La pandemia logró algo impensado en una ciudad como Buenos Aires: que durante los días de aislamiento más estricto haya silencio. Algo tan preciado como imposible en los grandes centros cosmopolitas. Pero eso también ya es historia, con la flexibilización de las medidas casi se recuperó la contaminación sonora previa a la llegada del Covid. Y de nuevo hay embotellamientos, bocinazos, chimeneas ardiendo, transeúntes que van y vienen, comercios abiertos, obras de construcción y locales nocturnos.

Tan encantadora como riesgosa, Buenos Aires volvió a ser uno de las centros con mayor índice de ruido del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, la pérdida de audición provocada por el ruido puede tener efectos en muchos aspectos de la vida, como el desarrollo social y educativo del individuo y su capacidad para trabajar. Además del riesgo de pérdida auditiva, los niños y los adultos que viven en entornos ruidosos pueden padecer un mayor estrés psicológico y ansiedad.

Qué es el ruido

La OMS considera ruido cualquier tipo de sonido que supere los 65 decibeles (dB) durante el día y 55 dB durante la noche. Lo que esté por encima de ese parámetro es perjudicial para un buen descanso y comunicación. En Buenos Aires, el promedio de ruido en el día varía entre los 75 y 80 dB y por las noches, entre 65 y 70.

Ante la consulta de El Auditor.info, desde la Agencia de Protección Ambiental porteña, el organismo encargado de su control, indicaron que para conocer y estudiar la dimensión del ruido en la Ciudad de Buenos Aires se desarrolló el primer Mapa de Ruido.

El mapa permite analizar mediante diferentes colores cuáles son los accesos o zonas más ruidosas de la ciudad, en un rango que va de los 30-35 decibeles a los 85-90, y también seleccionar entre las mediciones diurnas y las nocturnas. En verde, el nivel más bajo, apenas pueden verse pintada alguna que otra calle. La mayoría aparece en rojo, que marca de 60 a 65 decibeles, o en la gama de los azules que van desde los 75 a 90 db. Toda esta medición sirve para realizar un diagnóstico y analizar políticas que ayuden a bajar el nivel de ruido que afecta a la salud y al medio ambiente en general.

"Es una herramienta que está abierta a la ciudadanía y como organismo nos permite conocer los niveles promedio anuales en la vía pública, como así también evaluar, controlar y corregir las causas que lo provocan”, indicaron desde la Agencia.

Normas contra el ruido

La Ciudad cuenta con normativa propia en materia de ruido. Se trata de la Ley Nº 1540 cuyo fin es prevenir, controlar y corregir la contaminación acústica que afecta tanto a la salud de las personas como al medio ambiente. A través de su decreto reglamentario se establecieron las competencias de la Autoridad de Aplicación, que coordina las acciones de control, inspección y vigilancia de las actividades reguladas por la normativa vigente.

Las mediciones de ruido se realizan en fuentes fijas (establecimientos o eventos masivos) y en fuentes móviles (vehículos). 

“La Agencia de Protección Ambiental realiza regularmente controles a fuentes fijas (ruido y vibraciones) y móviles (ruido y humo). Se considera una fuente fija un establecimiento o evento masivo y una fuente móvil a vehículos de carga o de pasajeros”, indicaron desde el organismo.

Para desarrollar el Mapa de Ruido, el gobierno porteño considera las fuentes móviles de tránsito, es decir automóviles y ferrocarriles. Los accesos con mayor circulación son, claramente, los más ruidosos. Las avenidas 9 de Julio, Belgrano, Avenida de Mayo, Rivadavia, Corrientes,  Córdoba, Santa Fe, Paseo Colón, Ingeniero Huergo, Entre Ríos/ Callao, Pueyrredón/Jujuy, General Paz, Lugones,  Cantilo y Autopista 25 de Mayo son las que pican alto en el ranking.

Además, la ley establece la implementación de un Registro de Actividades Catalogadas por ruido y vibraciones (RAC). Allí deben estar inscriptos los titulares de actividades que emitan ruidos o sean considerados potencialmente contaminantes como locales nocturnos o fábricas.  actividades industriales que utilizan maquinaria pesada.

Para ser parte del registro, entre otros requisitos, deben presentar un Informe de Evaluación del Impacto Acústico que sólo puede ser realizado por profesionales que se encuentren inscriptos en el Registro de Profesionales de Impacto Acústico y que cuenten con instrumental de medición (sonómetros y calibradores). 

Cómo puede prevenirse y dónde denunciar

Gran parte de la reducción de los niveles de contaminación acústica es individual, indican tanto desde los organismos públicos como de asociaciones ambientalistas. Desalentar el auto particular, concientizar que las bocinas sólo suenen en casos necesarios, verificar el estado del catalizador/silenciador del sistema de escapes, frenos y amortiguadores de los vehículos, tratar en lo posible de utilizar el transporte público, son algunas de las sugerencias para contribuir en la lucha contra el ruido. 

La contaminación sonora no sólo genera daños en la salud de los seres humanos sino también afecta a todo el medio ambiente.

"En la medida que los ciudadanos se concienticen sobre la incidencia que pueden tener en la contaminación acústica de la ciudad, es probable que tiendan a tomar más cuidados en la emisión de ruidos y adoptar las medidas adecuadas si realizan actividades privadas o comerciales que puedan producir molestia por ruido o vibraciones", indican desde la Agencia de Protección Ambiental.

La contaminación sonora no sólo genera daños en la salud de los seres humanos sino también afecta a todo el medio ambiente. Un ejemplo de ello es que muchas aves abandonan las grandes ciudades por el ruido que las espanta.

El Código Civil de la Nación, a su vez establece que, las molestias que ocasionen el ruido, vibraciones o daños similares por el ejercicio de actividades en inmuebles vecinos, no deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones del lugar y aunque mediare una autorización administrativa.

En la Ciudad de Buenos Aires, se pueden denunciar ruidos molestos llamando al 147. También mediante el sitio https://gestioncolaborativa.buenosaires.gob.ar/prestaciones (buscando “Ruidos molestos y vibraciones”).