Una senadora ultrakirchnerista iría a la Defensoría del Pueblo.

Apurado por el recambio parlamentario, que lo dejará numéricamente disminuido, el kirchnerismo avanzará en las próximas semanas hacia el manejo de otro organismo de control: postulará a una senadora ultraoficialista para comandar la Defensoría del Pueblo. El cargo se encuentra vacante desde la renuncia, dos meses antes de las elecciones de junio, del peronista cordobés Eduardo Mondino.


Según altas fuentes de la Cámara alta, la candidata de la conducción del bloque kirchnerista es la senadora María Perceval, una mendocina de bajo perfil, presidenta de la Comisión de Defensa y con mandato hasta el 10 de diciembre.


No es, por cierto, el primer intento de la Casa Rosada de condicionar a los organismos de control. De hecho, el oficialismo ya ubicó dirigentes afines en la Sindicatura General de la Nación (Sigen) y en la Oficina Anticorrupción (OA), e intentó limitar el poder del jefe de la Auditoría General de la Nación (AGN), el radical Leandro Despouy.


Como senadora, Perceval nunca votó en contra de un proyecto de los gobiernos de Néstor o Cristina Kirchner. No obstante, cabe aclarar que tampoco rechazó iniciativa alguna enviada durante la gestión de Eduardo Duhalde.


El nombre de la elegida ya llegó a la Casa Rosada -el tanteo lo realizaron el jefe de la bancada, Miguel Pichetto, y el presidente provisional de la Cámara alta, José Pampuro- y hasta ahora no ha recibido objeciones, a pesar de que no es muy querida por Néstor Kirchner y que su relación con Cristina Kirchner tuvo altibajos en los casi ocho que lleva como senadora oficialista, de los cuales compartió seis con la ahora jefa del Estado.


La inquietud del bloque oficialista en el Gobierno se ha canalizado hasta el momento por medio del secretario legal y técnico, Carlos Zannini.
Sin embargo, el trámite no es sencillo para el oficialismo. Para elegir al defensor del pueblo la ley establece que se necesita el voto de los dos tercios en cada una de las cámaras legislativas. Se trata, por lo tanto, de un proceso que requiere una dura y paciente tarea de negociación con los bloques de la oposición.


Según pudo saber LA NACION, en el Senado, Perceval tendría un primer visto bueno del radicalismo, aunque el tema aún no fue tratado por el pleno de los miembros del principal bloque de oposición. Los sondeos, realizados por la propia interesada, fueron con el jefe de esa bancada, su comprovinciano Ernesto Sanz, y el jujeño y presidente de la UCR, Gerardo Morales.


La moneda de cambio para este apoyo sería la designación de Juan Mínguez como defensor adjunto, quien de esa manera subiría un escalón en el organismo, ya que hoy es el segundo defensor adjunto.


La parte más difícil de este trabajo para el kirchnerismo será, sin dudas, la Cámara baja, donde la oposición ha endurecido su discurso contra todo lo que huela a oficialismo ortodoxo, y la senadora Perceval se destaca por eso y no alcanza sólo con la colaboración del radicalismo para llegar a los dos tercios.


Respaldos
Mucho más si se toma en cuenta que el mandato de cinco años superará con creces la actual gestión presidencial y que el futuro ombudsman podría ser de cuño kirchnerista, o peronista en el mejor de los casos, con un gobierno de otro color político.


La candidatura sí parece acordada con el oficialismo en Diputados. El argumento esgrimido es que de esa cámara salió el anterior defensor del pueblo. Mondino concluía su mandato en ese cuerpo cuando fue designado para el cargo, en el que fue reelegido en 2004. Este año dejó la Defensoría para postularse, enfrentando al candidato de la Casa Rosada, como senador por el PJ cordobés. Salió tercero, por lo que se quedó sin acceder al Senado y sin su cargo anterior.


Cuando el tema sea puesto a consideración del Parlamento, Perceval recibirá el apoyo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que exigió a cambio del respaldo a la postulante kirchnerista que se aplique el mismo proceso de selección que estableció Néstor Kirchner por el decreto 222 para la selección de los jueces de la Corte Suprema de Justicia. Esto es, que se exponga el currículum de la candidata y se realicen audiencias públicas para discutir la postulación.


Este procedimiento no es el contemplado por la ley que creó la Defensoría del Pueblo, que sólo prevé la aprobación por una comisión parlamentaria bicameral y la posterior ratificación en cada una de las cámaras.