Con una carta entregada el viernes pasado al Concejo Deliberante, Gustavo Sez puso fin a su segundo mandato al frente de la Municipalidad de Capilla del Monte, en la provincia de Córdoba

En el texto, el ahora exintendente señaló que su decisión responde a “cuestiones estrictamente personales” relacionadas con su salud. No obstante, más adelante atribuyó esas dolencias a lo que considera un “hostigamiento e impedimentos deliberados por parte de integrantes del Concejo Deliberante, del Tribunal de Cuentas y de las autoridades de circuito mi partido (UCR) con el objetivo de entorpecer el ejercicio de mi labor pública y en perjuicio de todos los vecinos de la ciudad”.

Según Sez, que ocupaba el cargo desde 2011, al principio de su segundo mandato hubo una serie de dilaciones del organismo de control comunal, y de rechazos de los concejales a varias de sus iniciativas, que no le permitieron avanzar con el plan de gobierno que había proyectado.

Por ejemplo, el exjefe comunal recordó la “sistemática negativa” de los concejales a tratar la derogación de la emergencia económica, que rige desde 2012 y cuya vigencia no permite designar en la planta permanente del municipio a empleados que prestan servicios bajo la modalidad de contratados.

Además, el funcionario se quejó de la “excesiva demora” de los miembros del Tribunal de Cuentas en aprobar un nuevo límite de construcción sobre las montañas, al norte del Valle de Punilla.   

La relación entre las partes fue tal, que esta no es la primera vez que el Sez renuncia al cargo. De hecho, en febrero de 2015 -y antes de lograr la reelección- había presentado su dimisión, a la que también consideró “indeclinable” y por los mismos motivos. Aunque en aquella oportunidad, tras la mediación del Comité provincial del radicalismo, se retractó, fue a las urnas y volvió a ganar.

“Abordamos este nuevo período -continúa la carta- soportando el fraude político, donde se forzó la presidencia del Concejo Deliberante con el afán de satisfacer ambiciones personales desleales, y congregando a concejales cuyo principal objetivo es la oposición sistemática en vistas a la extorsión política”, completó.

La sucesión

Ante semejante panorama, el exalcalde cerró su texto con la frase “queda el camino allanado”, en referencia a los ediles, que este lunes tuvieron una sesión especial para aprobar la renuncia de Sez y designar por unanimidad a la presidenta del cuerpo deliberativo, Gabriela Negri -hermana de Mario, diputado nacional de Cambiemos- como nueva intendenta.

Negri, que ocupará el cargo por los próximos dos meses, nombró el mismo lunes a quienes se desempeñarán en las principales secretarías del nuevo gabinete. Y desde ahora, tendrá 60 días para convocar a elecciones, en las que se elegirá solamente al nuevo intendente de Capilla del Monte.