Garré, a examen por pago a empresa de EE.UU.
El proyecto de ley que autoriza a ejercer la opción de compra del paquete accionario no progresó en la Cámara alta en la última sesión (8 de julio) porque tanto la oposición como buena parte de los senadores justicialistas (luego de la derrota electoral) pidieron mayor precisión acerca de la valorización de la empresa.
El único documento presentado por Garré sobre cuánto saldrá del bolsillo de los contribuyentes para adquirir las acciones de Lockheed es un estudio de la situación contable de la empresa realizado por la consultora Pistrelli, Henry Martín y Asociados, contratada por la propia Lockheed. Defensa asegura que el patrimonio de la concesionaria norteamericana era, al 31 de diciembre de 2008 de 67 millones de pesos, con un activo de 277 millones y un pasivo de 210 millones. El encargado de la negociación con Lockheed en lo administrativo fue Oscar Cuattromo, secretario de Planeamiento, mientras que el hermano y jefe de Gabinete de la ministra, Raúl Garré, se ocupó de los números.
Hoy sólo Cuattromo asistirá a la jefa castrense en la requisitoria de los senadores. El mismo conflicto tuvo ya el Gobierno en el Congreso con la estatización de Aerolíneas Argentinas, la oposición no aceptaba que los ciudadanos argentinos terminaran haciéndose cargo de deudas ajenas y pagara por un patrimonio de valor desconocido.
Hay novedades de orden técnico y productivo que podrían modificar la apreciación del valor real de la planta más allá del precio nominal de la acción. Del contrato 04 sobre modernización de 11 aviones Pampa IA-63, resta entregar uno de ellos, matrícula E-801 que yace despanzurrado sin repuestos porque, según los operarios, hubo un desmanejo de la cadena logística.
El gremio APTA, liderado por Ricardo Cirielli, que agrupa a los obreros de la fábrica cordobesa, denunció por carta en dos oportunidades una presunta administración fraudulenta de la planta, responsabilizando por igual al management y a Mirta Iriondo, funcionaria designada por Garré para manejarla en la transición.
Se habla de «canibalización» del stock de repuestos e insumos destinados a la fabricación de 10 fuselajes de IA-63 Pampa (contrato 06) situación que pondría en peligro la continuidad de la línea de producción del jet entrenador de la Fuerza Aérea. Sin contar que hay un déficit de turbinas (seis en total) que nunca se instalaron en los últimos fuselajes entregados por Lockheed a la escuadrilla asentada en la Base Aérea El Plumerillo de la provincia de Mendoza.
Según los trabajadores, en las últimas semanas se llevaron repuestos y unidades -como un tubo de chorro de un avión Pampa y un motor PT6 para aviones de entrenamiento-, se desmantelaron áreas como la Dirección de Programas de Planificación, se rechazaron trabajos y se tercerizaron tareas en perjuicio de la mano de obra local.
El contrato 05, que regula el mantenimiento de aeronaves de la Fuerza Aérea, exhibe un hito de la presunta desidia operativa: el Hércules C-130 matrícula TC-56 entró a la planta para inspección mayor a mediados de 2003, van casi seis años y aún no finalizaron las tareas para ponerlo en servicio. En Canadá o los Estados Unidos la misma tarea demanda no más de nueve meses, afirmaron expertos consultados por este diario.
La intervención de la Auditoría General de la Nación (AGN) demostró en un informe de situación otros aspectos preocupantes: no se cuenta con un detalle (inversión de material) de las herramientas, bancos de ensayo, equipos de apoyo terrestre y otros instrumentos específicos adquiridos para cumplir con los contratos de mantenimiento y construcción de los Pampa, que son parte del patrimonio a valorizar.
También la AGN advierte sobre el riesgo de que la planta (y el país) pierda su condición de Centro Autorizado para la reparación de aeronaves Hércules, porque la propiedad intelectual de esa actividad es exclusiva de la empresa estadounidense y, ante un cambio de accionista se requiere una autorización del titular del dueño de la propiedad intelectual.