Hacia una descentralización de la provincia de Buenos Aires
*Por Eduardo Grinberg Cuando uno plantea un proyecto de regionalización o, mejor dicho, descentralización, lo que esta pensando y apuntando es en mejorar la gestión. Yo soy muy adicto a lo que es la descentralización, me gusta la idea, la comparto, la promuevo y difundo.
Hace años que venimos hablando de descentralización en la provincia de Buenos Aires, apuntando en primer lugar a la gestión, tenemos todavía grandes sectores con alta centralización, y la verdadera fórmula, de la cual hablamos, es la que contiene la centralización de la normativa de la dirección y del control, y la descentralización en la ejecución.
Quienes van a ser, evidentemente, grandes protagonistas en materia de descentralización son los municipios, van a tener mayores responsabilidades, mayor campo de acción en la ejecución de programas, salud, vivienda, educación, y seguridad. A eso tiende la descentralización, pero no hay que confundir este término con un proceso anárquico, la descentralización en la ejecución tiene como la otra cara de la moneda la centralización de la dirección.
Muchas veces hemos hecho docencia, poniendo el ejemplo de la orquesta, que para nosotros es el mejor mecanismo de gestión, donde el producto es una sinfonía con ninguna nota disonante, y vemos que el director es el que tiene el poder, centraliza la dirección, la normativa con la partitura, y descentraliza la ejecución: tenemos violines, cuerdas, trombones. Muchos se creen que por tener un trombón tienen más poder que el que tiene un pequeño palito y no es así.
Entendemos que la centralización en la ejecución crea graves peligros, es un campo muy propicio para la ineficiencia, ineficacia, la no economía y, lo que es peor para todos, un campo propicio para la corrupción. Todos tienen que participar, hay municipios grandes, otros chicos, otros que exceden lo municipal por su tamaño, hay que tener parámetros, criterios. Esa brecha hay que acortarla, es material también de legislación.
La descentralización es ejecutar el gasto donde están las necesidades de la gente, y es un campo propicio para el reclamo del vecino, la participación, para que se hable con quien tiene el poder de decisión sobre los problemas, la potestad para resolverlo, y las herramientas financieras que le permitan hacerlo. Descentralización en la ejecución del gasto es un aspecto del problema, el otro tema es la descentralización de los tributos, acá tendríamos que hablar de una reforma tributaria general, donde nos podríamos llegar a plantear cómo se distribuyen las potestades tributarias, por ejemplo que la provincia sea titular de una potestad tributaria como es el impuesto a las ganancias de personas físicas.
Vemos que hay un escalón, un estadio intermedio entre lo que sería una descentralización pensando en un municipio y una regionalización pensando en una descentralización geográfica que involucre a unos cuantos municipios como si fuesen sub gobernaciones o sub gerencias. Todo esto sería materia de estudio, en general se ha avanzado hacia la descentralización, no muy fuertemente, pero en algunos aspectos en la provincia de Buenos Aires se avanzó, pero es muchísimo lo que falta por hacer.
El control tendría que adaptarse al proceso, cuando empezamos a hablar de regionalización todavía no hablamos de control, primero hablamos de gestión, y una vez que se plantee así, vamos a ver qué hacemos con el control. En la legislatura se darán los grandes debates. Lo importante es que la descentralización provoque una gestión más eficiente, eficaz, económica y transparente. Luego vamos a acoplar el control a ese nuevo esquema.
*Presidente del Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires