¿Cómo mejorar la relación entre educación y trabajo?
El exministro de Educación porteño, Mariano Narodowski, y la diputada nacional (MC) Brenda Austin participaron de un panel moderado por la directora Ejecutiva de Éforo, Paz Míguez, realizado en el marco de la jornada Acciones para el Trabajo. Allí plantearon la necesidad de pensar un sistema más federal y equitativo.
¿Cuál es la relación entre la educación y el trabajo? ¿Qué escenarios imaginamos sobre materia educativa en el país? Con el fin de abordar este tipo de cuestionamientos, el ex ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Mariano Narodowski, y la diputada nacional (MC) Brenda Austin participaron de un debate que fue moderado por la directora Ejecutiva de Fundación Éforo, Paz Míguez, en el marco de Acciones para el Trabajo, un encuentro plural para reflexionar sobre el mundo laboral.
“Necesitamos incluir a todos los niños y a todas las niñas en el sistema educativo pero con calidad”, sostuvo Austin.
Tras coincidir en que a mayor formación se obtienen mejores condiciones laborales, tanto Narodowski como Austin plantearon la necesidad de un sistema más federal y equitativo, cambios curriculares orientados al empleo y los grandes desafíos ante el avance tecnológico.
Sobre cómo afectó la pandemia al sistema educativo y cuáles fueron sus efectos, Austin consideró que se evidenciaron “los grandes problemas que tiene el sistema” lo que “obligó a pensar soluciones diferentes”. Para la diputada (MC), “el mundo ha entendido que necesitamos incluir a todos los niños y a todas las niñas en el sistema educativo pero con calidad, sin que sea una estafa al sistema educativo y que permita después la inclusión en el mundo laboral”.
Por su parte, Narodowski sostuvo que el aislamiento por la pandemia movilizó a grupos de padres “pero aún nos falta una movilización grande en educación. Solo el 3% de los chicos que terminan en tiempo y forma la escuela son de sectores populares. El diagnóstico es doloroso pero tenemos un territorio que es muy desigual”.
“Muchos chicos quedaron afuera del sistema”, señaló Austin y aseguró que es momento de pensar políticas más federales y equitativas. “Hay que discutir qué lugar le queremos dar a la educación, los recursos que se necesitan, trabajar en todo lo que hace falta. Un pacto de acuerdo en la decisión de financiar el sistema educativo, destinar un punto más del PBI y comprometernos a que se cumplan las metas del financiamiento, que haya una reparación de las asimetrías regionales. El Estado nacional debe resolver estas injusticias. Hay un nivel grande de inequidad en la distribución de recursos entre las provincias”, indicó.
Bajas calificaciones
Durante el conversatorio, tanto Austin como Narodowski expresaron su preocupación por el nivel educativo en el país que se refleja en distintos dispositivos de evaluación. “Las pruebas Aprender dieron cuenta que se triplicó el porcentaje de los chicos y las chicas con los promedios más bajos. El 45% de los estudiantes no logra alcanzar los conocimientos básicos. Sin educación para todos no hay igualdad de oportunidades”.
En tanto, Narodowski recordó que en 1997 se realizó la primera evaluación educativa de la Unesco (ERSE) y Argentina se ubicaba entre los primeros tres países de América Latina en cuanto a calidad educativa. En 2006, 2013 y 2019 se volvieron a realizar. “Hoy el país ocupa el puesto 11 de 16. El sistema educativo está empantanado y eso sucede porque no hay un interés verdadero de los dirigentes para cambiarlo. No quiero decir que no haya algunas personas a las que les interese pero falta formar una masa crítica para poder salir del colapso”.
Ante la pregunta sobre cómo se vincula la educación y el mundo del trabajo en el país hoy, realizada por la moderadora Paz Míguez, Narodowski consideró que hay una idea de armar diseños curriculares más pensados en lo intelectual, con muy poco de artístico y algo corporal. Si se busca alguna formación más vinculada a lo práctico o al trabajo, la opción es una técnica. No obstante, afirmó que el vínculo empleo-educación tuvo algunos intentos, como el polimodal que nació un poco con esa idea pero nunca se ponderó la experiencia. "En términos generales, las secundarias siguen siendo más o menos iguales que en 1920. Estaría bueno que los adolescentes adquieran un poco de experiencia laboral que en este sistema es una oportunidad negada. Y no es una manera de encastrar el módulo trabajo en este viejo sistema, sino que hay que replantear todo un modelo de secundaria nuevo”, concluyó.
“No creo que los cambios en educación demanden mucho tiempo", señaló Narodowski.
Sobre este punto, el exministro propuso pensar un nuevo sistema que ya no esté estructurado en 12 materias anuales y que las evaluaciones sean por el desempeño integral de los estudiantes. “Analizar toda una revisión general y no desde el acople. Hubo algunos intentos en provincias como Córdoba, La Pampa o Caba pero sin una organización más fuerte y sólida no se logra”, agregó.
“No creo que los cambios en educación demanden mucho tiempo. Fue una idea instalada en los 90. Yo no esperaría la generosidad de los políticos. El problema es que en Argentina está la idea de que el cambio lleva 20 años y esto es porque la dirigencia tiene miedo al conflicto, a que el cambio o la reforma genere resistencias”, señaló.
Un proyecto nacional
La inequidad en la repartición de los recursos fue un punto reiterado en el coloquio. Para Austin una salida posible es generando “un fondo compensatorio de desigualdades respetando la autonomía de cada provincia” y considerar los proyectos a largo plazo teniendo en cuenta que la escuela abarca un periodo de al menos cuatro gobiernos.
Por su parte, Narodowski afirmó que si lo que se busca es un proyecto nacional no es necesario ni cambiar la constitución ni la coparticipación, "con pensar nuevas lógicas, proyectos, en un consejo federal de educación se podría revertir un poco esta situación”.
“Hay que plantear procesos de aprendizaje continuos y permanentes en los que se piense también qué tipos de empleos se requieren, cuáles son las demandas que hay. Una educación más vinculada a los nuevos conocimientos y los sectores productivos, y para este proceso se requiere que se sumen desde los sindicatos hasta los empresarios”, manifestó Austin.
Las escuelas del futuro
"En los próximos 30 o 40 años habrá cambios muy profundos en la forma de enseñar”, expresó Narodowski.
“El trabajo está atravesado por las nuevas tecnologías. Si no miramos eso, difícilmente podamos tener sociedades con sistemas productivos desarrollados. Si no empujamos el sistema educativo a la creatividad, al desarrollo productivo, es un dinero mal invertido”, sentenció Austin.
En tanto Narodowski, autor del libro “Futuros sin Escuelas”, consideró que “las nuevas tecnologías traen nuevas plataformas y el desarrollo de inteligencia artificial que sustituye a los docentes. La máquina va aprendiendo con lo que va interactuando. Las funciones docentes empiezan a acortarse, las clases grabadas demostraron que hay mucho por discutir. De quiénes son esas clases, quiénes pueden acceder a ellas, son las nuevas cuestiones que se vienen planteando. Hay grandes cambios en las formas de enseñar, hay muchas experiencias de automatización del trabajo intelectual. En los próximos 30 o 40 años habrá cambios muy profundos en la forma de enseñar”.
Sobre Acciones para el Trabajo
“Acciones para el trabajo” es un encuentro anual que convoca a dirigentes de diversos espacios políticos, sociales, empresariales y sindicales para pensar y debatir el mundo del trabajo. En esta primera edición asistieron 150 personas y de los distintos paneles participaron Facundo Manes (diputado nacional), María Eugenia Pierrepont (directora de Evaluación de la Oficina de Presupuesto del Congreso), María Migliore (ministra de Desarrollo Humano y Hábitat del GCBA), Verónica Tenaglia (empresaria tecnológica); Brenda Austin (diputada nacional MC), Mariano Narodowski (profesor de la Universidad Torcuato Di Tella), Pablo Flores (secretario General de AEFIP) y Federico Recagno, presidente de Fundación Éforo.