La escasez de billetes dejó al desnudo la ineficiencia con que opera la Casa de la Moneda, que se vio obligada a formar una unión transitoria de empresas con su institución equivalente en Brasil para ganar la compulsa por la impresión de los 100 millones de nuevos billetes de la Serie S (equivalentes a $ 10 mil millones).

Fuentes del mercado aseguran que la empresa está en condiciones de imprimir hasta 350 millones de billetes por año, cuando se demandan entre 600 y 700 millones.

La Casa de la Moneda (SECM) es una empresa pública que brinda servicios de impresiones de seguridad. Imprime billetes, acuña monedas y hace impresiones tipográficas y con sistema offset tanto para gobiernos como para empresas.

Entre sus clientes privados figuran Metrovías, YPF, la Asociación de Concesionarios de Autos (Acara), Massalin Particulares, Nobleza Piccardo, Telecom Argentina e IBM.

Depende de la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía, a cargo de Juan Carlos Pezoa, quien designó a Ariel Rebello en la presidencia de SECM.

Aunque, según el sitio web oficial (www.camoar.gov.ar), SECM hace "uso de tecnologías de acuerdo con las exigencias del mercado", sus máquinas tienen treinta años de antigüedad. En 2010, el Ministerio de Economía le aprobó un presupuesto que incluía un gasto de $ 200 millones, de los cuales $ 15 millones se debían asignar a inversiones.

Se proyectaban ingresos por 201 millones de pesos. En el último informe de la Auditoría General de la Nación, de agosto de 2009, se le criticó la demora en revisar la obsolescencia de su equipamiento para registrarla contablemente.


Además, se le llamó la atención por no concluir obras de remodelación del local de acuñado luego de ocho años de iniciadas.