Natalia Falugi es vicepresidenta del Tribunal de Cuentas de la provincia de Río Negro. Desde el sur del país, dialogó con El Auditor.info sobre el trabajo de controlar, la composición mayoritaria de mujeres en el Tribunal, la Ley Micaela y la necesidad de seguir incorporando capacitaciones en materia de género.

- ¿Cómo fue tu recorrido personal hasta llegar al Tribunal de Cuentas de Río Negro?

- Soy abogada, tengo 48 años y una carrera dentro de la administración pública provincial de 24 años. Me desempeñé primero en el Poder Ejecutivo y después en la Fiscalía de Estado de la provincia, en el área judicial, durante 16 años. Accedí al Tribunal de Cuentas como vocal en 2018 a propuesta del Poder Ejecutivo y designada por la Legislatura provincial. En lo personal, el género nunca fue un obstáculo, no lo sentí un impedimento para desarrollarme laboralmente. Fui parte del Consejo de la Magistratura, integré la Comisión Directiva del Colegio de Abogados de Viedma durante varios períodos y nunca mi condición de mujer fue un inconveniente.

- ¿Cómo es la composición de  la institución?

- El Tribunal se compone de tres vocales, de los cuales actualmente lo integramos dos mujeres abogadas y un contador varón. En el TC de Río Negro trabajamos 141 personas: 83 mujeres y 58 varones. La planta de funcionarios se compone de 16 mujeres y 16 hombres. Los cargos más altos también se encuentran equitativamente distribuidos. De manera que en la provincia entiendo que estamos bien, con alta participación en los distintos ámbitos y eso se refleja en el Tribunal. Llegamos a esta composición de forma natural. Históricamente el organismo tuvo, al menos, tres mujeres en el rol de presidenta, incluyéndome a mí. La presidencia es rotativa conforme reglamentación de 1994. El empoderamiento femenino se da en el TC de Río Negro.

- ¿Cómo ves la participación en el mundo del control?

- Hay cada vez más participación femenina. Si bien es cierto que es muy fuerte la presencia de los hombres, noto más la intervención de las mujeres. Creo que estos últimos años, el rol activo de la mujer, incluso en los cargos altos, viene creciendo. Definitivamente nos hacemos escuchar. Gracias a la concientización de estos últimos años, veo a la mujer en un rol muy activo y fuerte. Formamos parte de distintos ámbitos de toma de decisiones, algo que antes no pasaba. Esta participación femenina influye en lo laboral, ya que se aportan las particularidades inherentes a nuestra naturaleza, nuestra percepción de las cosas, nuestras habilidades y sensibilidad que son elementos muy importantes en los ámbitos laborales.

- ¿Están haciendo capacitaciones dentro del Tribunal?

- Se hizo el año pasado y se va haciendo periódicamente en la medida que podemos. La capacitación con la Ley Micaela es obligatoria. Además siempre se aprovechan otras capacitaciones en materia de género, más allá de la Ley Micaela, las ponemos a disposición de todos los empleados. Actualmente estamos trabajando en armonía. No hemos tenido inconveniente en cuanto a episodios de violencia, de ningún tipo. Por eso creo que nunca surgió la necesidad de tener charlas de género, lo que no significa que no sea importante hacerlas.

- ¿Que pensás sobre incorporar perspectiva de género a los controles?

- Es interesante. La perspectiva de género atraviesa todos los aspectos, hay que tenerla en cuenta siempre. Hago hincapié en una perspectiva de género más allá de la figura de la mujer, tenemos que ser abiertos a esto. La perspectiva de género tiene que atravesar todos los temas, incluso al control. De lo contrario nos quedamos atrás. 

- ¿Qué te gustaría mejorar del ámbito laboral del control?

- En principio creo que estamos bien. Me parece que se pueden incorporar más capacitaciones. No sólo en los órganos de control. Habría que ahondar un poco más en distintas capacitaciones por fuera de la Ley Micaela. Eso lo mejoraría. Incluso en los concursos de pase a planta, incorporar cuestiones vinculadas en los exámenes a temas de género que, tengo entendido, no se está haciendo. Me parece importante. Pienso que podría ser útil realizar talleres bajo distintas modalidades sobre violencia y perspectiva de género, con todas sus problemáticas. Es importante generar espacios donde tratar las temáticas, con la gente interesada y especializada. Desarrollar conversatorios donde plantear experiencias propias que sean de utilidad para los demás. Es mucho lo que se puede hacer.

- ¿Qué le recomendaría a una trabajadora que se inicia en el ámbito del control?

- Le diría que se sienta igual a cualquiera otra persona. Esa es la base de todo. Convencernos de que no somos inferiores. Y a partir de ahí arrancar. Hoy por suerte, más allá de existir mucha violencia que hay que erradicar, veo a las mujeres de las nuevas generaciones sumamente empoderadas. Cómo piensan y se posicionan, difícilmente se  las pueden doblegar. Hay que posicionarse y creérsela porque realmente no tenemos nada de inferior. Al contrario, tenemos capacidades que nos permiten otra mirada y eso nos hace valiosas para el trabajo del control, algo más de todo lo que las mujeres encaramos a lo largo de la vida.