Publicado: 24-02-2012
  
Siempre las muertes son lamentables, muchísimo más si se producen por hechos que podrían haberse evitado, tal como ocurrió en la mañana del 22 de febrero en la terminal de trenes de Once.

Los trabajadores de Los Organismos de Control del Estado, con absoluta vocación profesional de servicio comenzaron a alertar en el año 2001 sobre los diversos incumplimientos de la concesionaria TBA y se reiteraron sucesivamente en estos últimos 11 años.

Siempre el mismo resultado: falta de respuesta a los pedidos de información adicional y/o aclaratoria, que las autoridades debían dar.
Todas las incomprensibles demoras a la documentación presentada, dificultaron la realización de tareas de mantenimiento para revertir la crítica situación detectada.

Lo mismo ocurrió cuando no escucharon nuestras advertencias-entre otras-al costo sideral del mega canje de la deuda externa. Tampoco respondieron al pormenorizado detalle que presentamos sobre los riesgos que existían en los locales bailables creando el embrión del monstruo que fue Cromagnon devorando más de 200 vidas.

La misma ignorancia ante los estudios realizados, con mucha anticipación, sobre el estado y funcionamiento de Aerolíneas Argentinas.

Y ahora el servicio ferroviario, en deficitario y criminal estado de conservación, con signos elocuentes del más insolente desprecio por la dignidad de los ciudadanos y su propia existencia.

La empresa TBA fue auditada profesionalmente, los resultados mostraban un peligro que no fue atendido.

Los funcionarios de los distintos estados no han actuado en consecuencia y no aplicaron las sanciones, ni consideraron la gravedad del diagnóstico de los trabajadores de los organismos de control, que, una vez más, fuimos ignorados.

Ante el dolor de la muerte inocente, la imprevisión y la calamidad que persiste ¿A quién reclamar por este acto criminal...? La respuesta la esperan los centenares de ciudadanos que perdieron a sus familiares y amigos que fueron condenados a viajar en un tren con el destino escrito de antemano.

HUGO QUINTANA Secretario General A.P.O.C.
Comisión Directiva Nacional