Los buenos informes pasan desapercibidos
Lo dijo Federico Recagno, secretario adjunto de APOC al señalar que hoy solo se habla de Ricardo Echegaray y los escándalos relacionados a su gestión frente a la AFIP.
La semana pasada se realizó una charla en el renovado Comité Gascón de la Unión Cívica Radical de Capital Federal con la participación de Alejandro Nieva, auditor general por el bloque radical, y Federico Recagno, secretario adjunto de la Asociación de Personal de Organismos de Control (APOC) Y Secretario general de la organización de Trabajadores Radicales (OTR). Allí se evaluó el panorama actual de la Auditoria General de la Nación (AGN) bajo la conducción de Ricardo Echegaray y sus diferencias con la gestión anterior de Leandro Despouy.
¿Qué está pasando ahora en la Auditoria?, fue la pregunta que dio inicio a la charla. Comenzó Recagno quien prefirió referirse a la historia de la AGN para entender un poco más la actualidad. Repasó sus comienzos (en el año 1992), y señaló que por aquel entonces hubo muchas discusiones sobre cómo tenía que estar conformado el Colegio de Auditores. Se llegó a la conclusión que el Presidente debería ser un auditor más. Esto es importante señalarlo porque si no vamos a referirnos a Echegaray como si fuera algo más pero su opinión tiene tanto peso como la de cualquier otro auditor.
Siguiendo con la historia, en el año 1994 con la reforma constitucional, la Auditoria establece que el titular del organismo tiene que ser del principal partido opositor. También se establece que tiene que existir una Ley que reglamente el funcionamiento de la AGN. Y esto es lo que hoy sigue sin cumplirse, destacó Recagno haciendo referencia al Artículo 85 que aún hoy sigue sin reglamentarse.
Cuando el partido opositor decide quién va a ser el responsable del organismo, la decisión no pasa por muchos controles, no existe audiencia pública. Entonces llegamos hoy a tener a Etchegaray, expresó el titular de APOC. Asimismo, se refirió al funcionamiento del organismo y dijo: Tiene que funcionar bien. Ya se extraña a Despouy. Los reportes de prensa de la AGN antes eran noticias de control y ahora solo se habla del nuevo presidente. Los buenos informes pasan desapercibidos por estas cosas.
Luego de más de 20 años de trabajo, y de una reputación construida y sostenida, los trabajadores de la AGN aseguran estar preocupados por la designación de Echegaray. Como trabajadores de los organismos de control nos preocupa que el mejor informe que podamos hacer de la gestión de Macri va a estar automáticamente invalidado por los escándalos de Echegaray. Cuanto peor prestigio tenga la institución, peor van a ser las condiciones de trabajo y los salarios, esto nos preocupa, denunció Recagno.
Por su parte, Alejandro Nieva destacó que hasta hace muy poco tiempo nadie sabía qué era la AGN. Ahora está en las noticias y tomó relevancia. Con Leandro Despouy los informes tomaron visibilidad y tuvimos buena prensa. Además, la calidad técnica de los trabajos hizo que muchos fueran demandados cada vez más por los medios especializados, y esto generó un mayor impacto en la opinión pública y en los medios, remarcó el auditor general.
Nieva comentó también algunos casos en que la Auditoria General de la Nación tuvo un accionar primordial y cumplió roles importantes. Uno de ellos fue la tragedia de Once, la Auditoria tenía muy buenos informes sobre concesiones ferroviarias que fueron la base de la condena de Schiavi. Otros ejemplos son los casos de Mendoza y Jujuy, donde al asumir las nuevas autoridades se solicitó a la AGN una auditoria de corte. Luego de semanas de trabajo, los resultados fueron las deudas comprobadas en ambas provincias que desencadenaron el encarcelamiento de Milagro Salas en Jujuy por desvíos de fondos en el Instituto de Viviendas y un resultado de 16 mil millones de dólares de deuda pública en Mendoza. Todo esto lo comprobó la Auditoria y tuvo un peso significativo para el nuevo gobierno y para la justicia porque se promovieron acciones judiciales.
Designación de Echegaray
Nosotros no podemos decir nada, aseguró Nieva. Hubo una interna en la designación, se manejaron otros nombres antes de Echegaray y sabemos que el candidato era Aníbal Fernández. Finalmente Cristina lo eligió a él, continuó el radical.
Desde su asunción, los escándalos son moneda corriente en el organismo de control que busca consolidar un perfil más serio. El caso más llamativo fue la publicación del Plan Anual 2016 donde se designan las auditorías a trabajar durante el año. El Plan de acción se prepara en conjunto con todos los auditores y tiene que ver con los recursos disponibles, con las auditorias pendientes y con las seleccionadas por participación ciudadana, entre otras cosas. Una tarea que se hace desde abajo hacia arriba, enfatizó el auditor general.
En la primera reunión de febrero firmamos los tres auditores, se envió al Colegio y se aprobó. Al otro día Echegaray anuncia en conferencia de prensa la intención de auditar en tiempo real al gobierno de Mauricio Macri, describió Nieva y agregó: habían cambiado el Plan, agregaron auditorias y otras las suprimieron, en especial las que perjudicaban directamente a la gestión K. Este hecho inexplicable fue repudiado. Por su parte, Recagno agregó que la trampa estaba en los proyectos que sacaban y aclaró: No es que no queramos auditar el gobierno de Macri, pero primero se debe auditar la gestión anterior. Luego de una segunda sesión se aprobó finalmente el Plan de Acción original propuesto en 2015.
Cumplimos un rol importante y tenemos toda una carrera construida que no queremos perjudicar. Cualquier daño que se le haga a la Auditoria es un daño que se le hace al sistema político. El control es necesario, es importante, lleva a planificar mejor las políticas públicas, planteó Nieva.
Por último, la Cámara Baja todavía debe nombrar a tres representantes de la AGN. Quienes podrían ocupar las vacantes serian uno de la UCR, otro del Frente Renovado y un tercero del Partido Justicialista. Uno le corresponde a la UCR, pero por el tema números podría darse de otra manera, finalizó Recagno.