Los proyectos de inversión pueden desagregarse, por razones tecnológicas o de ordenamiento en la ejecución, en diversos componentes los cuales, en una secuencia temporal y de mutua complementación, permiten que se cumplan los propósitos del proyecto. Cada uno de esos elementos asume una identidad propia como categoría programática, que se denominara Obra, si constituye una unidad física perfectamente individualizable, si puede por tanto, ser objeto de contratación separada del resto, y si satisface parcialmente la ejecución del proyecto como condición necesaria, pero no suficiente para su cumplimiento, por lo que resulta una producción intermedia que condiciona al proyecto.