del SInCA.

Si bien los números son una aproximación y no reflejan el panorama a nivel federal, la pandemia puso en evidencia la precarización previa del sector. Para Diana Saiegh, directora del Fondo Nacional de las Artes (FNA), “hay una enorme necesidad, fruto del estado de emergencia generado por la pandemia del COVID. Los trabajadores son los más damnificados por el parate de los espacios como museos, teatros y centros culturales. Esto afecta a los artistas de todas las disciplinas de la cultura”, expresó.

“Si bien hay líneas de ayuda, para algunos sectores no es suficiente por la magnitud de la crisis”, dijo Diego Berardo, director de El Cultural San Martín.

En este contexto, se vuelve realmente importante el rol del Estado en el apoyo de las industrias culturales. “Desde el FNA, junto al Ministerio de Cultura de la Nación, implementamos las Becas Sostener Cultura II. En su primera edición, se entregaron 400 beneficios y con esta segunda, aspiramos a llegar a 15.000 artistas, creadores y trabajadores de la cultura incluyendo a técnicos, operarios y auxiliares de actividades culturales. Ambas se realizaron con un espíritu federal y con el objetivo de asistir a aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad producto del aislamiento”, comentó Saiegh.

Desde que comenzó la pandemia, las líneas de apoyo fueron varias. A nivel nacional, el Fondo Desarrollar se destinó, en su primera edición, a ayudar a 341 espacios culturales; el programa Puntos de Cultura benefició a 213 organizaciones sociales que desarrollan proyectos comunitarios; y el Plan Podestá, del Instituto Nacional del Teatro, alcanzó a 480 salas teatrales, 1.392 espectáculos y 7.600 personas.

Por su parte, el Instituto Nacional de la Música (INAMU) lanzó dos convocatorias del Fomento Solidario. “La primera alcanzó a 500 músicos que quedaban fuera del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y luego, lo ampliamos. Logramos llegar a 3.000 artistas en total, con un apoyo de $10.000. En este momento, estamos analizando la situación y viendo cómo se pueden generar otras instancias de fomento, no solo de contención”, explicó Diego Boris, director del INAMU.  

Para Diego Berardo, gestor cultural y director de El Cultural San Martín, el COVID sacó a la luz el nivel de precariedad que la cultura tiene en el mundo. “Ningún artista tiene un salario fijo. Esos son esquemas que hay que repensar, porque esto hace que al 90% de los que están parados les cueste mucho poder tener las condiciones económicas para poder vivir. Acá es cuando tiene que estar presente el Estado. Si bien hay líneas de ayuda, para algunos sectores nunca va a ser suficiente por la magnitud de la crisis. La situación requiere que trabajemos de manera inteligente para poder generar las condiciones, las herramientas y los mecanismos para atravesar esta situación”, consideró.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el Ministerio de Cultura desarrolló la plataforma Cultura en Casa, a la que suben contenido diariamente. También, a través de Impulso Cultura, lanzaron seis programas para incentivar y promover el sector, entre ellos Bamúsica, con el cual 37 clubes independientes accedieron a un apoyo económico. Asimismo, a fines de mayo abrió la convocatoria del Fondo Metropolitano de la Cultura, las Artes y la Ciencia, para espacios, artistas y gestores con domicilio en CABA.

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