Si el presupuesto 2014 de la Ciudad de Buenos Aires fuera de $ 100, por su forma de distribuir los recursos, podría decirse que -de ese total-, 25 se destinaron a educación, 21 a la salud, 8, a la acción social, 7 a los contratos de recolección de residuos, 4 al transporte y la seguridad local, y 2 al control público, entre otras funciones.

En números globales, la Capital dispuso el año pasado de $ 69.990 millones para afrontar sus gastos totales, de los que -hasta el tercer trimestre de ese ejercicio, último período del que se tienen datos oficiales-, alcanzó a ejecutar unos $ 43.750 millones, es decir, el 62,5% de los fondos en el 75% del tiempo transcurrido.

Perspectiva

Al igual que en el caso del Estado nacional, el presupuesto porteño está conformado por cinco finalidades, que son los objetivos generales de una gestión; Administración Gubernamental, los Servicios Sociales, Económicos y de Seguridad, y la Deuda Pública.

Otra similitud entre ambas jurisdicciones es que la finalidad más importante, en términos nominales, es la de Servicios Sociales, que recibe el 55,4% de todo el presupuesto de la Ciudad ($ 38.779 millones).

Ya dentro de esta finalidad aparecen las funciones (que son los medios con que se pretende alcanzar aquellos objetivos) también más importantes del presupuesto porteño, como la de educación, a la que le correspondió el 25% de los gastos totales registrados hasta el 30 de septiembre del año pasado, casi $ 11 mil millones -uno de cada cuatro pesos ejecutados-.

En segundo término aparece la función salud, con un 21% del total de desembolsos (algo más de $ 9 mil millones).

Ambas funciones tienen una característica común: la relevancia del pago de sueldos en el total de sus partidas disponibles. Es que, en el caso de educación, el 66% de los recursos corresponden a las remuneraciones del personal docente, mientras que en salud esa porción llega al 71%, destinado a los agentes de hospitales, servicios sanitarios y de emergencia.

El peso de los sueldos en los gastos totales es una cualidad que se repite en presupuestos de provincias y municipios, y puntualmente en la Ciudad alcanza al 48% de los desembolsos medidos hasta el tercer trimestre de 2014 (cerca de $ 21 mil millones).

En ese sentido puede advertirse una diferencia con respecto a la Nación, que destina aproximadamente el 12% del presupuesto a pagar sueldos.

Y si de comparaciones se trata, vale decir que el presupuesto porteño equivale al 6% del nacional y es el tercero en importancia, detrás del de la provincia de Buenos Aires, que ocupa el segundo puesto.

Volviendo a la finalidad Servicios Sociales, allí también figuran las funciones de promoción y acción social ($ 3.714 millones), y cultura ($1.334 millones -ambos montos devengados hasta septiembre de 2014-), a las que les correspondieron 8 y 3 pesos respectivamente por cada $ 100 ejecutados.

Asimismo, entre las funciones con partidas menores -en relación a las anteriores- aparecen, por un lado, vivienda y, por el otro, agua potable y alcantarillado.

En estos rubros se advierte subejecución presupuestaria: es que para viviendas se devengaron unos $ 740 millones sobre un crédito disponible de $ 1.675 millones, es decir, el 44% de los recursos en el 75% del tiempo transcurrido en el año (y $ 1,60 por cada 100 pesos).

Algo parecido se aprecia con agua potable y alcantarillado, que tenía una partida de $ 767 millones, de los que ejecutó hasta el tercer trimestre de 2014 unos $ 299 millones (38% del total y 68 centavos por cada 100 pesos).

Por el lado de la finalidad Servicios Económicos, la función más importante es la de servicios urbanos, que ejecutó en nueve meses del año pasado $ 6.177 millones sobre un crédito disponible de $ 9.364 millones, lo que equivale a 14 de cada 100 pesos devengados. La mitad de este rubro está destinada a cubrir los contratos con las empresas que prestan el servicio de recolección de residuos en la Ciudad, mientras que el resto se distribuye en obras de mantenimiento de la vía pública y alumbrado.  

Le sigue en términos nominales la función transporte, que devengó hasta septiembre de 2014 $ 1.550 millones sobre un crédito disponible de $ 3.456 millones (4 de cada 100 pesos desembolsados). En ese caso, el rubro experimentó una importante reducción de su partida con respecto a 2013, cuando contó con transferencias de la firma Sbase (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado), para financiar la expansión de la red de subtes. Ya el año pasado, esos fondos fueron afectados a Servicios Sociales.

En tanto, la tercera finalidad más relevante del presupuesto porteño es Administración Gubernamental que, no obstante, también muestra niveles de subejecución de partidas en algunos ítems, como las funciones judicial y legislativa.

En el primer caso, se devengó el 41% de la partida disponible ($ 1.381 millones sobre un total de $ 3.363 millones), mientras que en el segundo la ejecución es aún menor: $ 735 millones de un crédito de $ 3.803 millones, es decir, sólo el 19% en un lapso que equivale al 75% del año.

Administración Gubernamental también contiene la función control de la gestión pública, que muestra una ejecución de $ 922 millones hasta el tercer trimestre de 2014. Ese monto representa el 2% de los gastos totales de la Capital Federal, es decir, 2 de cada 100 pesos.

Salvando las distancias, en cuanto a magnitudes y ámbitos de gestión, vale recordar que este medio reveló a principios de abril que, de cada 100 pesos disponibles, la Nación le destinaba al control público solamente 8 centavos.

Por último, la finalidad Servicios de Seguridad tiene una única función, seguridad interior, cuya partida devengada -$ 1.852 millones- se destinó casi en un 80% a sueldos del personal, entre ellos a los miembros de la Policía Metropolitana.