Tal como establece el artículo 26 de la ley de Administración Financiera (24.156), el pasado viernes 15 de septiembre el Poder Ejecutivo envió al Congreso Nacional el proyecto de presupuesto para el año que viene, que tiene como meta una inflación interanual promedio del 15,7% y prevé un dólar a $ 19,30.

Según los cálculos, la recaudación del Estado alcanzará los $ 2.226.000 millones o, simplificando, 2,2 billones de pesos. Mientras que se estiman gastos totales por $ 2.904.000 millones (algo más de $ 2,9 billones). 

Estos números presagian que, de no mediar modificaciones presupuestarias -una práctica que se redujo con respecto a la administración anterior-, el próximo ejercicio se cerrará con un resultado financiero negativo de $ 679 mil millones. Se trata de un monto récord -en términos nominales- si se tienen en cuenta los rojos registrados en años anteriores y, a nivel porcentual, la cifra equivale al 5,17% del Producto Bruto Interno (PBI).

Por su parte, el déficit primario (que es el resultado negativo menos los intereses de la deuda pública) se proyectó en $395 mil millones. Lo que significa que el resto del rojo, unos $ 284 mil millones, se destinará al cumplimiento de los compromisos contraídos por el Estado.  

En la misma línea, el presupuesto planea que la deuda pública con el sector privado subirá desde el actual 28,5 por ciento del PBI hasta por lo menos el 37,3% en el año 2020, y comenzará a bajar al año siguiente.

Vale remarcar que en estos cálculos no está incluida la llamada deuda intra-sector público, que es la que pone a la Administración Central como deudora del Banco Central, el Nación y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES, y cuya incidencia viene bajando desde el año pasado, con la reducción de los Adelantos Transitorios de la entidad monetaria y de la interrupción de la cancelación de vencimientos con reservas internacionales a cambio de Letras Intransferibles.

Con respecto a la actividad económica, el proyecto estima un crecimiento del 3,5% para 2018, partiendo de la base de un incremento que este año rondaría el 3%. En ese sentido, el texto del Ejecutivo remarca que el próximo ejercicio la inversión alcanzará el 17% del PBI, es decir, una suba de más del 13% por encima del promedio.