Eugenio Semino, es defensor de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, presidente de la Sociedad Iberoamericana de Gerontología y Geriatría, y trabaja en defensa de los derechos de los adultos mayores desde 1985. A 15 años sin Defensor del Pueblo de la Nación, dialogó con El Auditor.info para el ciclo de entrevistas Defensores de la Argentina. 

- ¿En qué necesitan ser defendidos los adultos mayores?

Las personas mayores y las personas con discapacidad están viviendo una crisis humanitaria en Argentina, por lo cual, su asistencia va desde lo económico hasta lo elemental, ya que hay un sistema de salud totalmente estresado que no da respuesta. Esa crisis humanitaria implica que sus derechos vienen siendo conculcados por los organismos y por distintos estamentos. El organismo de garantía trata de equilibrar esa falta de proporcionalidad entre esos organismos, empresas privadas, y la debilidad y la fragilidad del sector.

- ¿Cómo es el vínculo con la ciudadanía? ¿Se conoce el rol de la Defensoría?

Soy un viejo viejólogo, por lo cual, a través de los años se va a legitimando la actividad. Muchos años, primero, a cargo de los hogares públicos de la Ciudad, del área, de lo que se llamaba, Tercera Edad y Discapacidad. Luego en los primeros tiempos de la Defensoría, el precámbrico de la actual Defensoría, que fue la Contraloría General Comunal. Y después, la Defensoría del Pueblo. Sí, asiste la ciudadanía. De todos modos, los organismos de garantía tomamos conocimiento de una proporción muy baja de aquellos que están en esta situación dramática. Pero es el “leading case”, es el que nos tiene que llevar a reclamar sobre los derechos de aquellos que no pueden llegar también.

Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad #Entrevista | Defensores de Argentina

- ¿Cuáles son las consultas o los reclamos que más reciben en la Defensoría?

Sobre abuso y maltrato a las personas mayores, y de personas con discapacidad. Los organismos que las atienden, a ese tipo de situaciones, tienen su terminal en Buenos Aires, y realmente tanto lo relacionado con el tema salud, fundamentalmente; atención, que se da fuera de tiempo y forma; insumos que nunca llegan, que no se pueden comprar; lo que tiene que ver con cuidados; lo que tiene que ver con hábitat; vivienda. El jubilado hoy ya no es alguien que tiene su vivienda propia, y si la tiene, no puede pagar las expensas. Recordemos que estamos hablando de siete millones que cobran $200.000, una gran meseta de miseria en Argentina. Por lo cual, el abuso y el maltrato se manifiestan también en los ámbitos familiares, sociales, y esos son los reclamos, que son de los más variados.

- ¿Reciben consultas, además de porteños y de otros lugares de la provincia de Buenos Aires, del resto del país?

De todo el país. A veces directamente por parte de los afectados, las familias, los intendentes de las ciudades, que son los que tienen la relación más cara a cara con el ciudadano. Así también de defensores vecinales, y de PAMI y ANSES, los que desgraciadamente tienen una centralidad en Buenos Aires donde una prótesis de Tartagal se resuelve en avenida Corrientes al 600.

- Se cumplen 15 años sin Defensor del Pueblo de la Nación. ¿Cómo impacta en la ciudadanía y cuál es la importancia de que este puesto deje de estar vacante?

Es un disparate. Primero, porque cuando cesa Mondino en 2009, queda vacante una enorme cantidad de presentaciones que había hecho el propio Defensor. En relación con ferrocarriles, después de eso vino Once. Una cantidad de cuestiones que estaban en curso quedaron pendientes, se perdió personería y se mantuvo una estructura administrativa, donde nunca el Legislativo de la Nación pudo lograr un acuerdo para votar el reemplazante. Pero esto no es casualidad, los organismos de garantía, los organismos de control, molestan. Molestan a las instituciones y funcionarios que no cumplen. Lo grave es que se va normalizando, naturalizando que no existe la Defensoría, no se nombra al Defensor, y con eso convivimos. Habla de la falta de institucionalidad, de la debilidad en la institucionalidad argentina, y de la indefensión cada vez mayor de los ciudadanos de nuestra Nación.