Hace 100 años, los locos de la azotea realizaban desde el Teatro Coliseo la primera transmisión radiofónica de la Argentina. Desde Radio SI, y para homenajear a este medio de comunicación en su día, realizaron una serie de entrevistas que muestran la importancia y la pasión por la radio. Un docente correntino, un figura de la radiofonía argentina y una tallerista que le da voz a los que aún no la tiene son parte de ese tributo.

Para Julio Lagos, locutor y periodista, las nuevas herramientas no se diferencian demasiado de aquella primera transmisión: “el espíritu es invariable. Se sigue aspirando a lo mismo, a que la radio sirva, porque finalmente de eso se trata, de estar al servicio de la gente”, expresó. Con mas de 40 años en el rubro, Lagos no lo duda, “si comunica, es radio” más allá de cómo sea la transmisión.
  
"Para nosotros la transmisión es sagrada y cuando el cartel anuncia AIRE, está pasando algo muy importante. Aire es, por un lado el hecho físico, pero es también lo que necesitamos para vivir, para respirar. Nuestro aire es el aire de la radio. En consecuencia, la magia existe y cada vez es mas sorprendente”, agregó el locutor.

"Nuestro aire es el aire de la radio", reflexionó Lagos

A cien años de la primera transmisión, “tenemos una gran variedad de recursos para llegar al corazón del oyente”, aseguró Lagos quien recordó que antes era fundamental la altura de la antena y la potencia del transmisor y que hoy internet hace las cosas un poco más fácil. Al igual que los libros, las predicciones que anuncian la desaparición de la radio, abundan. “Esta profecía obedece a la escasa o nula motivación por hacer algo propio. Yo nunca me pondría a determinar si hoy se llega al destino de algo que se me ofrece”, ratificó.

Los sábados, Lagos transmite desde su casa para Miami un programa con imagen, donde entrevista a músicos de diferentes lugares: “Estoy desafiando la creencia de que no se puede tocar a distancia por el delay. Dicen que un éxito es un error fallido”.

La radio es para muchos una herramienta de transformación, como es el caso de María José Müller, licenciada en comunicación, directora y fundadora de Amplitud, una organización sin fines de lucro que brinda talleres vinculados a la radiofonía. “Trabajamos la palabra y la expresión para conseguir también la inclusión social. Tratamos de potenciar a las personas en su expresión y buscamos que cada uno encuentre su voz. A esto nos dedicamos, sobre todo en lugares de vulnerabilidad”, explicó Müller. 

Para la directora de Amplitud hay un vínculo muy fuerte entre el oyente y quien conduce un programa.

Para lograrlo ofrecen talleres y ayudan en la instalación de radios, pero también acompañan procesos de mejoras. La directora de Amplitud contó que cuando llegan a una comunidad lo primero que encuentran es gente con una avidez tremenda por expresarse pero con mucho miedo y limitaciones educativas. "Esas voces están dormidas, opacadas, escondidas y hay que empezar a sacarlas, a moverlas", aseveró.

A 25 años de su primer programa radial Müller reflexiona: “pienso en radio siempre. Hay un vínculo muy fuerte entre el oyente y quien conduce o maneja un programa. El oyente se siente parte, cercano, hasta a veces miembro de la familia de gente que no conoció nunca personalmente. Ese lazo que tiene que ver con la esencia de la comunicación sonora”.

“Le debo tanto a la radio. La pasión por el sonido, por la palabra, por la música, por la combinación de esos recursos expresivos, y una vocación que desarrollé. Es un medio que ha sido revolucionario y mostró versatilidad, resiliencia y una capacidad de adaptación a lo largo de los años”, completó Müller.

Con objetivo de aportar un granito de arena, la historia de Daniel Bruno, periodista y docente correntino, dio la vuelta al mundo y llegó a todas partes. Cuando comenzó la pandemia, notó que algunos de sus alumnos no tenían conectividad y decidió usar la radio local para transmitir sus clases. “Pusimos en práctica una vieja receta, que todavía se sigue usando, la enseñanza a través de la radio”, comentó a Radio Si.

"La radio cumple un servicio a la comunidad, hoy la usamos como una herramienta pedagógica importante", relata Bruno

El aislamiento obligatorio, la distancia entre sus alumnos y la falta de internet, dispositivos o señal, hizo que el docente pidiera autorización para para llevar sus clases a la radio: “es un medio universal, económico, gratuito y de fácil acceso. Hicimos una campaña para conseguir receptores, gracias a la audiencia los juntamos, y hoy todos están conectados a través de la radio”, informó.

FM San Roque tiene 22 años y pertenece a la familia de Bruno, “cumple un servicio a la comunidad. Hoy la estamos utilizando como una herramienta pedagógica importante. Paralelamente a esto, redacto cuadernillos con mis temas y los reparto casa por casa”. Cuando las clases comenzaron en marzo, el docente, solo llegó a tener 4 o 5 clases y, según relata, había algunos alumnos apáticos con la materia. "Con esto conseguí la atención y la motivación de los chicos y de los padres. También aparecieron estudiantes radiales, gente que se sumó, vecinos que me pidieron el cuadernillo. Evidentemente les gusta aprender lo que uno está dando. Eso me satisface mucho”.

A 100 años de la primera transmisión, el espíritu de la radio permanece intacto.